Cuando se levanta la brisa hay que estar atentos porque a veces anticipa la tempestad. Ocurrió con Luca Cordero de Montezemolo en Italia hace pocos meses y hoy Sergio Marchionne ocupa la presidencia de Ferrari. Ahora, esa brisa se está levantando de nuevo entorno a Ron Dennis y McLaren.
Los rumores en torno a su continuidad en una posición ejecutiva o como accionista en el McLaren Group flotan en el aire. Desde Gran Bretaña las versiones que circulan son diferentes, pero todas tienen en común el futuro de Dennis como protagonista.
Al frente desde enero, pero McLaren se estanca
Al margen de la estrategia financiera y empresarial, la llegada de Hondapodría tener algo que ver en todo ello. Hasta qué punto los accionistas y el fabricante japonés quieren a Dennis al frente del equipo de Fórmula 1 es toda una incógnita, así como la posible involucración de los nipones en la gestión del equipo más allá de su función como suministrador de motores.
Hasta el pasado 16 de enero, Dennis había estado apartado formalmente de las decisiones claves en el equipo británico. Pero bajo su responsabilidad, la presente temporada tampoco ha supuesto un avance para McLaren en la pista a pesar de contar con los propulsores de Mercedes. Hasta el Gran Premio de Rusia, Force India estaba igualado a puntos con la escuadra de Dennis.
El aliento en el cogote
Tras casi tres décadas al frente de McLaren, la sanción de la FIA en 2007 por el escándalo del espionaje a Ferrari dejó a Dennis tremendamente debilitado ante los accionistas del grupo, incluyendo a Mercedes. Cuando Lewis Hamilton mintió a los comisarios tras el Gran Premio de Australia de 2009, Dennis quedó a los pies de los caballos de la FIA. Dejó la dirección del equipo para concentrarse en McLaren Automotive, la división de coches deportivos del Grupo donde adquirió funciones ejecutivas por tres años. Martin Whitmarsh se hizo cargo del equipo de competición, pero pronto empezó a sentir el aliento de Dennis en el cogote cuando este terminó su tarea directiva en McLaren Automotive.
Durante la temporada 2012-2013, Lewis Hamilton no pudo luchar por el título por los problemas de fiabilidad del MP4/27 aunque el monoplaza británico era muy competitivo.  Para 2013 Whitmarsh  buscaba un ‘ajuste fino’ para un coche en la última temporada  bajo el reglamento de los escapes de soplado. Dennis apostaba sin embargo por cambios más extremos y logró finalmente plasmar su filosofía. Fue un desastre.
El diagnóstico, la medicina y a mandar de nuevo
Bernie Ecclestone llegó a ironizar que el fracaso de 2013 fue una buena noticia para Dennis, quien estaba llevando previamente una labor de zapa interna con Whitmarsh. Este último apostó por renovar a Checo Pérez para 2014 y así llegó a anunciarlo. Dennis tenía otra opinión: “la decisión de fichar a Kevin Magnussen fue mía, la tomé porque sentía que necesitábamos ver si podía cumplir con las expectativas de nuestros ingenieros”. Los días de Whitmarsh estaban contados. Alguien que reconoce sentir “dolor físico” cuando pierde propuso a los accionistas de McLaren un plan de acción para el equipo, recuperando así la posición que se vio forzada a dejar a comienzos de 2009.
Para convencerles presentó su diagnóstico y la medicina: “Mucha gente en la compañía había perdido el verdadero norte, no tenían la dirección adecuada. Si empujas en direcciones diferentes, pierdes la energía”. En una palabra,Whitmarsh había dispersado su energía en demasiados frentes. Dentro del equipo, “hacíamos muchas cosas que eran distracciones y mucha gente tenía otras responsabilidades además de las de Fórmula 1”.
Al retomar el control del equipo, Dennis modificó totalmente el organigrama del equipo  y dividió las responsabilidades del anterior ‘team principal’ en diferentes cabezas, con Eric Bouiller al frente y, por supuesto, supervisado por el propio Dennis. “No hay nada que me pueda decir sobre las carreras, pero puedo indicarle el camino adecuado a seguir, y como modificar su conocimiento del DNA y la personalidad de McLaren para ser más efectivos…”. Lo de siempre.
Ruido de sables en el seno del Grupo McLaren
Porque su obsesiva atención al detalle, una necesidad de control casi enfermiza, una cierta arrogancia intelectual y ejecutiva, ha logrado grandes éxitos para McLaren, pero también su personalidad  ha sido legendariamente asfixiante para los miembros del equipo, por lo que su presencia podría representar un embudo para accionistas como el ya veterano Mansour Ojjeh o el grupo inversor Mumtalakat. Si los rumores son ciertos, parece que hay ruido de sables en el seno del Grupo McLaren.
Recientemente, saltó desde Alemania el rumor de que Gerhard Berger  podría ocupar el puesto de Dennis. Ex piloto de McLaren en los tiempos de Honda, el austríaco fue uno de los artífices de la presencia de BMW en la Fórmula 1 y de los inicios de Toro Rosso. Una posición semejante en el equipo McLaren sólo podría lograrse a través de cambios en el consejo de administración del Grupo...
“Es un absoluto sinsentido”, respondía públicamente McLaren ante la posible presencia de Berger en el equipo británico. El austríaco recordaba en mayo que sólo volvería a la Fórmula 1 con un proyecto en el que “estuviera involucrado un fabricante”. Curiosa o casualmente, Berger acaba de dejar estos días la presidencia del Comité de Monoplazas de la FIA.
Pronto descubriremos si entorno a Ron Dennis y su futuro en McLaren sólo se levanta una simple brisa o se desata una gran tormenta. Con la posible presencia de Fernando Alonso que sobrevuela por el horizonte…