"Los lunes siempre pienso en cambiar a diez jugadores; los martes, a siete u ocho; los jueves, a cuatro; el viernes, a dos; y el sábado ya pienso que tienen que jugar los mismos cabrones". Esta célebre frase de John Toshack es aplicable a Luis Enrique, aunque en su caso, en referencia a temporadas pasadas del Barça y al once que presentó el asturiano en el Clásico. Hasta ocho jugadores que saltaron al Bernabéu eran habituales con Guardiola, Vilanova y Martino, de ahí que se pueda decir que Luis Enrique jugó "con los mismos cabrones". 
Sólo hubo tres novedades: Bravo, otra vez acribillado por el Real Madrid; Mathieu, fichado por Zubi como central, pero que jugó como lateral izquierdo en lugar de Jordi Alba; y Luis Suárez, que debutó con calzadortras cuatro meses sin jugar por sanción. El resto, más de lo de siempre: Alves, a quien se le quiso fuera y se le buscó sustituto, aunque Zubi no logró ni lo uno ni lo otro. Bueno, fichó a Douglas, un parche por aquello de las prisas, que no parece que mejore al canterano Montoya, a quien Del Bosque -por inercia, tal vez- llegó a reclamar para la selección absoluta. En el centro de la zaga, Piqué, un central que cada vez menos centrado, y Mascherano, un central que no lo es, pero al menos lo parece. Y en la izquierda, el comentado experimento de Mathieu por la milonga de la altura.   
Aunque a posteriori quedó claro que el invento que peor funcionó fue el de Mathieu en banda izquierda, sobre todo porque Jordi Alba habría aprovechado mucho mejor los espacios con los que se encontró el francés, la gran noticia junto a la titularidad express de Luis Suárez fue la suplencia de Rakitic para mantener en el once a Xavi. Noticia porque Luis Enrique tampoco contaba en pretemporada con el veterano capitán y una vez que supo que se quedaba le dejó las cosas claras: "Si no te pongo, no me toques las pelotas", le dijo. Junto a Xavi, dos clásicos. Busquets, en una alarmante baja forma, e Iniesta.  
Pero hay más. Luis Enrique alineó un once inicial en el Bernabéu con una edad media de 28,7 años (por 26,6 del Rel Madrid) y con seis jugadores que superan la treintena: Bravo (31), Alves (31), Mascherano (30), Mathieu (31 hará en dos días), Xavi (34) e Iniesta (30). El técnico asturiano regresó al Barça en plan gallito y proclamando el 'aquí mando yo'. Pidió a Xavi que no le tocara "las pelotas" si no le ponía y siempre se mostró desafiente cuando le pregutaban sin sentaría a Messi.  
Luis Enrique debutó como técnico en el Clásico y, aunque también tiene pasado madridista, lo hizo en el banquillo del Barcelona. Pep Guardiola se estrenó en el Bernabéu como entrenador el 2 de mayo de 2009 con un 2-6 y un juego que llevó a Xavi a califiarlo como "el partido perfecto". Precisamente en aquel encuentro situó a Messi por el centro, con Etoo en la derecha y Henry en la izquierda, un paralelismo fácil de hacer con Luis Suárez y Neymar. La diferencia, que aquellos sí presionaron la salida del Madrid. Higuaín adelantó al Madrid en el minuto 14, pero antes del 20 el Barça marcó dos goles, obra de Henry y Puyol. Messi hizo el tercero antes del descanso y Henry, Messi, otra vez, y Piqué redondearon una tarde histórica y sentenciaron la primera Liga de Pep.
En aquel equipo de Guardiola ya estaban Alves, Piqué, Xavi, Iniesta, Messi y hasta Busquets. Es decir, seis titulares con Luis Enrique este sábado. Aunque es cierto que el asturiano no ha encontrado en los Montoya, Sergi Roberto, Tello o Deulofeu -estos dos últimos, cedidos- los recambios que esperaba, al final no ha hecho sino respetar las jerarquías y jugar el partido más importante hasta la fecha "con los mismos cabrones de siempre". Ya lo dice el refrán: dime de qué presumes y te diré de qué adoleces.