domingo, 24 de abril de 2016

P.I....haciendo amigos.

El laboratorio de ideas de Podemos, el Instituto 25M por la Democracia, es uno de los principales pilares sobre los que se asienta el partido desde su constitución hace ahora un año. Un 'think tank', como son las fundaciones Faes en el PP o Alternativas en el PSOE, que ejerce un fuerte peso en el partido al determinar la orientación ideológica, desarrollar discursos, marcos teóricos, legitimar determinados poscionamientos políticos o estratégicos y, además, captar y formar cuadros. La gestión de 'las moradas', el nombre que reciben las sedes abiertas a la ciudadanía de Podemos, es otra de sus funciones. Un papel determinante para la maquinaria del partido pero que en los últimos meses estaría sirviendo a los intereses de un único sector del partido, el errejonista.
Sobre la base de este razonamiento, Pablo Iglesias dio un golpe sobre la mesa en el último Consejo Ciudadano Estatal. El secretario general cuestionó ante los suyos la utilidad de la fundación y puso en duda su futuro si seguía respondiendo a los mismos intereses, según fuentes presenciales en la cita del máximo órgano de decisión del partido entre asambleas. El Instituto 25M ha venido difundiendo reflexiones y hojas de ruta estratégicas durante las últimas semanas que cuestionan la coalición con Izquierda Unida-Unidad Popular. Entre los miembros de su patronato solo figura una de las personas del núcleo duro de Iglesias, el diputado Rafa Mayoral, alejado del día a día del 'think tank'.

Rafa Mayoral. (EFE)
Rafa Mayoral. (EFE)
El director del instituto, Jorge Lago, rebaja el órdago de Iglesias al interpretar sus palabras en la ejecutiva como una llamada a que el partido y las instituciones vinculadas a éste representen su pluralidad. Una reflexión con la que dice estar de acuerdo Lago, y que, según asegura, refleja la filosofía de la fundación. Como ejemplo de ello recurre a la presencia del eurodiputadoMiguel Urbán, cabeza visible del sector Anticapitalistas, en una de las próximas conferencias, así como la invitación cursada a Mayoral para contar con su participación, aunque está pendiente de respuesta.
“Promovemos debates necesarios con gente que opina de maneras diferentes. Distintas opiniones que tiene que haber en Podemos y que tienen que estar presentes porque eso es lo que nos hace grandes”, asegura Lago. No todos los sectores coinciden en la pluralidad ideológica del instituto. La reprimenda de Iglesias se produjo incluso antes de que se intensificasen las diferencias en torno a la confluencia, que fue acompañada de una retahíla de artículos defendiendo la hoja de ruta de Errejón.
Varios de los responsables del instituto, como Germán CanoEduardo Maurao el propio Lago utilizaron esta y otras plataformas para reenmarcar el debate en la idea de transversalidad frente al giro identitario hacia la izquierda que supondría dicha coalición. Es decir, una apuesta por sumar no solo al electorado de izquierdas, sino “a toda la gente que viene de votar diferentes cosas”.
El Instituto 25M ha venido difundiendo reflexiones y hojas de ruta estratégicas durante las últimas semanas que cuestionan la coalición con IU
El director del Instituto 25M criticaba en una valoración remitida internamente a “los propios y extraños que piensan que lo de la transversalidad era una estrategia puntual (y más o menos electoral) para un momento excepcional (crisis económica, corrupción), pero que lo normal es y era lo de siempre: izquierda y derecha”. Lago defendía así que debe articularse, “desde la transversalidad, una identidad política nueva que aglutine a todxs aquellxs que entienden que sus anhelos y deseos no son compatibles con los partidos viejos, ni con sus modelos económicos, sociales y culturales”. Una identidad que, remata, “no es, no puede ser, la suma de las fuerzas de izquierda”.
Los pasos firmes de Pablo Iglesias y Alberto Garzón hacia una confluencia que parece ya inevitable han llevado a sus detractores a replantear la batalla, centrándose en el “cómo”. Como matiza Lago, Podemos siempre ha estado a favor de las confluencias, como se demostró en Cataluña, Valencia o Galicia el 20-D, aunque entonces se limitaron a acuerdos puntuales por territorios, en lugar de a una confluencia a nivel estatal como se pretende ahora. “Si hablamos de confluir con IU, de una gran coalición de las izquierdas yo no estoy de acuerdo. Lo importante de la confluencia no es sumar votos, sino generar desborde, ilusión, lo que no se provoca con una suma de siglas. Sumar un actor con otro, sin más, resta”, concluye.

Alberto Garzón y Pablo Iglesias en el Congreso. (EFE)
Alberto Garzón y Pablo Iglesias en el Congreso. (EFE)

Formación de cuadros

Una de las principales funciones del 'think tank' de Podemos es la de generar cuadros. Un punto débil para una formación con apenas dos años de vida y por el que el nuevo secretario de Organización, Pablo Echenique, ha lanzado ya un plan de formación. Una apuesta que entiende como “herramienta organizativa estratégica” y que pretende poner en marcha con la colaboración de las áreas de Formación, Cultura y el Instituto 25M. Evitar el control de la fundación por parte del sector errejonista para que todos los nuevos cuadros no engrosen las filas de una determinad tendencia es otra de las cuestiones que han precipitado el movimiento de Iglesias.
Echenique recoge en su informe de propuestas llevadas al Consejo Ciudadano que el uso de la formación continuada no es solo un elemento central en la construcción de cuadros, sino también una concreción específica de la convicción de que “Podemos ha de ser una herramienta de empoderamiento popular y un ingrediente muy importante para configurar un ambiente acogedor e ilusionante en términos de incentivos internos”. Para ello, integrar a todas las sensibilidades dentro del 'think tank' es una cuestión de primer orden.
El nuevo responsable de Organización ya alertaba en un documento previo sobre “las dinámicas de confrontación y de creación de frentes, a veces sin ningún motivo político sustancial detrás”. En este sentido se oponía a la tendencia hacia “una identificación de grupos o personas de Podemos como cuasienemigos políticos, dedicándoles más tiempo de debate y de pensamiento a veces que a los adversarios políticos externos (casi siempre mucho más reales)”. Del mismo modo, definía como dinámicas perniciosas “la conformación de grupos de trabajo y equipos en función de afinidades personales, de lealtades de bloque o de 'quid pro quo', así como “la creación de grupos de intereses que actúan de una manera coordinada sin que el resto de la organización lo sepa”.

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