domingo, 5 de septiembre de 2010

Aparatíto nuevo...

Obsesiones nuevas.

Los libros electrónicos reactivan el gusto por leer
Aparatos como el Kindle están cambiando los hábitos de lectura

Por Geoffrey A. Fowler y Marie C. Baca

La gente que compra lectores de libros electrónicos tiende a pasar más tiempo que nunca leyendo, muestran investigaciones preliminares.

Un estudio a 1.200 propietarios de lectores electrónicos realizado por Marketing and Research Resources Inc. reveló que 40% de los encuestados lee ahora más que con libros impresos. Del total, 58% dijo que leía prácticamente lo mismo, mientras que 2% dijo leer menos que antes. Además, 55% de los participantes en el sondeo, pagado por el fabricante de lectores electrónicos Sony Corp., pensaba que usaría el dispositivo para leer más libros en el futuro. El estudio incluyó a propietarios de tres lectores: el Kindle, de Amazon.com Inc.; el iPad, de Apple Inc.; y el Sony Reader.


A pesar de su novedad, estas nuevas experiencias de lectura son un gran cambio frente a la dirección a la que se encaminan los hábitos de lectura, por lo menos en Estados Unidos, país pionero de los libros electrónicos.

Se espera que para finales de septiembre, unos 11 millones de estadounidenses posean al menos un lector digital, según Forrester Research. Las ventas en EE.UU. de libros electrónicos crecieron 183% en el primer semestre frente al mismo período de 2009, según la Asociación de Editoriales de Estados Unidos. Amazon, el mayor vendedor de libros electrónicos, afirma que sus clientes compran 3,3 veces más libros después de comprar un Kindle, una cifra que se ha acelerado en el último año gracias a la reducción de precio del lector.

Aún es prematuro decir si la proliferación de los lectores electrónicos se sostendrá a largo plazo después de que pase la novedad y de que los aparatos lleguen al mercado masivo. Pero gracias a su portabilidad, la gente dice que lee más y en momentos en los que un libro impreso no es normalmente una opción: en la sala de espera de un consultorio médico, en la tina del baño (con el aparato metido en una bolsa plástica para protegerlo), o en una trotadora en el gimnasio con las letras en tamaño gigante. Entre la gente que viaja en transporte público a sus trabajos, los lectores electrónicos están compitiendo con los BlackBerry como el compañero predilecto de los pasajeros.

La opinión del escritor

El autor de novelas de misterio y suspenso Michael Connelly dice que tiene unos 30 libros en su Kindle, iPad y Sony Reader, si bien también lee libros impresos porque recibe muchos ejemplares gratis de su editorial. "Hay una ventaja en poder llevar múltiples cosas. Viajo mucho y créame, noto el peso".

El ritmo de lectura

Jakob Nielsen, un investigador que lleva más de dos décadas estudiando cómo interactúa la gente con la tecnología, reclutó a 32 voluntarios y les pidió que leyeran historias cortas de Ernest Hemingway en papel impreso, en un iPad y en un Kindle. Nielsen cronometró cuánto tiempo tardaban en leer una historia en cada medio. Comparado con quienes leyeron el libro impreso, los lectores del iPad fueron 6,2% más lentos y los del Kindle tardaron 10,7% más. Nielsen cree que el ritmo más lento de lectura en los aparatos electrónicos se debe a la tecnología de la pantalla, aún menos nítida que el papel impreso.

Al crear el Kindle, Jeff Bezos, presidente ejecutivo de Amazon, afirma que su objetivo era estimular la lectura prolongada, en lugar de sólo fragmentos.

"Se trata de que el dispositivo desaparezca para que el lector pueda entrar en el mundo del autor", dijo en una entrevista reciente. "Para mí, sería una pesadilla que el aparato emitiera un sonido cuando estoy leyendo".

Se reduce la diferencia entre géneros

Los lectores electrónicos también parecen estar reduciendo la brecha de los hábitos de lectura entre hombres y mujeres. Un reciente estudio de Book Industry Study Group Inc. reveló que entre los compradores de lectores electrónicos, 52% fueron hombres y 48% mujeres, al revés que con los libros impresos, en los que las mujeres llevan la delantera.

Los usuarios de lectores electrónicos también dicen que pagaron por 52% de sus libros electrónicos, mientras que el restante 48% fue gratis gracias a muestras o a ediciones cuyos derechos de autor ya expiraron.

Las bibliotecas estadounidenses están expandiendo sus servicios para que sus usuarios pidan libros electrónicos prestados por Internet. Según la Asociación de Bibliotecas de Estados Unidos, 66% de los centros presta libros digitales, frente a 38% en 2005.

Una serie de funciones

La tecnología ha aportado una serie de funciones a los libros que no sería posible en ejemplares impresos. Con un lector electrónico, un usuario puede sostener y pasar la página con una sola mano. Algunos lectores elogian la capacidad de aumentar el tamaño de los caracteres y la opción de algunos aparatos de iluminar las páginas cuando se apagan las luces de la habitación donde se está leyendo. Pero los libros impresos tienen una ventaja, no tienen que guardarse durante despegues y aterrizadas de los aviones.

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