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El FMI saca a España del grupo de los PIGS por nuestro mayor margen de maniobra
@Eduardo Segovia - 03/09/2010 06:00h
Dominique Strausss-Khan
Zapatero se ha llevado una alegría entre tanta tribulación como el nuevo aumento del paro y la salida de Sony de España con él en Japón. El Fondo Monetario Internacional, en un informe sobre la deuda pública de 23 países, ya no coloca a España junto a sus compañeros habituales del grupo de los PIGS, Portugal, Italia y Grecia, sino que nos ha elevado un escalón y nos mete en otro pelotón con serios problemas fiscales pero menos acuciantes, en el que se encuentran EEUU y Reino Unido.
El organismo que preside Dominique Strauss-Kahn señala que "hay una serie de países con muy poco o ningún margen de maniobra fiscal. En particular, Grecia, Italia, Japón y Portugal tienen el menor margen (que significa la capacidad para aumentar su deuda pública sin un cambio radical en el comportamiento del déficit), con Islandia, Irlanda, España, Reino Unido y Estados Unidos también constreñidos en su grado de maniobra fiscal, debido a la escalada de la deuda pública prevista para los próximos años y a las presiones demográficas sobre las pensiones".
Un tercer grupo incluye a Australia, Dinamarca, Corea, Nueva Zelanda y Noruega, que tienen más margen para hacer frente a shocks inesperados, "aunque, por supuesto, también deben preocuparse de las futuras presiones fiscales". El baremo que utiliza para esta clasificación es la diferencia entre los actuales niveles de deuda sobre PIB y el límite a partir del cual las obligaciones financieras son insostenibles.
Este reagrupamiento de los países también aparece en otras partes del documento, donde el FMI explica que "la probabilidad de que Grecia, Italia, Japón y Portugal cuenten con un margen fiscal adicional es baja. Les siguen Islandia, Irlanda y España, ya que la probabilidad de que estos países tengan al menos algún margen adicional está entre el 50% y el 70%". Esta probabilidad sube hasta más del 80% para España según uno de los modelos utilizados por este organismo. Reino Unido y EEUU se encuentran entre el 70% y el 80%.
Se trata de una importante novedad puesto que, hasta ahora, tanto las firmas de análisis de inversión como las instituciones internacionales metían a España en el mismo saco de Portugal, Italia y Grecia debido al rapidísimo incremento de la deuda pública de nuestro país para financiar el desbocado déficit de las cuentas del Estado. Lo mismo ocurría con Irlanda, de ahí que el acrónimo se hubiera alargado hasta PIIGS para incluir a la isla.
Esta misma semana se ha conocido que el déficit público español se ha reducido a la mitad hasta julio gracias a la entrada en vigor del incremento del IVA. De esta forma, se sitúa en el 2,44% del PIB en lo que va de 2010.
España sigue teniendo que hacer los deberes
Ahora bien, sacarnos del pelotón de los más torpes no significa que lleguemos al aprobado, ni mucho menos. El FMI conmina al Gobierno de Zapatero a adoptar una mayor claridad en sus planes de ajuste fiscal y a centrarse en el medio plazo en vez de buscar soluciones rápidas, con el fin de no poner en peligro la frágil recuperación económica y la confianza de los mercados.
Además, aunque el nivel de deuda pública de España se situaba en el 55,2% del PIB al cierre de 2009 -muy lejos del 75% de la media de los países occidentales y del 114,7% de Grecia-, la institución considera que mantendrá su crecimiento desbocado hasta alcanzar el 94,4% en 2015.
Sin citar a España explícitamente, el FMI también critica a los países que no sólo han disparado su gasto público con la crisis, sino que no lo redujeron lo suficiente en los años de bonanza: "Los altos niveles de deuda pública obedecen también a la aplicación de una política fiscal inadecuada en las décadas anteriores, cuando los niveles de deuda aumentaron de manera continua durante las épocas difíciles pero no disminuyeron en años más favorables", señala.
No hay riesgo de crisis inminente
En todo caso, el FMI no quiere sembrar la alarma y subraya que "la falta de margen de maniobra fiscal no debe interpretarse como que alguna forma de crisis de deuda es inminente o ni siquiera probable, sino que simplemente indica la necesidad de unos planes de ajuste fiscal creíbles". Y aplaude a los países que, como el nuestro, han mostrado voluntad política de llevar a cabo ajustes que "se separan marcadamente de su comportamiento histórico".
El término PIGS fue acuñado con la aprobación del Tratado de Maastricht en 1992, que establecía los famosos "criterios de convergencia" para que los países accedieran a la moneda única. Entonces, los países centrales utilizaron este término despectivo ("cerdos" en inglés) para aludir a los países que no deberían entrar en el euro por su histórica falta de disciplina fiscal, ya que podrían poner en peligro la estabilidad de la nueva divisa.
Con el éxito de la implantación del euro y el período de fuerte crecimiento gracias a los tipos bajos mantenidos por el BCE, este término cayó en desuso, pero resucitó a raíz de la crisis griega de principios de este año. Los inversores internacionales volvieron a utilizarlo para definir a los países con una situación insostenible de sus cuentas públicas, que implicaba un riesgo de impago de la deuda. Y procedieron a castigar duramente a sus bonos en el mercado, castigo que ha empezado a remitir en el último mes.
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