domingo, 23 de octubre de 2011

Metales esquilmados....

Por TATYANA SHUMSKY

[EVTOC4] AFP/Getty Images

Los fabricantes de productos de alta tecnología, desde teléfonos celulares hasta motores de avión, dependen de algunos metales escasos. Pero en vista de que la demanda y los precios de algunos de ellos se han disparando e interrupciones en el suministro amenazan la producción, algunas compañías buscan reducir su uso.

Los metales van desde los verdaderamente raros, como el renio, hasta elementos más abundantes pero difíciles de procesar como los minerales de tierras raras, un nombre colectivo para 17 elementos empleados en productos como iPhones, el Toyota Prius y aspiradoras.

China controla más de 90% de la producción global de los minerales de tierras raras, y sacudió el mercado el año pasado cuando redujo su exportación. La medida causó la marcada alza de los precios de este tipo de metales. Por ejemplo, el lantano, un metal usado en baterías de autos híbridos, se ha disparado a más de US$160 por kilo de apenas US$10 a comienzos de 2009.

En respuesta a ello, mineras de todo el mundo están reactivando minas de tierras raras que se vieron forzadas a cerrar por 20 años de suministros baratos de China, y los científicos están investigando técnicas de extracción más económicas y menos perjudiciales para el medio ambiente. Entretanto, compañías como General Electric Co. y Toyota Motor Corp. procuran reducir —y en algunos casos eliminar— su necesidad de estos metales.

La estrategia de GE, que usa metales de tierras raras en una amplia gama de productos, entre ellos motores de aviones, equipos médicos, óptica y auriculares, está concentrada en limitar el desecho, hacer más con menos, reciclar y crear metales sustitutos.

El plan se basa en su éxito en reducir el renio en las súper aleaciones de acero usadas en sus motores de avión y turbinas de gas. El renio, subproducto de un subproducto del cobre y uno de los elementos más escasos, contribuye a que el acero retenga su forma y dureza incluso bajo extrema fuerza y altas temperaturas. Pero cuando cinco años atrás la demanda comenzó a superar la oferta y los precios se multiplicaron por 10 hasta US$6.000 por libra, GE se propuso reducir su uso. Con algunos ajustes de la mezcla de otros aditivos endurecedores como níquel y molibdeno, que son más baratos y abundantes, GE pudo reducir el contenido de renio en las hélices de sus motores de avión de 6% a 3%. También descubrió que podía reducir la cantidad de componentes de aleación de renio en turbinas de aviones sin afectar el desempeño.

Aun cuando estas medidas redujeron el uso del renio por parte de la empresa en dos tercios, GE también comenzó una sociedad global de reciclado con otros fabricantes de motores de avión para aminorar incluso más la necesidad de metal nuevo.

Steven Duclos, jefe de sostenibilidad de materiales de GE, dice que en la mayoría de los casos es posible reducir el uso de minerales de tierra rara entre 10% y 80% simplemente ajustando los procesos de manufactura para aminorar el desperdicio en la línea de producción.

Algunas compañías están abandonando del todo los medios tecnológicos que dependen de minerales de tierras raras. Toyota, que usa imanes de neodimio en el motor de su Prius, busca crear un motor eléctrico más eficiente que no usa elementos de tierras raras. La automotriz planea lanzar el próximo año su primer modelo que no depende de tecnología magnética permanente. Tesla Motors, de California, proveerá el motor y la batería para el Rav4.

Un sector en el que ha habido poco éxito en hallar un sustituto de tierras raras es la iluminación. Desde luces fluorescentes hasta pantallas de laptops y iPhones dependen de cantidades pequeñas pero críticas de europio para generar un color rojo plácido y terbio para el verde. "Hay sólo 100 elementos conocidos por el hombre, y sabemos qué colores producen, y esos son los únicos que producen esos matices particulares", dice Alex King, director del Laboratorio Amex, un centro de investigación de tierras raras.

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