lunes, 26 de mayo de 2014

Con esto....que esperaban?

La generación sin esperanza: 50 años y en paro


 Fernando Sánchez Alonso - XL Semanal
Seis millones de españoles están en paro. Son una cuarta parte de la población activa. Y más de un millón son mayores de 50 años. Un colectivo que, además de no tener trabajo, soporta el peso de contar con cargas familiares y poco margen de maniobra para reciclarse o coger las maletas y emigrar. Estas son sus caras. Y sus dramas.rimir
María caballero. 51 años. Sumiller. "En las entrevistas te hacen sentir mal, como si fueras culpable de ser mayor"
«Antes trabajaba en una bodega. Ahora llevo cinco años en el paro. Sobrevivimos con el sueldo de mi marido. Y rezando para que no nos falte». Con sacrificios, María se ha costeado un sinfín de cursos y cada mañana envía currículos. Alguno se ha convertido en una entrevista. «Pero luego, al verte, te hacen sentir mal, como si fueras culpable de ser mayor. Me obligo, sin embargo, a tener esperanza. No quiero resignarme, porque en una cabeza llena de desesperación no caben los sueños. Y sin sueños, ¿para qué vivir?».
Carlos Lusa. Técnico en Artes gráficas. 54 años
"Esto es un genocidio laboral, parece un experimento de Mengele"
Parado desde hace dos años, Carlos trabajó durante 37 para las editoriales más prestigiosas, «hasta que la última quebró». Trabaja desde los 15. «Nunca le he hecho ascos al trabajo, pero hoy no hay manera de encontrar nada. Hasta para carretillero te exigen inglés; en cambio, los políticos ni lo balbucean. «Esto es un genocidio laboral. Lo que están haciendo parece un experimento de Mengele». Le cuesta lo indecible pagar la universidad de su hijo. «Pero lo haré, aunque yo no tenga para comer».
Emilia Lanzas. Periodista. 54 años.
"Tengo la disciplina de mandar 12 currículos al día"
«Hay que devolverle al trabajador la dignidad que le han quitado. Esa es la reforma más urgente que deberían acometer los gobernantes», sostiene esta licenciada en Ciencias de la Información y máster en Cinematografía. «No se valoran los méritos». Emilia, tras casi dos años en paro, va perdiendo la esperanza, pese a que se impone la tarea de enviar una docena de currículos al día. En todo ese tiempo, sin embargo, solo la han llamado para una entrevista. «Noté que me rechazaban por la edad. Despectivamente empezaron a llamarme 'señora'».
Javier Olivares. Director de Gestión y desarrollo. 58 años
"Mandar un currículo es como meter un mensaje en una botella"
Lleva en el paro desde 2008. «Mandar un currículo es como meter un mensaje en una botella vacía y tirarla al mar. Aunque la vean, nadie se para a recogerla». Javier no consigue empleo, a pesar de tener una licenciatura, cuatro idiomas y experiencia. «Al principio pensaba que lo encontraría, pero sigo igual. Y con bastantes kilos menos. Pensé que la crisis iba a obligarnos a replantearnos nuestra forma de vida. Pero olvidé -sonríe- que nuestros políticos hacen política con minúsculas».
Juan Antonio Migallón. Jefe de almacén. 56 años
"Lo peor es la vergüenza: verme como un inútil ante mi familia"
«Estoy mal. Cada día tengo más miedo. No duermo. Cuando se enfadan mi mujer o mis hijas, creo que es por mi culpa y que todo sería distinto si yo no estuviera en el paro. Lo peor es la vergüenza de verme como un inútil ante ellas, yo que tengo cotizados 42 años a la Seguridad Social. A mi último jefe le propuse mil alternativas para que la empresa no cerrara; no me escuchó. En las crisis siempre se salvan los mismos». Ha entregado cientos de currículos, pero solo lo han llamado para una entrevista.
Victoria López. Auxiliar de clínica. 60 años
"He mentido sobre mi edad para ver si así me salía trabajo"
Lleva cinco años en el paro y ha mentido sobre su edad para conseguir entrevistas. Ya no tiene esperanzas. «El sistema, con la complicidad de empresarios, partidos políticos y sindicatos, nos ha matado en silencio». Viuda desde los 46 años, y por aquellas fechas con niños a su cargo, esta cordobesa se ha enfrentado siempre a la adversidad. «Y casi siempre he ganado», dice. A pesar de la montonera de currículos presentados, solo ha logrado dos entrevistas en un lustro. La última, hace tres años.

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