Tres sets le sobraron para derrotar a Stepanek (3-6, 2-6 y 5-7), pero, una vez más, Ernests Gulbis (25) acaparó todos los focos por algo que nada tuvo que ver con lo sucedido sobre la arcilla de Roland Garros. Al jugador letón le sobra talento y es igual de temible con una raqueta en la mano que delante de un micrófono. El joven tenista no ha dudado cuando ha tenido que calificar de “aburridos” a Nadal, Djokovic, Federer y Murray en las páginas de L’Équipe. En aquel momento no se mordió la lengua como tampoco lo ha hecho en Paría donde ha asegurado que el tenis es un deporte duro para las mujeres ya que éstas necesitan pensar en la familia. Y esto, teniendo en cuenta que sus dos hermanas también forman parte del mundo de la raqueta.
Ernest Gulbis tiene la misma facilidad para hacer historia empuñando su raqueta como para levantar ampollas con su opinión. Hace cuatro años que el joven de Latvia irrumpió en el mundo del tenis para colocarse entre las 25 mejores raquetas del momento, pero el desorden que imperaba en su vida echó por tierra este talento. Ir de fiesta en fiesta jugó en su contra y no fue hasta la temporada pasada cuando pareció centrarse para volver a la senda que tanto éxito le dio. Imprevisible e impulsivo, no se corta ni dentro ni fuera de la pista. En París, sus palabras le han llevado a estar presente en todos los titulares.
Y es que para Gulbis, el deporte del que ha hecho su profesión es duro para la mujer ya que ésta “necesita disfrutar de la vida un poco más, pensar en la familia y en los hijos. ¿En qué hijos puedes pensar hasta los 27 años si juegas profesionalmente?”. Sus palabras, controvertidas de por sí, chocan más cuando se pone de manifiesto la razón que le llevó a hacer estas declaraciones. A Ernest le preguntaron por sus dos hermanas pequeñas, ambas involucradas en el mundo del tenis: “Espero que no continúen con una carrera profesional de tenis porque para una mujer es duro. No me gustaría que mis hermanas se hicieran tenistas profesionales, es una elección de vida difícil”.
Si en algún momento, Gulbis intentó provocar o generar la reacción de sus compañeras de profesión, se equivocó. Sharapova y Muguruza no quisieron dar importancia a las palabras del jugador letón. La rusa, en cuyos planes no entra parar para tener hijos, aseguró que “no se puede tomar todo lo que dice en serio. Es divertido escucharle y creo que estaba de broma. Este deporte da muchas oportunidades a las mujeres y no lamento ninguno de los pasos que he dado”. Garbiñe, por su parte, dejó claro que “jugamos al tenis hasta que nos cansamos y luego podemos hacer otras cosas”.
No será la última y tampoco ha sido la primera salida de tono de Ernest Gulbis. El año pasado, en el mismo escenario, cargó contra cuatro de las mejores raquetas del circuito. De Nadal, Djokovic, Federer y Murray aseguró que aburrían al público. No se quedó ahí. El letón comentó que los cuatro tenistas que entonces copaban las primeras posiciones de la clasificación ATP compartían intereses para mantener la situación como estaba: “El tenis es demasiado burocráticos y los jugadores ‘top’ están muy contentos con que los jóvenes sean tratados como una mierda”. En las páginas de L’Équipe afirmó que el público del tenis demandaba “guerra, sangre y emociones; la gente quiere ver raquetas rotas y escuchar chillidos en la pista” y para Gulbis, los mejores jugadores carecían de estos ingredientes.