miércoles, 19 de noviembre de 2008

La energia se nucleariza .

Industria sugiere a Zapatero invertir en energía nuclear




El Gobierno baraja fórmulas para conseguir la cuadratura del círculo en el espinoso asunto de la energía nuclear. Por un lado, quiere seguir trasmitiendo la idea de que no habrá más centrales, una premisa que forma parte de su esencia electoral. Al mismo tiempo, quiere tranquilizar a la industria energética, abriendo vías para que la energía atómica (esencial para apuntalar el sistema eléctrico), no sólo no desaparezca, sino que se refuerce. La clave es la tecnología.

Líneas maestras
El Ministerio de Industria, a cuyo frente está Miguel Sebastián, ha retomado la elaboración del informe de prospectiva energética hasta 2030, que ya se intentó abordar en la anterior legislatura. El documento, hecho con la colaboración de expertos, debe marcar las líneas maestras en materia energética a largo plazo.

Aunque no sea vinculante legalmente, tendrá un enorme peso, dado que el diseño de la política energética de un país –por las importantes inversiones que se requieren– únicamente se puede realizar con gran antelación y perspectiva.

Entre los escenarios que baraja Industria está el reforzamiento de la capacidad de producción eléctrica con centrales nucleares. Es una idea que, en apariencia, está en contra de lo que pregona el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

Industria quiere compatibilizar el planteamiento político del Ejecutivo con la necesidad energética
Pero Industria introduce un elemento nuevo que permite compatibilizar las
promesas políticas y la sensibilidad social, con las necesidades energéticas. Más energía nuclear, no necesariamente significa más centrales. La tecnología atómica está desarrollándose a pasos agigantados.

Los avances permitirán que un mismo emplazamiento ya preexistente pueda incrementar su eficiencia y aumentar la potencia, con una reconversión adecuada. Los expertos consideran, además, que las nuevas tecnologías permiten la escalabilidad (ajustar la capacidad de una central a las necesidades, añadiendo módulos). En España hay ahora ocho reactores nucleares, en seis instalaciones (ver gráfico). En conjunto, suman una potencia de 7.700 megavatios (MW).

La reconversión tecnológica de las centrales existentes y su repotenciación –al menos algunas de ellas, para lo que habrá que hacer estudios que determinen donde es posible– deja obsoleto el debate de los últimos meses, que giraba únicamente en torno a si se renovaban o no los permisos a las instalaciones existentes, y si se agotaba su vida útil. Sebastián dio por hecho hace días que si las centrales cumplen las condiciones de seguridad, se agotará su vida útil.

Realismo
La prospectiva energética trata de ser consecuente con los planteamientos políticos del Gobierno (mantiene su enorme apuesta por las energías renovables), pero también es realista con las reivindicaciones empresariales, que consideran a la energía nuclear como una necesidad vital para el país, por su competitividad, y por la diversificación y robustez que aporta al sistema eléctrico (compensando la variabilidad de las renovables). Cada vez desde más ámbitos, se reclama la apuesta nacional por la energía atómica. El último ejemplo ha sido el de la patronal CEOE y los sindicatos, que en ningún otro debate parecen más de acuerdo.

El presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, dijo esta semana que el sistema eléctrico debe tener un tercio de la potencia de origen nuclear (11.000 MW nuevos), frente al 17% actual. Inicialmente, se entendió que se refería a nuevas centrales. Fuentes cercanas matizan que no necesariamente.

Puede ser añadiendo potencia a las existentes, como baraja Industria. La energía nuclear, además, puede ser un revulsivo a la crisis. 11.000 MW requieren 33.000 millones de inversión. La industria española, con empresas punteras como Iberdrola Ingeniería y Técnicas Reunidas, sería capaz de atender dos tercios de esa demanda tecnológica, dicen los expertos.

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