domingo, 23 de noviembre de 2008

Mielero!!!!!

Curiosidades de nuestra vieja Europa.

Europa, menos dulce
Ben Shore
BBC


De las abejas depende mucho más que la miel.

Los miembros del Parlamento Europeo (MPE) se unieron al creciente coro de gente que urge que se tomen medidas para salvar a las abejas del mundo.
El fenómeno tiene consecuencias mucho más graves que la simple alza de los precios de la miel.

En la lujosa sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo, un desayuno continental es común. Entre las 07:30 y las 11:00 de la mañana, los muchos comedores del edificio sirven café, croissant relleno de almendras y jugo de naranja a precios impresionantes.

Pero una nube se cierne sobre el futuro de esta tradición europea: la preocupante desaparición de las abejas.

Las abejas no producen sólo miel, también polinizan muchas de las plantas y vegetación que consumimos.

Piense en el ya mencionado desayuno continental. Las abejas polinizan los almendros, así que si se extinguen, el relleno de los croissant desaparecerá. La taza de café por la que cobran un euro inmediatamente costaría muchísimo más, así como el jugo de naranja, pues tanto los naranjos como los cafetales también las necesitan para reproducirse.

Incluso la leche sería más escasa, pues de las abejas depende que crezcan casi todos los ingredientes del pienso, y las alternativas a las que los granjeros tendrían que recurrir, como los cereales, son mucho más caras.

¿Cuántas mueren?


No se sabe bien por qué están muriendo.
La amenaza al desayuno, entonces, es grande. La población apícola de Europa ha estado disminuyendo a un ritmo alarmante. En el Reino Unido cayó un 30% entre 2007 y 2008, según la Asociación de Apicultores británica.

Pero el Reino Unido no es uno de los principales productores, pues cuenta apenas con unas 274.000 colmenas. Según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), Italia tenía 1.091.630 colmenas en 2007 y Francia 1.283.810.

En el mismo informe de EFSA se revela que el índice de mortalidad de las abejas en Italia es de entre el 40 y el 50%, una situación preocupante para un país donde la apicultura es una actividad a escala industrial.

Sin embargo, EFSA señala que las cifras no son muy confiables pues antes de que las abejas empezaran a morir, la manera en la que cada país hacía sus estadísticas no era armónica.

Pero, ¿por qué se mueren?

Y respecto a la razón por la cual se están muriendo, la confusión es aún más grande.

Los científicos piensan que algo llamado varroa mite es parcialmente responsable por esta emergencia apícola, pues le chupan la sangre a los insectos y debilitan su sistema inmunológico.


Los apicultores necesitan que los políticos hagan algo rápido.
No obstante, se cree que hay otros factores que afectan a las abejas, como algunos pesticidas y las largas temporadas de humedad que ha habido en los últimos dos veranos europeos.

La situación es tan grave que ya tiene nombre: desorden del colapso de colonias (CCD, por sus siglas en inglés), y lo que más atribula a los MPEs es la falta de información.

Es por eso que hicieron un llamado para que el brazo ejecutivo de la Unión Europea, la Comisión Europea, libere fondos para investigar qué está pasando con las abejas.

Quieren además que se creen zonas especiales de recuperación en tierras arables llenas de plantas ricas en néctar, pues se piensa que eso las ayudaría.

A la industria apícola le complace que los políticos europeos le presten atención pero la comisión se toma su tiempo antes de actuar y tiempo es algo que las abejas no tienen.

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