martes, 23 de diciembre de 2008

CCOO, Un Sindicato dividido.

Lo apuntábamos el otro día, CCOO revolverá la pajarería.


La incógnita de Toxo al frente de CCOO
Publicado el 22-12-2008 , por Expansión
El nuevo secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, ha inaugurado su mandato con un discurso que supone, dentro de la izquierda, un viraje hacia posiciones más radicales y una apuesta por el federalismo territorial. Es una ruptura con la actitud moderada y posibilista que ha mantenido José María Fidalgo en sus ochos años de gestión.

A priori, en una organización profundamente dividida como la que ha salido del IX Congreso, es razonable pensar que Toxo tendrá que rendir tributo a los sectores más críticos del sindicato que le han apoyado y que, tanto con Antonio Gutiérrez, como con José María Fidalgo, no perdieron oportunidad de cuestionar los sucesivos acuerdos sociales y laborales contraídos junto a UGT con el Gobierno y la patronal. Es decir, sobre temas de la importancia de la reforma del mercado de trabajo y del sistema de pensiones, la defensa de la unidad de mercado o el acuerdo anual sobre la negociación colectiva que, desde 2002, han firmado la patronal y los sindicatos.

Por la misma razón, a partir de ahora CCOO se replanteará el apoyo a la energía nuclear, como una de las alternativas para garantizar la continuidad de la actividad económica, que mantenía Fidalgo, en estrecha colaboración con Cándido Méndez.

Por todas estas razones, el Gobierno, los empresarios y hasta UGT tienen razones para sentirse inquietos respecto al diálogo social y al futuro de las relaciones industriales con unas CCOO dirigidas por la alianza de Toxo con sectores que no tienen ningún reparo en acudir a las posiciones más extremas y, por otra parte, en cuestionar la unidad de mercado dando prioridad al marco autonómico frente a los acuerdos de ámbito nacional.

Es verdad que, dentro de CCOO, algunos sostienen que, con Toxo, las cosas no van a variar sustancialmente respecto a la estrategia de Fidalgo. Sin embargo, esa es una incógnita que debe despejar el nuevo líder del sindicato demostrando que es capaz de imponer su criterio.

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