miércoles, 31 de diciembre de 2008

Entre todos.....

El cine en liquidación por derribo.

LA PATRONAL CULPA A LA PIRATERÍA
La crisis y el agotamiento de la industria amenazan a las salas de cine


La crisis y el agotamiento de la industria amenazan a las salas de cine
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La exhibición cinematográfica: Un sector maduro
España es el segundo país europeo que más pantallas de cine tiene por habitante, y donde hay más grandes complejos tipo Kinépolis. Paradójicamente, la asistencia a las salas desciende a un ritmo medio anual en torno al 3% desde el año 2002, según las cifras de ministerio de Cultura. ¿Está muriendo de éxito la industria cinematográfica española?

Sólo en este año, y con datos hasta octubre, la recaudación ha caído un 3,5%. Puede pensarse que la crisis que vive la economía española durante el último año ha agudizado el particular vía crucis de la industria. Y aunque es un factor importante, no es el único que ha puesto en la encrucijada a un sector otrora muy rentable.

El hecho de que España sea la primera potencia europea en exhibición no es casual. Según explica José Vicente García Santamaría, profesor de Periodismo y Comunicación Audiovisual de la Universidad Carlos III de Madrid, el fenómeno se debe a condiciones objetivas de la economía española desde 1995: bajos tipos de interés, ‘boom’ inmobiliario, construcción de grandes centros comerciales y llegada masiva de inmigrantes.

Sin embargo, el sector de la exhibición, explica García Santamaría, “ya está maduro” y muestra alarmantes síntomas de agotamiento desde 2006. Por un lado, el precio de las entradas es demasiado alto en relación con la renta disponible de los españoles, lo que se ha visto agravado este año con la crisis. Además, han desaparecido las inversiones del capital riesgo, que fueron cruciales para desarrollar los grandes complejos entre 1995-2005.

Desde la Federación de Cines de España (FECE) ven las cosas de otra forma y explican a FINANZAS.COM que el problema del cine es “sin duda” la piratería, que a su modo de ver “es salvaje”. La patronal que aglutina al 90% de la salas considera que, aunque “pongas la película a tres euros, la gente te dice que es cara y se la baja de Internet”.

García Santamaría no juzga el posible impacto de las descargas por Internet sobre la industria del cine, “porque no hay estudios en España que puedan evaluarlo en su totalidad”. Pero sí reconoce que cada vez es más relevante el consumo de ocio en el hogar, y admite que la televisión a través de la red tiene un protagonismo cada vez más importante.

En este sentido, FECE explica que los únicos días que se salvan son los del fin de semana, por el hábito que tiene la gente de ir al cine. Además, el exhibidor se queda con un 40% de lo recaudado, mientras que el distribuidor gana el 60%, pero hay pocas películas, salvo los grandes éxitos de taquilla, que aguanten más de dos semanas en cartel. El resultado es que los ingresos son cada vez menores.

Los ingresos por la venta de palomitas o bebidas son cada vez más importantes, y suponen alrededor del 25% del total. Pero no bastan para mantener la rentabilidad de las salas. Hacen falta soluciones imaginativas. Por eso, los expertos consideran vital que la industria de exhibición reinvente su modelo y de entrada a otros contenidos como videojuegos en la red, proyecciones privadas, retransmisiones de óperas y espectáculos deportivos. O lo que es lo mismo, que los cines se conviertan en complejos integrales de ocio que contribuyan al aumento de los ingresos.

En algunos complejos, como Kinépolis, ya se ha dado el primer paso y los grandes estrenos conviven con sesiones de juegos en red o retransmisiones deportivas. Reinventarse o morir. Esa es la única alternativa para la industria española de exhibición cinematográfica, que afrontará los dos próximos años el final de una década marcada por la crisis y el descenso de la asistencia.

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