sábado, 11 de octubre de 2014

Antonio Garrigues....

Antonio Garrigues: "El contacto entre las élites políticas, económicas y judiciales es inevitable"


Juan Cruz Peña
Como testigo partícipe de la evolución económica de España desde el franquismo hasta nuestros días, habla del momento actual, de las relaciones de altos vuelos, así como de los retos a los que se enfrenta nuestra economíamprimir
Antonio Garrigues se aparta de la primera línea de su bufete de abogados y se convierte en el presidente de honor de la compañía. Coincidiendo con su ochenta cumpleaños, la editorial Península publica la biografía Antonio Garrigues Walker: testigo clave de medio siglo de nuestra historia.
Este jurista transformó un despacho familiar en una de las firmas más importantes de España: Garrigues. Convencido de la ideología liberal, es miembro a la Comisión Trilateral o al Club Bilderberg, grupos donde se dan cita las personas más poderosas del mundo. A lo largo de su vida, ha tratado muy de cerca con grandes empresarios y políticos a nivel internacional. De hecho, llegó a fundar el partido liberal en España.
Además de su trayectoria empresarial, ha tenido tiempo para cultivar las letras -ha escrito más de cincuenta obras de teatro a nivel amateur-. Como testigo partícipe de la evolución económica de España desde el franquismo hasta nuestros días, habla del momento actual, de las relaciones de altos vuelos, así como de los retos a los que se enfrenta nuestra economía. 
Pregunta.- El líder de Podemos, Pablo Iglesias, al que las encuestas sitúan cada vez más arriba, ha dicho en repetidas ocasiones que las grandes fortunas de este país se han conseguido situándose cerca del poder político, que es quien tiene la llave para que luego los grandes empresarios puedan hacer sus negocios. ¿Qué opina?
Antonio Garrigues Walker.- El fenómeno Podemos se basa en el resquicio. Mucha gente lo vota sin saber su programa. Hay que valorarle como hay que valorarle. Podemos sube en la medida en que los partidos mayoritarios le han dado la espalda a la ciudadanía y es un voto de castigo, dándoles a entender que no les ha gustado lo que han hecho. Eso es lo importante de este fenómeno. En Alemania hay un partido llamado Pirata que ha conseguido una cantidad importante de votos.
P.- Y en concreto ¿qué le parece lo que opina de la relación entre poderes políticos y financieros?
R.- En todos los países existe contacto de las élites. En Estados Unidos incluso se le ha puesto un término, el "establishment", que se refiere a estas élites políticas y económicas. La cercanía con el poder por sí misma no es mala, lo que es malo es el abuso de ella. Pero de por sí esto es inevitable. Una empresa muy importante del mundo financiero o una empresa muy importante de construcción de infraestructuras tiene más cercanía al poder. El problema no es la cercanía al poder, el problema es que la cercanía a ese poder se utilice para obtener beneficios o para conseguir contratos enormes y hacer acuerdos inmorales. Entonces estamos perdidos. Sin embargo, la idea utópica de que nunca jamás exista ningún tipo de cercanía al poder es totalmente imposible. En este aspecto, la ciudadanía debe saber que eso pasa en todos los países. Que la gente no crea que esto no pasa en países como Francia, Alemania, Gran Bretaña o Estados Unidos. El que piense que en Estados Unidos no hay cercanía al poder como en España se equivoca, es algo inevitable, esto no tiene ninguna duda.
P.- Usted pertenece a la Comisión Trilateral y el Club Bilderberg (Reuniones donde participan las personas más influyentes del mundo a nivel político, económico y de otros ámbitos de las sociedad). ¿Realmente existe tanta influencia y poder en esta institución como se dice?
R.- En estos momentos, ni la Trilateral ni Bilderberg ni Davos son instrumentos de poder, pero sí son válidos porque obtienes una información de primera mano y una capacidad de relación realmente muy importante en todos los sentidos. Pero de ahí a que sea una especie de Gobierno del mundo en la sombra, yo puedo tranquilizar a la gente de que bajo ningún concepto pasa esto. No tenemos ninguna capacidad de influencia ni de decisión. En un mundo donde todo el mundo sabe todo de todos, pierde mucho de la fuerza que podía tener. Esas reuniones son más bien de análisis de estudio de anticipación, pero de poder influir, nada de nada.
P.- En el sector en el que usted ha trabajado también hay quien piensa que existe cierto tráfico de influencias. De hecho, el Gobierno está intentando mejorar la Ley Concursal para reflotar aquellas empresas que se declaran en quiebra o no pueden hacer frente a sus pagos. Una de las cuestiones que hay que resolver es la discrecionalidad de la que gozan los jueces para elegir libremente a uno u otro abogado como administrador de la empresa concursada. ¿A usted le consta que haya tráfico de influencias entre despachos de abogados que intentan administrar las empresas donde pueden sacar más ganancias y los jueces de lo mercantil que asignan libremente esas gestiones?
R.- No me consta ningún abuso en ese sentido. Yo estoy en favor de que se regule ese tema. Cualquier abuso que se cometa entre jueces y abogados me parece mal. Todo lo que sea regular el poder discrecional es positivo porque el poder discrecional es el que es más susceptible de que se abuse de él. No obstante, que haya relación entre jueces y abogados no es malo. Esta relación entre las instancias judiciales y los despachos de abogados podemos darla por segura en España y creo que no existe peligro de abusos aunque si existieran me preocuparía.
P.- Cambiando de tercio, el fallecido presidente del Banco Santander, Emilio Botín, dijo hace poco que el dinero estaba entrando a espuertas en España. ¿Cómo lo ve usted?
R.- Notamos una nueva alegría y más interés por la economía española. Es lógico porque España ha hecho las cosas razonablemente bien y eso lo reconoce todo el mundo. Al margen de los dos grandes problemas que tiene España, el sobreendeudamiento y el paro, tenemos un potencial de crecimiento alto. La economía española puede dar un salto de crecimiento significativo. Eso puede atraer a los inversores y, además, eso genera inmediatamente un mimetismo. Si empieza alguien a invertir, empiezan a invertir el resto. Por lo tanto, España está viviendo una época mejor y posiblemente el mejor momento de los últimos meses y de los últimos años.
P.- ¿Cómo está España a nivel regulatorio y jurídico para que lleguen esas inversiones de fuera?
R.- Razonablemente bien pero este es un campo donde la capacidad de mejora va a ser importante y continua. El principal problema con el que se tiene que enfrentar el legislador es el constante cambio a nivel científico y tecnológico. En los últimos tiempos los principales problemas han estado en el sector energético. Pero, en materia de seguridad jurídica hay que contemplar las cosas no sólo como las normas que regulan sino también como la existencia de tribunales que garantizan el cumplimiento de esas normas. En España, tenemos un problema grave de lentitud. Siempre se ha dicho que la justicia tardía no es justicia y eso es verdad. Qué duda cabe de que hay pocos jueces. Qué duda cabe de que hay pocos medios materiales, qué duda cabe de que tenemos que ir a fenómenos de especialización mucho mayores porque estamos entrando en un mundo mucho más complejo en lo científico y en lo tecnológico, donde a un juez no se le puede pedir que aspire a un conocimiento universal. En estos temas es donde el Gobierno y la oposición deberían llegar a acuerdos, están en la obligación ética y política de hacerlo. Esto no es un tema menor, afecta de manera directa a la capacidad para atraer capital extranjero y daría salida a miles de casos que están en los tribunales donde hay grandes cantidades de dinero retenido esperando a que se dicte sentencia para que pueda ser liberado.

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