miércoles, 29 de octubre de 2008

Al menos y hasta ahora, los más coherentes.

Glez. Páramo, nuestro represemtante en el BCE., si tira-con razón-una de orgullo, comparando los Bancos Centrales.

"Hemos logrado que el BCE sea el banco central más creíble del mundo"

José Manuel González-Páramo (Madrid, 1958) pone el acento español dentro del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE), la sala de máquinas de la institución que establece los tipos de interés en la zona euro, en la que desembarcó en junio de 2004. Habla pausado, con tono serio, consciente de la dificultad de los momentos actuales. Y también con el convencimiento de quien sabe que está cumpliendo un sueño. "Mi paso por el BCE es la culminación de mi carrera profesional", reconoce con sinceridad.

El BCE está celebrando este año su décimo aniversario, ¿cómo valora la trayectoria de la entidad?

Precisamente por el escepticismo previo es remarcable que, en su décimo aniversario, las razones que esgrimíamos quienes creíamos en el euro se han visto confirmadas incluso por añadidura. Tenemos el banco central más creíble del mundo, tal como reconocen los expertos que estudian esta materia. Somos un banco predecible y hemos logrado mantener los precios estables durante esta década, lo que quiere decir que la estrategia de política monetaria que se eligió en su momento se ha visto avalada por los hechos. Nadie pone hoy en duda con seriedad que el euro es un éxito.

¿Ciertamente creen que los ciudadanos conocen al BCE y que entienden que la mejor contribución para el crecimiento pasa por la estabilidad de los precios?

Estoy convencido de que sí. Los ciudadanos, especialmente los más pobres y desprotegidos, son los que más valoran el poder de compra de sus sueldos, de sus pensiones, y que eso depende de tener un banco central que actúa de acuerdo con un mandato creíble. Los ciudadanos lo saben. E incluso los que no lo saben de manera consciente intuyen que hay una institución monetaria que está ahí para garantizar precisamente su poder de compra. Los ciudadanos nos piden, creo que de un modo perentorio, que no nos olvidemos de la estabilidad de precios.

¿Se precipitaron al elevar los tipos en julio?

No. Debemos asegurar la estabilidad de precios, y si uno observaba las expectativas de inflación a medio plazo en verano, corríamos el riesgo de que se desanclaran. En julio las circunstancias y nuestro mandato nos pedían que actuáramos para recuperar el control de estas expectativas. Es más, si se miran indicadores de expectativas, es justo a partir de principios de julio cuando se moderan. La subida de julio es vindicada ahora absolutamente por los hechos. Diría más, es la que ha dado un margen de maniobra al BCE para tomar alguna decisión posterior sin riesgo para su credibilidad.

Sí, pero aquella medida provocó el mayor repunte en la historia del euribor a 12 meses...

La responsabilidad de un banco central reside en hacer lo que tiene que hacer para cumplir su mandato, esto es, garantizar la estabilidad de los precios a medio plazo. El euribor, sobre todo el que está conectado a la concesión de hipotecas, es un tipo de interés de mercado que está fuera del control de un banco central, y menos en momentos de tensión financiera.

Del BCE se dice que ha heredado del banco central de Alemania el defecto de bajar los tipos tarde, mal y poco. ¿Está de acuerdo?

El BCE decide sobre los tipos de acuerdo con el análisis económico y monetario basado en su estrategia que hace a partir del conjunto de información disponible. De modo que nadie puede pensar eso de forma rigurosa. Hemos actuado en cada momento en los diez últimos años en función de lo que nuestro mandato nos pedía.

A la hora de señalar a los responsables de la actual crisis, los bancos centrales figuran en la lista. ¿Qué opina al respecto?

Me gustaría que estas alusiones fueran mucho más específicas. Se debería señalar con rigor de qué modo se pueden justificar esas críticas. En cada momento, desde 1999 hasta hoy, hemos hecho lo necesario para cumplir con nuestro mandato y creemos que hemos recurrido a todo lo que estaba en nuestra mano. Incluso cuando han llegado las turbulencias hemos reaccionado para reforzar la liquidez, para tratar de mantener el control en los tipos a plazo más corto, para dar dólares en la medida necesaria? De modo que, en términos generales, los banqueros centrales no están ahora mismo a la cabeza de las instituciones más criticadas en el mundo, sino más bien al contrario.

La correa de transmisión entre la política del BCE y los ciudadanos y empresas se ha roto como consecuencia de la crisis financiera. Entonces, ¿tienen las bajadas de tipos un impacto más anímico que real en estos momentos?

En cada momento hacemos lo que es necesario para asegurar la estabilidad de precios. Lo que eso implica en términos de movimientos de los tipos depende de los datos que tenemos en cada momento cuando nos reunimos. Es verdad que el mecanismo de transmisión de la política monetaria ha sufrido y está sufriendo como consecuencia de las tensiones financieras, pero esto no descarga a un banco central de su obligación, porque buena parte de la influencia que un banco central tiene sobre la estabilidad de precios tiene lugar a través de canales como los de expectativas y con la manera en la que tiene de inyectar liquidez en los mercados monetarios. Además, en las últimas semanas estamos recuperando el mecanismo de transmisión con las medidas que estamos aplicando.

¿Cree que la zona euro entrará en recesión? ¿Y España?

Está claro que nos enfrentamos a unos cuantos trimestres de crecimiento más moderado de lo esperado. Está por ver la magnitud, porque los riesgos a la baja sobre el crecimiento se han acentuado, sobre todo por la prolongación de las tensiones financieras.

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