martes, 21 de octubre de 2008

Habrá que preguntar en Santander.

Muy buena la interrogante, para nosotros queda por aparecer algún rasguño importante, en la Banca mediana y en alguna Caja de

Ahorros costera.El Marqués del Paseo de Pereda, seguro que lo sabe!

¿Le llegará el turno intervencionista a la banca española?

"¿Ha inyectado el Estado dinero en su entidad? ¿No? Pues entonces no me fío". Así de simple y así de duro, pero eso es lo que parece estar ocurriendo con el sector financiero en bolsa en las últimas semanas. Ayer, Francia fue el último país en anunciar que invertiría en sus bancos, en concreto 10.500 millones de euros. ¿Llegará el turno de España?

Desde que Gordon Brown desveló su plan de rescate, que incluía la toma de participaciones en las principales entidades británicas para mejorar sus ratios de capital, los inversores no han hecho más que buscar las siguientes ?víctimas?. El próximo banco que necesitaría dinero público. Y una vez localizado el objetivo, han ido provocando el desplome de su cotización hasta que, efectivamente, las autoridades han acudido en su rescate. El mercado sencillamente no se fía de la capacidad dela banca para sobrevivir sin ayuda.

Los primeros en sufrir las consecuencias fueron los bancos estadounidenses. La noche del martes 7de octubre el Gobierno de Reino Unido adelantó que la mañana siguiente presentaría su plan de rescate y se dio por hecho que tomaría participaciones en todos los grandes bancos.

Desde ese anuncio y hasta el viernes 10 de octubre, Bank of America (BAC.NY) cedió un 39% en bolsa. El gigante de la banca minorista estadounidense había rescatado de una quiebra segura a Merrill Lynch pocas semanas antes, y no parecía que sus ratios reflejaran problemas de solvencia. Pero dio igual. Su cotización sólo se recuperó cuando ese mismo viernes Henry Paulson, secretario del Tesoro, anunció que también Estados Unidos estaba dispuesto a comprar acciones de sus principales bancos. En las tres sesiones siguientes, Bank of America recuperó un 35% en el parqué.

La siguiente presa fue la holandesa ING (INGA.AM).Un informe de Goldman Sachs, en el que se aseguraba que necesitaría imperiosamente una inyección de dinero público, llevó sus títulos desde los 13,74 euros hasta los 7,335. Un desplome en toda regla: un 46%.De nada sirvió que el propio banco intentara atajar las dudas el viernes, asegurando que cumplía, y de sobra, con todos los requisitos. El pasado fin de semana el Gobierno de Holanda tuvo que aportar 10.000 millones de euros y sólo entonces la cotización subió de golpe un 29%.

Y ayer el turno fue para Société Générale (GLE.PA). Llegó a ceder un 11% tras la publicación del informe de Merrill Lynch, y la ministra francesa de Finanzas salió rápidamente al paso asegurando que, en caso de necesidad, el Ejecutivo de Sarkozy no tendría dudas en tomar participaciones en el sector. La rapidez con la que el Gobierno galo saltó a la palestra es comprensible. La caída en bolsa es grave, pero mucho más lo sería una fuga de depósitos provocada por el temor de los minoristas a una quiebra de la entidad ?una fuga que, paradójicamente, podría precipitar la bancarrota?.

Ahora la duda que planeas sobre el sector bancario español es clara. ¿Llegará el momento en que sea imprescindible que el Estado tome participaciones en las principales entidades? No ya por necesidad financiera. El Gobierno y el propio sector han repetido por activa y por pasiva que el sector sigue sano, y que no será necesaria ninguna intervención. Pero...

¿Y si los mercados dejan de fiarse? ¿Y si empiezan a sufrir duros golpes en bolsa? ¿Y si los clientes empiezan a plantearse huir con sus ahorros a otros bancos con garantía estatal?

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