jueves, 16 de octubre de 2008

Lean con detalle el manualillo.

Así se corren las crísis.

El exceso de codicia de la banca privada
13:10 15-10-2008

La banca privada española no colocó bonos de Lehman por casualidad.
El banco de inversión que quebró hace un mes era una de las entidades que mejores condiciones ofrecían a los departamentos de estructuración de productos de las casas de banca privada y banca comercial.
Por el 1,5% de media que las entidades suelen llevarse con la emisión de uno de estos productos, según comentan los expertos (la falta de transparencia del mercado de estructurados impide obtener cifras oficiales), la banca privada española se llevaba una tasa a veces superior al 3%.
Cuando quieren lanzar un producto estructurado, las entidades financieras acuden a diferentes emisores. Cada uno de ellos ofrece unas condiciones diferentes en función de su ráting; el descuento al que coticen sus bonos y sus necesidades de financiación.
Dentro de este contexto, Lehman Brothers era una de las entidades que mejor negocio planteaba a las entidades de banca privada española dentro de la calificación crediticia A, en la que se realizan buena parte de las emisiones de productos estructurados comercializados por las entidades.
Cuando se lanzaron algunos de los últimos productos ligados a bonos de Lehman Brothers, los CDS (activos que adquieren los inversores para cubrirse de los riesgos de impago de la deuda previamente adquirida) del banco de inversión cotizaban a niveles superiores a otros rivales norteamericanos e internacionales.
Lo que quiere decir que los inversores apreciaban más riesgo en los bonos de Lehman que en los de otras entidades de las que se rumoreaba que podrían atravesar problemas, como Morgan Stanley o Citi, por ejemplo.
De esta forma, si bien es cierto que era casi imposible prever la quiebra de Lehman, incluso para las agencias de ráting argumento que esgrimen las entidades españolas de banca privada para justificar su apuesta por los productos afectados , también lo es que estas casas arriesgaron en mayor medida al elegir al banco de inversión quebrado como emisor.
Los expertos advierten que junto con las mayores comisiones que embolsaban, la banca privada española optó en muchas ocasiones por ofrecer mayores rentabilidades para dar más gancho a sus productos. Es decir, dedicaban parte del cupón que les pagaba Lehman por lanzar estructurados sobre sus bonos en un retorno más atractivo con el que seducir a los potenciales inversores.
Por ejemplo, si un estructurado ligado a un bono AAA ofrecía un 10% si el Ibex y el EuroStoxx subían hasta cierto nivel, con un 1,5% de comisión para el comercializador, en el caso de Lehman podía dar un 15% con un 3% de comisión.

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