jueves, 26 de febrero de 2009

Manualillos para una crísis.

Paralelismos obligados.

La analogía con la Gran Depresión no es tan mala: si se cumple, caeremos otro 60% y luego habrá recuperación
AINHOA GIMÉNEZ, BOLSÁGORA | 0:29 - 26/02/2009

Se ha puesto de moda en los últimos meses buscar paralelismos de la situación actual en los años 30, durante la Gran Depresión. Es lógico, porque la analogía favorita de los analistas hasta ahora, la crisis de los años 70, ha sido superada por los acontecimientos y ya sólo queda una crisis peor con la que compararse: la peor de la Historia. El problema es que la mayoría de los analistas y comentaristas que hablan de este precedente no se han tomado la molestia de estudiar qué ocurrió realmente.

Si se toma en serio la analogía, nos encontramos con una perspectiva muy deprimente de lo que nos espera. Si piensan que lo hemos pasado mal hasta ahora -y lo hemos pasado mal-, todavía no hemos visto nada. Ahora bien, por increíble que parezca, el precedente también nos ofrece algunas buenas noticias.

Así se deduce de una reciente entrevista, Jeremy Siegel, profesor de finanzas de Wharton y autor del clásico "Valores para el largo plazo". Siegel busca el punto similar al actual en la década de los 30 en el momento en que la bolsa cayó a la mitad de su valor, como ahora. Siegel no toma el Dow Jones o el S&P 500, sino un índice elaborado por él mismo que incluye los dividendos y se ajusta por la inflación.

Este punto de caída del 50% llegó muy pronto durante la Gran Depresión, a finales de 1930. De hecho, al igual que en el mercado bajista actual, esa caída del 50% se produjo 16 meses después del máximo del mercado, que entonces había sido alcanzado en agosto de 1929. Es decir, hasta ahora el paralelismo con aquella crisis se está cumpliendo.

Por eso, lo peor es que la tendencia bajista apenas había comenzado entonces. Sólo en los siguientes cinco meses -los primeros de 1931-, la bolsa cayó un 60% adicional en rentabilidad total ajustada por la inflación. Sí, sí, como suena: una caída del 60% después de otra caída del 50% (recuerden que no se suman los dos porcentajes, la bolsa no puede caer más del 100%).

Si ahora se repitiera un desplome de esa magnitud, el Dow Jones (DJI.NY) se situaría por debajo de los 3.000 puntos a finales de julio de este año. Por tanto, más nos vale que la analogía con los años 30 no se siga cumpliendo.

Una recuperación impresionante
Pero no todo es tan malo. Según las explicaciones de Siegel, la bolsa recuperó rápidamente de ese 60% de caída de principios de 1931. Apenas dos años después del suelo, en junio de 1933, el mercado se encontraba por encima de donde se encontraba al cierre de 1930. Más aún: en los cinco años posteriores a 1930, la bolsa -ajustada por la inflación e incluyendo dividendos- produjo una rentabilidad del 7% anualizado, incluyendo la caída inicial del 60% en los primeros cinco meses de ese período de cinco años.

Dicho de otra forma: incluso el inversor que tuviera tanta mala suerte como para comprar justo antes de la citada caída del 60%, habría recuperado todo su dinero sólo en dos años y habría ganado un 7% anual en los siguientes cinco años. Si se respeta el paralelismo con los años 30, eso es lo que ocurrirá de aquí a febrero de 2014.

Mark Hulbert, editor del servicio Hulbert Financial Digest, advierte de que no hay forma de saber si se va a repetir la historia de los años 30, y que no hay ninguna garantía de que, si el mercado cae un 60% como entonces, luego vaya a recuperar tan rápidamente como entre 1931 y 1933. Pero afirma que, si decidimos comparar la tendencia bajista actual con aquella, debemos hacerlo con todas las consecuencias: "Aunque sea un paralelismo horrible, también contiene algunas sorpresas agradables".

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