sábado, 21 de febrero de 2009

Volar alto, picar bajo.

Los vuelos sin oxigeno son lo que tienen, ahora toca purgar los excesos.


Los altos directivos se ponen a la cola para buscar trabajo
Alta dirección, paro, empleo, cazatalentos, head hunters

@E. Sanz - 21/02/2009Deja tu comentario (3)
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Viven en el limbo de la alta dirección. Son ricos, tienen talento y se mueven en círculos reservados para la jet set. Sin embargo, muchos de ellos comparten denominador común con más de tres millones de mortales españoles: el paro ha llegado a sus vidas.

Los altos ejecutivos que trabajan en España no son inmunes a la crisis ni a sus efectos devastadores sobre el empleo. “El número de altos directivos en paro que está buscando actualmente trabajo ha aumentado un 15% desde noviembre y la cifra seguirá creciendo”, asegura a Cotizalia.com Aintzane Aroca, socia de la firma de cazatalentos Zavala Gortari.

Hasta mediados de 2008, según explica Aroca, la oferta y la demanda de ejecutivos estaban equilibradas, pero desde septiembre y octubre la situación ha cambiado. “Se ha producido una fuerte salida de las compañías en el área de alta dirección. La gente que busca empleo está en el paro o está cerca de estarlo”, comenta Aroca.

El equilibrio se ha roto y la balanza se ha inclinado a favor de la demanda con el consiguiente impacto negativo sobre el tiempo de recolocación, que se ha incrementado sensiblemente. Si en noviembre un directivo tardaba de 3 a 6 meses en cambiar o buscar empleo, ahora este plazo se ha ampliado hasta un año.

Este exceso de oferta también ha provocado que “las expectativas salariales de los directivos que están buscando empleo se hayan reducido en un 15-20% a la hora de buscar nuevas oportunidades”, explica Magda Malé socia de esta firma de head hunters. O dicho de otra manera, los salarios que se exigen ahora son entre un 15% y un 20% inferiores a los de hace seis meses.

¿Moderación salarial?

Los sueldos estratosféricos de los directivos, no sólo españoles, también extranjeros, han sido motivo de crítica y debate en los últimos meses, especialmente dentro del sector financiero. En un periodo de recesión económica como el actual, las compensaciones que se manejan en la alta dirección son incluso hasta de mal gusto. La imagen de un alto ejecutivo que alimenta su cuenta corriente con bonificaciones extraordinarias mientras su empresa está al borde de la quiebra o en serias dificultades financieras, empieza a ser motivo de crítica o malestar social.

En España, compañías como BBVA, Santander, Repsol o Banesto, anunciaron casi al unísono rebajas en los ingresos variables de sus ejecutivos. Una auténtica campaña de imagen o de maquillaje ya que, las compensaciones totales de los altos directivos de banca "se han visto reducidas en un pequeño porcentaje pero siempre se han rebajado desde el lado del variable", comenta Malé.

Por poner algunos ejemplos, Ana Patricia Botín ha reducido su compensación total un 2% que se divide en un incremento de su sueldo fijo en un 12% -el salario fijo en 2007 fue de 1,13 millones de euros y en 2008 1,27 millones- y una reducción del variable en un 10% (1,98 millones en 2007 frente a los 1,79 millones de euros en 2008). Otro ejemplo, en el caso de Francisco González, presidente de BBVA, su salario fijo aumentó en un 5,5% y su variable 10,1%, sin embargo la compensación total se ha recortado en un 5%.

Dos ejemplos que, según Zavala Gortari, muestran cómo en general, todas las entidades españolas han tendido a una reducción poco significativa de las compensaciones totales de sus directivos y siempre desde el lado del salario variable. Aunque estos recortes, en realidad, no significan nada si se tiene en cuenta la compensación acumulada que arrastran sus planes de pensiones millonarios.

Futuro complicado para la alta dirección

Los despidos han sido generalizados, pero especialmente sangrantes en el sector automovilístico, bancario e inmobiliario. Sólo farmacéuticas, aseguradoras y ‘telecos’ se han visto menos afectadas.

Pese a ello, según Aintzane Aroca, todavía hay muchos altos ejecutivos que no son conscientes de que en cualquier momento pueden perder su empleo. “Ven la crisis desde la barrera como si a ellos no les fuera a afectar”, aseguran. Otros, por el contrario, muestran mucho miedo al cambio -el último que entra es el primero que sale en una empresa-, mientras que otros se niegan a permanecer en paro. Aroca explica que “muchas veces, conservar o tener un trabajo en alta dirección es cuestión de estatus. La presión social es mucho más fuerte cuando un alto directivo se queda en paro, pese a que tenga un colchón económico sobre el que caer si no encuentra trabajo”.

Y el futuro no se presenta nada optimista. Los datos de mercado reflejan que ha sido a partir del mes de diciembre cuando se han visto incrementadas las cifras de despidos, pero el número de compañías que están tramitando sus ERE´s, se ha incrementado sustancialmente desde el mes de enero, lo que provocará la salida de muchos empleados en los próximos meses.

Además, desde enero se ha producido un hecho cuanto menos, llamativos. "Muchas multinacionales extranjeras han esperado a ese mes para pagar bonus cero o bonus mucho más bajos que en ejercicios anteriores para que la base de indemnización -que toma el salario de los últimos doce meses-, sea más baja. Generalmente los bonus se pagan en enero, por eso, si el despido se produce en diciembre, la indemnización incluiría la bonificación del ejercicio anterior, encareciendo el despido”, comenta una fuente cercana a la alta dirección.

Auge del outplacement y del interim management

La crisis también ha provocado cambios en el funcionamiento de las firmas de cazatalentos en la alta dirección como Zavala Gortari, una empresa con más de siete años en el sector. “Antes éramos nosotros los que teníamos que seducir a los candidatos. Teníamos que tener una actitud muy proactiva”, comenta Aroca. “Ahora, por el contrario, somos más reactivos ya que son ellos, los altos ejecutivos, los que vienen a nosotros buscando cambiar de trabajo o en busca de un nuevo empleo”.

Esto se ha traducido en el cambio en la estructura de ingresos de la empresa. "Antes, el 90% nuestra actividad era buscar directivos, mientras que un 10% consistía en la evaluación de equipos o en la toma de referencias, por ejemplo, para firmas de capital riesgo".

Ahora, además, se está demandando mucho otro tipo de servicios, como el interim management, especialmente entre pymes. Este servicio consiste en contratar a un ejecutivo por un periodo limitado de tiempo -6 meses, un año, según el caso-, para llevar a cabo los despidos y reestructuraciones de personal. “Se trata de personas con canas, con experiencia, curtidas. Directivos que han cubierto una etapa profesional, sin vínculos con los empleados y a quienes no les tiemble el pulso a la hora de despedir a nadie”, explica Malé.

También está experimentando un importante auge el outplacement, que consiste en servicios de asesoramiento a las empresas para las salidas de sus directivos. “Asesoramos a los ejecutivos que van a ser despedidos sobre cómo está el mercado o el sector en el que trabajan, les ayudamos a buscar empleo y a redirigir su carrera profesional”.

Con ayuda o sin ella, lo cierto es que la crisis sigue mostrando su lado más amargo y ha dejado claro un cosa: nadie está a salvo.

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