miércoles, 22 de junio de 2011

Contrapartidas...

DAMIAN BURLEIGH

La crisis de la deuda soberana ha provocado una mejora en la gestión del riesgo
Damian Burleigh, Managing Director en Standard & Poor's Valuation & Risk Strategies

22/06/2011 - 08:00 - Damian Burleigh

Standard & Poor's
una visión global del riesgo que cubra todas las clases de activos en una cartera generará beneficios significativos para los gestoreS
A medida que la crisis de la deuda soberana entra en su segundo año, todavía falta por ver un retorno a la estabilidad en los mercados financieros mundiales.

Los inversores continúan observando organizaciones supranacionales como la UE (Unión Europea) y el FMI (Fondo Monetario Internacional) para determinar si se permitirá o no que un estado soberano europeo entre en suspensión de pagos. España ha evitado en gran parte los problemas que padecen las naciones denominadas “periféricas”, como Grecia e Irlanda, y las expectativas de la deuda española son positivas. No obstante, hay lecciones que aprender de la crisis y estas se aplican tanto a los gestores de activos en España como en cualquier otro país.

Una de las lecciones es en relacion a la transparencia en el riesgo de contrapartida. Muchos inversores intentan determinar cuál sería su riesgo de contrapartida en caso de que un estado soberano entrara en suspensión de pagos. La posibilidad de tal evento ha generado temores de posibilidad de contagio en la Unión Europea. Por ejemplo, mientras Grecia cuenta con unos 150.000 millones de dólares norteamericanos de deuda soberana con bancos de Alemania, Francia, el Reino Unido y otros países, la deuda española con los mismos bancos supera los 750.000 millones (según la información obtenida del Banco de Pagos Internacionales). Las consecuencias serán significativas si cualquiera de estos países entra en suspensión de pagos, pero los efectos en el caso de España podrían ser mucho más perjudiciales para el sector bancario europeo, con el consiguiente efecto dominó para todas las entidades de contrapartida y para los clientes.

Como respuesta a estas nuevas presiones, los inversores en deuda europea deberían considerar una revisión de sus estrategias de gestión del riesgo. Una disminución del apetito por el riesgo es inevitable. De hecho, la ansiedad que rodea al riesgo de contrapartida y a los niveles de riesgo adecuados para la actividad de prestar e invertir es lo que en nuestra opinión condujo a la disminución temporal pero significativa en la emisión de bonos corporativos que se observó en Europa a principios de la crisis crediticia a mayor escala que comenzó en 2008.

Una respuesta prudente adoptada por los participantes en el mercado consiste en analizar la salud crediticia de una gama más amplia de entidades de contrapartida en sus transacciones, lo cual ayuda a determinar nuevos límites de riesgo adecuados y cómo las estrategias de asignación deberían adaptarse al nuevo entorno.

Una respuesta efectiva también debe tener en cuenta que el riesgo no se puede considerar de forma aislada. Para ser efectivo, el análisis del riesgo debe combinarse con seguimiento y análisis del rendimiento. Muchos inversores se han dado cuenta de que el precio de mercado de los instrumentos financieros no revela necesariamente todos sus riesgos asociados. Esto sirve para reforzar el argumento a favor de una plena comprensión de la naturaleza del rendimiento y el riesgo en activos cruzados. El desglose y la disección de las interacciones entre el perfil de ganancias de una empresa y su análisis fundamental, por ejemplo, añaden una dimensión adicional al análisis del riesgo, permitiendo una visión más sólida que en última instancia puede conducir a una estrategia de inversión más rentable.

Por estas razones, los gestores de activos con visión de futuro han empezado a reunir información de valoración e investigación en clases de activos por separado. Aunque los analistas continúan con su especialización en renta variable o renta fija, intentan incluir en su evaluación datos y análisis de clases de activos cruzados cada vez más frecuentamente. En efecto, en base a nuestras conversaciones con participantes en el mercado queda claro que muchas empresas de inversión están buscando una valoración e información sobre el riesgo mucho más profunda.

El aumento de la presión sobre los participantes en el mercado suele llegar en la forma de una mayor supervisión regulatoria. El resultado es que cada vez existe más demanda para que se establezcan puntos de referencia relativos en cuanto a valor y riesgo, junto con el seguimiento del riesgo de contrapartida y el análisis de pruebas de estrés. Además, en el clima posterior a la crisis crediticia, quedan pocas dudas de que una gestión del riesgo adecuada implica involucrar a compradores y vendedores en cuanto a la transparencia de la información y los análisis del riesgo empleados. En esta nueva era de concienciación sobre el riesgo, se espera que los gestores de activos equipados con herramientas de inversión y agrupaciones de datos que incorporen análisis de clases de activos cruzados y activos múltiples sean los que mejores resultados obtengan. En efecto, una visión global del riesgo que cubra todas las clases de activos en una cartera generará beneficios significativos para los gestores de carteras.

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