jueves, 11 de agosto de 2011

El Dandy del Pop.....

Bryan Ferry presenta entre la devoción del público su nuevo disco en Porta Ferrada

El cantante británico apenas cantó un par de temas de su nuevo trabajo, 'Olympia'

Música | 11/08/2011 - 00:21h

ESTEBAN LINÉS

El que posiblemente sea el último dandy del pop en activo, Bryan Ferry, y que sin duda ha grabado algunas de las canciones más sugestivas del pop de los años ochenta al frente de Roxy Music, ofreció anoche en el Festival de la Porta Ferrada una condensada lección de cómo triunfar en el negocio y no morir en el intento. El siempre elegante intérprete británico venía a ofrecer la única parada española de su Olympia Tour, la gira de presentación de su nuevo disco en solitario de igual nombre, y encandiló literalmente a los aficionados que abarrotaban el escenario del puerto de Sant Feliu. Lo hizo a partir de las diez y media de la noche, de un concierto tirando a corto (una hora y cuarto) y con 16 canciones, a las que añadió dos temas de propina, el último de los cuales fue el inevitable Jealous guy.

Es decir, lo hizo con sus propias armas de destrucción masiva, que no son otras que su porte escénico (elegante, perfecto de figura a sus 65 años y después de haber padecido hace unos meses algunos problemas de salud), disponer de un repertorio de eficacia garantizada y, en esta ocasión especialmente, venir acompañado de un espectáculo realmente espléndido. Con una producción impecable y con el propio cantante muy encima de cualquier mínimo detalle, se ha rodeado de un grupo de músicos, bailarinas y coristas de primer nivel: entre ellos se pudo distinguir al histórico guitarrista Chris Spedding, al casi legendario batería Andy Newmark o al bajista Jeremy Meehan, productor de Robin Williams. A todos ello había que sumar una amplia pantalla donde se proyectaban imágenes realizadas en los estudios londinenses del propio cantante y, como queda dicho, un setlist para que mojase pan todo tipo de públicos: desde la imparable tripleta de arranque (I put a spell on you, Slave to love y Don't stop the dance) hasta otros clásicos como My only love o Boys and girls, y un muy breve repaso sobre su nuevo material, que no fue más allá de You can dance o Alphaville. También interpretó If there's something, un tema de la época de Roxy Music –"que Kate Moss me pidió que le cantara en su fiesta de bodas" de hace unas semanas–. El propio Ferry detalló ayer, en un encuentro matutino con la prensa en Sant Feliu de Guíxols (camisa azul, liviana americana a cuadros, tejanos, mocasines marrones): "A raíz de que ella prestara su rostro para la portada de Babylon, me dijo que su canción favorita de Roxy Music era esa y que le haría mucho ilusión si se la cantaba el día de su boda. Nos mandó un enorme helicóptero y allí nos presentamos. Tiene una casa muy bonita".

Ferry llegó a la localidad de la Costa Brava el martes con cierto despiste –"me quedé muy sorprendido al ver que tenía mar"– directamente procedente de Londres, "Aunque sólo he podido ver en la prensa y la televisión los sucesos que han estado ocurriendo, además, yo vivo en West London y allí no ha pasado nada". Conocido por sus actitudes conservadores, el autor de More than this aventuró que "hay mucho joven que viene de familias desestructuradas, que no les gusta ir a la escuela y que sencillamente no tienen trabajo y no saben qué hacer". Tuvo, en cambio, palabras muy sentidas por la reciente muerte de Amy Winehouse, de la que se confesó "uno de sus más grandes admiradores". "Era una de mis cantantes contemporáneas favoritas", añadió. Con conocimiento de causa en su pasado, Ferry reflexionó: "Es una pena cuando las drogas se llevan a alguien, y eso es algo que he visto demasiadas veces en mi vida".

A todo esto, ¿qué hace Bryan Ferry en el Porta Ferrada? Después de la gira For your pleasure que ofreció (en el Sónar barcelonés, por ejemplo) el año pasado con algunos de sus compañeros de Roxy Music, como Phil Manzanera y Andy McKay, y que finalizó a comienzos de este año en escenarios norteamericanos, Ferry está embarcado desde hace un par de meses en el Olympia tour. Una dicotomia artística (ser Bryan Ferry y Roxy Music al mismo tiempo) que a él no le supone ningún tipo de problema, tal como explicó ayer. "Después de hacer el segundo disco de estudio con Roxy Music, estaba cansado de escribir los temas del grupo y quería hacer algo fuera por mi cuenta. Así que me dediqué a seleccionar algunas canciones de los que para mí eran grandes intérpretes del siglo XX, y así surgió el álbum My foolish things. Y tuvo un éxito enorme, lo que a mí me dio mucha seguridad y confianza: por un lado podía proseguir como vocalista con un pop innovador y de vanguardia como el que por entonces representaba Roxy Music, y, por el otro, tenía la posibilidad de volcarme de vez en cuando con un repertorio más clásico, ejerciendo tanto de productor como de músico. Pero la verdad es que no pensaba hacer ningún disco más en solitario. Años más tarde y después de que publicáramos el último disco de Roxy Music, pensé que tenía que seguir mi camino en solitario, pero sin que ello significara que me olvidaba de mi antigua banda. Y soy extremadamente afortunado". Como el público que llenaba el recinto del festival, que hoy volverá a hacerlo con motivo del concierto de Luz Casal.

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