Cuarenta años sin patrón oro
13AGO 2011 23:25
Mañana se cumplen 40 años del inicio del declive de Occidente, cuando el presidente de Estados Unidos, Richard Nixon (en la foto) acabó con el tipo de cambio fijo entre el dólar y el oro. Desde 1946, el dólar había sido como el oro: un valor fijo en la economía mundial. En otras palabras: el oro y el dólar eran lo mismo. 35 dólares eran una onza de oro, y viceversa. Hasta que hace 40 años Estados Unidos no pudo mantener el tipo de cambio fijo por más tiempo debido al efecto combinado de la Guerra de Vietnam y de la ‘Gran Sociedad’—como se llamó a la expansión del Estado del Bienestar—de los sesenta.
EEUU había entrado en decadencia.
¿O no?
Depende. Para muchos, EEUU había entrado en decadencia el 4 de octubre de 1957, cuando la Unión Soviética puso el primer satélite, el ‘Sputnik’, en órbita. O iba a entrar en octubre de 1973, con el primer shock del petróleo. O en diciembre de 1979, cuando la Unión Soviética invadiera Afganistán. O en 1989, con compra por la japonesa Mitsubishi del Rockefeller Center de Nueva York. Hay fechas para dar y tomar...
La decadencia de Occidente es un tema recurrente en Occidente. Pero es difícil saber cómo va a ser esa decadencia. O cómo está siendo.
Nada mejor para verlo que el cuadragésimo aniversario del final del patrón oro. Desde hace 40 años, el valor del dólar se ha despeñado. Por ejemplo, frente al yen, ha caído un 79%. Ha habido ‘burbujas’ e hiperinflación.
Pero el dólar sigue sin perder su hegemonía. Antes al contrario. Hoy, concentra el 60,7% de las reservas de divisas oficiales mundiales, según datos del FMI, más que hace, por ejemplo, 16 años, cuando el euro no existía, China era todavía una economía muy poco desarrollada.
De hecho, un dólar débil es un problema muy serio para el que supuestamente va a ser el sucesor de EEUU como primera potencia mundial: China. El renminbi se apreció un 0,8% esta semana, hasta marcar su nivel más alto desde 1994. La moneda china se cotizaba el viernes a 6,39 dólares: un 7% más que hace 3 años. Casi toda esa apreciación se ha producido en los últimos doce meses.
Así, al bombear dólares en el mercado, el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke—y, por extensión, el Gobierno de Obama—está logrando con Beijing lo que nunca consiguió George W. Bush. Por un lado, crea un ‘dólar débil’ contra el que China tiene pocas formas de luchar. Por otro, genera inflación de materias primas (que se cotizan en dólares). Así es como los precios chinos han subido un 6,5% en el último año. Si a eso se suma otro 6% que ha caído el renminbi tenemos una apreciación de la divisa china de cerca del 10% (EEUU tiene menos inflación). Eso es casi la mitad de lo que el renminbi está infravalorado. Y sólo en un año.
A veces, jugar a la decadencia puede funcionar.
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