Tiendas piratas 'Made in China'
La nueva era de las imitaciones: locales no autorizados pero iguales a los de Apple o
Por LAURIE BURKITT y LORETTA CHAO en Beijing
WSJ's Laura Burkitt describes fake stores throughout China whose branding looks a lot like the real thing. Reuters photo.
En el "mundo falso" de China, los consumidores pueden comprar un iPod en una tienda que es una imitación de las de Apple y comer un sándwich de 15 centímetros en un establecimiento sorprendentemente similar a los de la cadena Subway.
Bienvenido a la nueva era de las imitaciones en China, en la que sofisticados propietarios de tiendas y cadenas que son una copia de minoristas establecidos intentan atraer a los consumidores chinos con experiencias de compras y un servicio al cliente extremadamente similares a los de las marcas originales.
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Bloomberg News
Un logotipo de Apple fue cubierto hace poco en una tienda falsa en Kunming, China.
Las tiendas falsas cuidan hasta el más mínimo detalle para parecerse a las verdaderas, desde cupones de descuento y bolsas de compras hasta los uniformes de los empleados.
Los minoristas y restaurantes de imitación van más allá de los productos falsificados que hace mucho tiempo abundan en China. De hecho, en algunos casos ni siquiera venden imitaciones de productos.
El fenómeno despertó la atención de todo el mundo cuando un bloguero extranjero en la ciudad de Kunming, en el suroeste de China, colgó en su página fotos de una tienda falsa de Apple que vendía iPads y iPhones reales en un ambiente notablemente similar al de los locales minoristas de Apple Inc. La tienda china se identificaba como un establecimiento de Apple sin permiso del gigante tecnológico estadounidense.
Alexander Moody-Stuart, director gerente de la cadena de sándwiches Subway, explica que la cantidad de imitadores que acuden a las ferias de franquicias de su empresa en China incrementa cada año.
Moody-Stuart cuenta que hay copias de Subway que usan logotipos similares, ofrecen sándwiches en el formato de "seis" y "15 pulgadas" (15 y 38 centímetros, respectivamente), como hace Subway en Estados Unidos, e incluso aceptan los cupones de la cadena cuando la gente confunde la tienda copiada de la real.
Para Subway, que está tratando de popularizar un tipo de comida que no siempre ha sido degustado en China, "la copia no es exactamente algo malo", admite el ejecutivo.
Estos imitadores de tiendas no son nuevos en China pero, según ejecutivos y analistas, han proliferado en los últimos años. Las copias son variadas, desde pequeñas operaciones regionales como 11 Furniture, que gestiona dos tiendas similares a las de IKEA, una cadena minorista sueca de muebles para el hogar popular en Europa, Norteamérica, Medio Oriente y Asia Pacífico, hasta operaciones nacionales como una imitación de las de Disney Stores, del gigante del entretenimiento.
Hasta cierto punto, las tiendas de imitación muestran que existe una demanda que no está siendo atendida porque algunas compañías internacionales no han expandido sus operaciones al interior de China, explica Torsten Stocker, analista para la consultora Monitor Group.
Apple, por ejemplo, sólo tiene cuatro tiendas en China —en Beijing y Shanghai— aunque emite licencias para algunos vendedores en otros lugares.
IKEA Group, cuya única tienda en América Latina se ubica en Santo Domingo, República Dominicana, no se ha expandido aún a las ciudades del extremo occidente como Kunming, donde 11 Furniture está copiando al detalle su estrategia de marketing en las tiendas. Imita no sólo sus colores, el azul y el amarillo, sino también el estilo de IKEA para exhibir sus productos en los locales y hasta sus bolsas de compra.
Tal como lo hace IKEA, 11 Furniture utiliza flechas azules y amarillas para dirigir a los clientes a través de muestras de salas donde sofás se ubican frente a televisores de pantalla plana y mesas que deberían tener nombres suecos como Folkvik, en vez de Shuwei Kela Chaji.
Una portavoz de IKEA en China, donde la compañía tiene nueve tiendas y planea abrir 12 más, dijo refiriéndose a 11 Furniture que IKEA "no tiene conocimiento de ninguna violación de su propiedad intelectual".
Impacto global
Aunque China no es el único país que tiene problemas con falsificaciones comerciales, lo que pasa en este país tiene una enorme relevancia para las multinacionales porque China es un importante mercado de crecimiento.
El gasto en el comercio minorista en ese país se espera que alcance los 27,4 billones (millones de millones) de yuanes (US$4,3 billones) en 2015, una mejora de 66% comparado con los niveles del año pasado, según la Academia China de Ciencias Sociales, un centro de estudios del Estado.
El gobierno chino ha tomado medidas para hacerle frente a la piratería que, según algunos ejecutivos extranjeros y expertos, están empezando a hacer efecto.
Luego de que la tienda falsa de Apple saliera a la luz en julio, autoridades de Kunming pusieron en marcha una inspección de los locales de electrónicos de la ciudad. No se sabe con seguridad si han tomado alguna acción en contra de la tienda Apple, cuyo personal ahora se rehúsa a responder preguntas por teléfono.
Las tiendas falsas presentan complicaciones para las empresas globales que han luchado para proteger sus marcas en China. Algunos ejecutivos dicen que pueden ayudar a hacer conocida una marca. Además, en casos de vendedores no autorizados como el establecimiento de Apple en Kunming, la compañía extranjera se beneficia de la venta de sus productos.
Sin embargo, estas copias pueden también deslucir la imagen de una marca establecida. Apple, por ejemplo, no ha sido capaz de supervisar el servicio de tiendas falsas como la de Kunming como lo hace con sus locales.
Walt Disney Co. tiene problemas similares. En China hay actualmente algunas "Disney Stores", a pesar de que la compañía no ha lanzado su cadena minorista en el país, aunque sí emite licencias para la venta de sus productos en China. Voceras de Apple y Disney en China declinaron hacer comentarios.
Algunos empresarios chinos dicen que las similitudes de sus compañías con marcas establecidas son meras coincidencias.
—Melissa Powers y Yoli Zhang contribuyeron a este artículo.
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