domingo, 29 de diciembre de 2013

Manualillos de Inversión ( 1 )


La Bolsa española da la gran sorpresa positiva de 2013




El mercado español protagoniza, contra pronóstico, su mejor ejercicio bursátil desde 2009primir


«Ha sido un año muy bueno para la Bolsa. Y la estrella ha sido la japonesa, con una rentabilidad superior al 50%. Después, Wall Street, con subidas de alrededor del 30%, y, después, el Dax alemán, con un 25%, al que ha seguido el Ibex-35, con avances del 20%». Así resume Daniel Pingarrón, de IG, el ejercicio que estamos a punto de dejar atrás. Lo más relevante es esto último: el hecho de que el selectivo español haya logrado colarse entre los mejores índices, que haya vivido el mejor año desde 2009 y que, como destaca Félix López, de Atl Capital, haya superado en rentabilidad al Eurostoxx 50 y al Ftse Mib de Milán o el Cac 40 francés. Porque en España lo que se ha cotizado es el punto de inflexión que ha marcado la economía. El PIB español, tras nueve trimestres de corrección, la recesión más larga de la democracia, lograba crecer en el tercer trimestre del año.
El mejor comportamiento del Ibex respecto a sus homólogos francés e italiano tiene su explicación, a juicio de Ramón Forcada, de Bankinter: los inversores confían en que España se convierta en la gran sorpresa en cuanto a crecimiento, lo que le hará acercarse a Alemania, mientras que Italia no levanta cabeza y Francia empeora por momentos. El experto de IG añade que al Ibex-35 le ha favorecido la reducción de la aversión al riesgo de los inversores, que comenzó en junio de 2012 y que se fue consolidando con el paso de los meses.
Algún obstáculo
Pese a este resultado tan favorable, también ha habido momentos de mucha inquietud en el mercado. Sobre todo a principios de año, cuando el Ibex-35 no era capaz de remontar el vuelo. Dos acontecimientos marcaron el arranque de 2013. En primer lugar, la crisis política italiana desencadenada por unas elecciones de las que no salió un claro ganador después de que Mario Monti pusiera fin a su gobierno tecnócrata. En segundo lugar, el rescate de Chipre, sobre todo en los primeros compases de su debate, cuando se especuló con la posibilidad de que los depósitos de menos de 100.000 euros tuvieran que asumir quitas para pagar parte de la factura ocasionada por la quiebra bancaria y que ése sería el modelo a aplicar para futuros rescates financieros.
El efecto desestabilizador de estos acontecimientos fue pequeño. Quizás, como dice Pingarrón, porque lograron resolverse pronto y en la buena dirección. Pero, como apunta Alberto Matellán, de Inverseguros, porque en Europa se ha avanzado, gracias al presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, que fue el que aseguró que el euro no se rompería ya en el verano de 2012, y que este año no sólo ha bajado los tipos de interés, sino que también anunciaba nuevas medidas con vistas al año que viene. Por eso, el balance que hace López de su actuación este año es positivo: «Podría haber hecho más, pero no ha sido necesario. Hará falta en 2014». El BCE puede tomar el relevo a la Fed y unirse al Banco de Japón, que en abril anunciaba el mayor programa de compra de activos de la historia para depreciar el yen. Otra vez guerra de divisas.
El Ibex-35 marcó mínimos a finales de junio en el entorno de los 7.550 puntos, 500 puntos por debajo del nivel en que había comenzado el año. Fue días después de que el presidente de la Reserva Federal norteamericana, Ben Bernanke, anunciara que antes de final de año comenzaría a reducir los estímulos. Hubo un verdadero terremoto en los mercados. Sobre todo en los emergentes, de los que salió muchísimo dinero. Como señala López, ellos han sido la gran decepción del año. Pero la culpa no la tiene sólo la Fed, sino, como dice Pingarrón, el propio debilitamiento de esas economías que se tradujo en muchos casos en jornadas de protestas populares. Además, el hundimiento de muchas de sus divisas desalentaba la inversión en sus activos.
El recorte de estímulos de la Fed llegó más tarde de lo previsto. Se esperaba en septiembre y no pasó hasta diciembre. Hasta que los datos económicos no mostraron solidez y hasta que republicanos y demócratas no resolvieron sus discrepancias fiscales. Es posible que la amenaza del cierre de la Administración americana, que llegó en octubre, retrasó el inicio del «tapering». Ahora está resuelto.
Pero Pingarrón advierte de que la interpretación positiva que han realizado los inversores del «tapering» puede darse la vuelta: recuerda que en los últimos meses, los mercados reaccionaban mal ante cualquier buen dato positivo que se publicaba en EE.UU. y que, aún así, no estaba cotizada la noticia. Aunque los inversores también pueden haberse dado cuenta de lo que dice López, y es que, en el año 2013, EE.UU. se ha revelado como un verdadero superman con sus datos de crecimiento. A partir de mediados de año, empezamos a conocer buenos datos de Europa, lo que animó a los mercados.
Sólo tres valores del Ibex-35 en rojo
Este año ha ocurrido algo inédito y se han realizado los cambios en la composición del Ibex-35 decididos por su Comité Asesor Técnico antes de que terminara. Y eso ha distorsionado el ranking, porque Gamesa, recién incorporado al selectivo, lo lidera con una revalorización del 356%. Le ha premiado su reestructuración. Después se ha colocado Sacyr, con una subida del 145%, por la buena marcha de su proceso de desendeudamiento. A continuación, Bankinter e IAG, que también han más que duplicado su valor. Después, FCC, que se ha ganado a inversores tales como Bill Gates y George Soros, y BME, que le saca partido al aumento de la negociación bursátil, ambos con subidas del 70%. Amadeus, Mediaset, CaixaBank y Popular se anotaron más de un 50%.
Pero hay valores en rojo. Bankia, recién incorporada en el selectivo, se deja un 97%, como consecuencia de las ampliaciones. Y, además de ésta, sólo Acciona y Viscofán.
Año mixto en renta fija
Si las bolsas desarrolladas subieron a costa de las emergentes; la renta variable lo ha hecho bien a costa de la renta fija. Según López, 2013 ha marcado el inicio del fin del ciclo de la deuda. El año se salda con pérdidas para la renta fija norteamericana. La rentabilidad del bono a diez años americano llega a final de año rondando el 3%, cuando lo había empezado en el 1,75%. Algo parecido, aunque de menor dimensión ha sucedido en el «bund» alemán: su rendimiento ha pasado del 1,30% hasta el 1,95%.
La gran excepción en el mundo de la renta fija ha sido la de la periferia europea. La rentabilidad del diez años español ha bajado desde el 5,30% hasta el 4,20%, aunque llegó a caer por debajo del 4%. Al Tesoro le costó menos financiarse. De hecho, la rentabilidad de las letras marcó mínimos históricos. Lo mejor es que regresó el inversor extranjero, incluso con informes titulados «Viva España» y las agencias de calificación mejoraron la perspectiva de la deuda española. En definitiva, como señala Matellán, se ha dado una cierta convergencia entre la renta fija «core» y la periférica.
Ni los emergentes ni la deuda «core» lo han hecho bien. Tampoco las materias primas, sobre todo el oro, que cierra su peor año desde 1981.



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