Road Show del asturiano, intentando tapar las continuas fugas.
@Eduardo Segovia - 30/06/2010 06:00h
José Manuel Campa (EFE).
Economía se vuelve a arremangar para tratar de frenar el nuevo ataque de los mercados contra España, que se tradujo ayer en un desplome del 5,45% del Ibex y en un nuevo tirón del diferencial con Alemania hasta 2,05 puntos porcentuales. El Gobierno ha enviado al secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, y a la directora general del Tesoro, Soledad Núñez, a EEUU para explicar a los inversores y medios de comunicación norteamericanos las bondades de nuestro país y desmentir que estemos tan mal como todo el mundo piensa fuera de nuestras fronteras.
Los dos emisarios del Gobierno celebrarán esta tarde una comida con inversores patrocinada por Citigroup y BBVA en The New York Palace en Nueva York, y posteriormente recorrerán las redacciones del New York Times, el Financial Times, la agencia Bloomberg y la televisión financiera CNBC.
No es la primera cita que tendrán con los inversores norteamericanos, ya que el lunes celebraron otro encuentro similar en Boston. Y la gira terminará mañana jueves en Los Ángeles. Este roadshow es continuación de la famosa visita a Londres que tanto revuelo causó por el retraso de Elena Salgado en su cita con el FT; por cierto, parece que el Gobierno ha aprendido la lección de aquella visita y por eso esta vez no ha anunciado a bombo y platillo la de Nueva York. Esta gira tuvo parada en Madrid el 18 de junio, donde también se celebró una reunión con inversores extranjeros.
Esta visita se encuadra dentro de la política puesta en marcha por el Gobierno desde que comenzó la crisis de la deuda, que consiste en tomar medidas cuando arrecian los ataques de los mercados y quedarse quieto cuando éstos se relajan... con lo cual a los pocos días vuelve la tensión y empieza de nuevo el círculo vicioso. La última medida para aplacar los ataques fue la reforma laboral, y ahora se supone que toca la de las pensiones.
En todo caso, el efecto positivo de la reforma laboral se ha diluido ya. Según los expertos, esto se debe tanto a que la reforma se queda bastante corta para las necesidades de un país con 4,5 millones de parados, como a que el Gobierno sigue sin adoptar un plan coherente contra la crisis en vez de medidas deslabazadas e inconexas. El diferencial del bono español con el alemán recibió muy bien la reforma, con una caída desde los máximos de 2,21 puntos porcentuales del 16 de junio hasta 1,69 puntos el día 21. Pero desde ahí retomó las subidas hasta los 2,05 de ayer.
La gran amenaza que causa temor en los mercados es el ingente vencimiento de deuda del Estado en julio, de unos 25.000 millones. No parece que el Ejecutivo vaya a tener problemas para afrontarla, ya que cuenta con un colchón de 16.000 millones depositado en el BCE y, además, en julio ingresará el grueso de la recaudación del IRPF y el Impuesto de Sociedades. Pero los analistas internacionales no las tienen todas consigo a la vista de la falta de seriedad del Gobierno de Zapatero. La subasta de bonos a cinco años prevista para mañana será una prueba de fuego para esta confianza.
Los bancos también están en el punto de mira
Los representantes del Gobierno no sólo tienen que lidiar en sus presentaciones con los problemas de la deuda soberana, sino también con los del sector financiero, que ayer fue durísimamente castigado en bolsa: BBVA se hundió el 7,24%, y Santander, el 6,79%. Entre los medianos, pérdidas del 8,07% para Bankinter, el peor del sector, del 6,73% para Popular pese a su 'operación de cuento' con Crédit Mutuel y del 5,18% para Banesto.
En este caso, el miedo de los mercados se centra en la necesidad de refinanciar la inyección de liquidez del BCE a un año que vence esta semana. Un vencimiento que ha desatado las críticas del sector financiero español contra el BCE por no renovar esta línea de liquidez pese a que el interbancario sigue cerrado y a que ahora es imposible emitir en los mercados mayoristas por la crisis de confianza en nuestro país.
En este sentido, Barclays cree que el mercado estará muy pendiente de cuántos bancos refinancian estas posiciones con el BCE -pueden hacerlo pero con peores condiciones-. A su juicio, se refinanciarán entre 250.000 y 300.000 millones (en el conjunto de la zona euro), por lo que una cifra inferior sería bien recibida por los mercados mientras que una superior provocaría un nuevo ataque contra el sector en bolsa. Y las entidades españolas tinen todas las papeletas para estar entre las más perjudicadas.
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