Opción en auge
¿Vacaciones sin pagar alojamiento? Intercambia tu casa
Comienzan las vacaciones de verano y la crisis obliga a muchos a apretarse el cinturón para poder disfrutar al menos de unos días de descanso. Una opción en auge para reducir la factura de un viaje a cualquier parte del mundo es el intercambio de casas, que garantiza el alojamiento gratuito. Varias agencias por internet facilitan la búsqueda y el trueque de viviendas.
Miriam Calavia Rogel - Madrid - 30/06/2010
Pocos son los que renuncian a un merecido descanso en vacaciones, pero muchos los que tienen que apretarse el cinturón por culpa de la crisis y buscan opciones económicas. Una fórmula para reducir la factura de un viaje a cualquier parte del mundo es el intercambio de casas, ya que permite el alojamiento gratuito, entre otras ventajas.
Según los últimos datos de Frontur, el 34% de los 5 millones de turistas extranjeros que llegaron a España en mayo se alojaron en viviendas propias o de familiares y amigos como alternativa a los hoteles o casas alquiladas, un 4,1% más con respecto al mismo mes del año anterior. No obstante, el dato acumulado de este año muestra el impacto que sobre el turismo tiene todavía la crisis. En concreto, esta modalidad de alojamiento registra un descenso del 3,3% y los hoteles, del 2,5%.
El trueque de viviendas para uso vacacional consiste en ponerse de acuerdo con otra persona que resida en el destino deseado para pasar las vacaciones e intercambiar la casa gratuitamente durante un determinado período de tiempo. Un método sencillo para contactar con posibles interesados y poner en marcha la operación es a través de internet. Existen varios portales especializados con anuncios de las viviendas que se intercambian y que facilitan la búsqueda y todo el proceso.
La asociación www.intervac.com , pionera en organizar este particular trueque, funciona desde 1953. María Ángeles Sas, delegada de Intervac en España, señala que cuentan con unas 12.000 casas al año repartidas entre 55 países. En España tienen unos 650 socios. Sas subraya que disponen de oficinas en 30 países porque "ya existíamos antes de internet, lo que nos diferencia de otras empresas que sólo funcionan por internet y además supone una ventaja para nuestros socios, que pueden acudir a informarse personalmente". También destaca www.intercambiodecasa.es , perteneciente a Livingaway.com , un circuito que agrupa webs dedicadas a las vacaciones alternativas.
Para formar parte de estos clubes es necesario inscribirse y pagar una cuota, que oscila entre los 100 y los 150 euros al año. Es imprescindible enviar los datos personales y un teléfono o correo electrónico para facilitar el contacto a los socios, además de una foto para darse a conocer y dar confianza. Para mostrar la casa que se desea ofrecer como intercambio hay que elaborar una ficha acompañada de fotografías en el que se informe sobre los detalles del inmueble, como el número de habitaciones, de camas, cuántas personas puede acoger, etc. Toda esta información aparece a modo de anuncio en página web del club. Así, una vez se localizada una casa de interés, los socios pueden entrar en contacto con el propietario para conocerse y ponerse de acuerdo en cuanto a fechas y posibles normas.
Los mismos portales de internet ofrecen guías y consejos de intercambio y permiten hacer sugerencias y preguntas para resolver cualquier duda y garantizar la seguridad del proceso. En www.livingaway.com explican que el canje puede realizarse con la residencia habitual o con una segunda residencia y piden tener la casa bien amuebla.
Pros y contras
Además del evidente ahorro en alojamiento, instalarse en una casa de intercambio permite economizar el gasto en comidas al poder hacer uso de la cocina y evitar así tener que ir todos los días a restaurantes. Además, en general resulta más acogedor y cómodo que una habitación de hotel. Incluso es posible, si se acuerda entre las partes, extender el intercambio a los vehículos particulares, lo que puede facilitar los desplazamientos en el lugar y la posibilidad de conocer los alrededores.
Otra ventaja es la experiencia de conocer otras costumbres y formas de vida. También aporta tranquilidad el hecho de no dejar vacía la propia vivienda en vacaciones, lo que puede reducir el riesgo de robos e incluso facilita el cuidado de plantas o animales.
Para María Ángeles Sas "es una forma de hacer turismo sin sentirnos turistas porque permite organizarse los propios horarios y mezclarse con los nativos". Asimismo, "aporta detalles humanos que hacen la experiencia distinta".
No obstante, también hay alguna que otra desventaja, como no disponer de un servicio de limpieza como en los hoteles o lo embarazoso que puede resultar deteriorar o romper algo de la vivienda ajena.
Una tendencia con medio siglo de vida
El intercambio de casas es una práctica ya madura con medio siglo de vida. Surgió en los años 50 del siglo XX cuando un profesor suizo y otro holandés decidieron economizar sus largas vacaciones realizando un intercambio amistoso de sus viviendas. Ante el éxito de esta iniciativa, otros colegas quisieron repetir la experiencia. De este modo, en los siguientes 15 años los intercambios de casas se produjeron dentro del ámbito de la enseñanza entre profesores y catedráticos. Pero poco a poco, el fenómeno se popularizó y se extendió a todo tipo de personas y países.
Con la crisis, el trueque ha ganado adeptos y ha aumentado el interés y la demanda de viviendas de intercambio. María Ángeles Sas sostiene que este tipo de turismo "es cada vez más conocido". Explica que antiguamente los socios hacían viajes más largos y a sitios más lejanos, pero ahora se distribuyen más las vacaciones y a los destinos son más cercanos.
Durante mucho tiempo, las asociaciones y clubes dedicados a organizar esta modalidad alternativa al alojamiento tradicional en vacaciones trabajaban con catálogos donde aparecían las fotos y los detalles de las viviendas disponibles. Pero la incursión de Internet impulsó el intercambio de anuncios y de información, facilitando las operaciones entre particulares a nivel global.
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