domingo, 27 de junio de 2010

Mozart redivivo...

El británico Ian Page completa "Zaide", la ópera inconclusa de Mozart
Mozart dejó sin acabar la ópera "Zaide" para trabajar en su "Idomeneo", y ahora el director de orquesta británico Ian Page, con ayuda de dos libretistas y otra música original del compositor salzburgués, ha logrado darle un final. El fruto del paciente trabajo de Page, director de la Classical Opera Company, el poeta Michael Symmons Robert y el dramaturgo Ben Power, se estrena este jueves en la londinense sala de Sadler's Wells. Page, cuya compañía se ha especializado en las obras menos conocidas de Mozart y de sus contemporáneos, explicó a EFE que el estado inconcluso de "Zaide" le resultaba en cierto modo frustrante, aun sabiendo que otros compositores como Schubert o Mahler dejaron también obras -en su caso sinfónicas- sin acabar.


Mozart comenzó "Zaide", su novena ópera, en 1779, cuando era un joven de 23 años y estaba impaciente por huir de las angosturas de la vida en Salzburgo, ciudad que odiaba y que él mismo describió como una prisión.

Y en una cárcel transcurre buena parte de la acción de "Zaide", ópera que, según explica Page, trata "de la tiranía, del abuso de poder, pero también del poder del amor, temas intemporales que se encuentran también en otras óperas suyas".

Mozart atravesaba un período difícil de su vida: su madre había muerto en París, adonde le había acompañado en una de sus giras, y él se había enamorado de una joven cantante, Aloysia Weber, que, sin embargo, le rechazó.

Page destaca, por otro lado, el hecho de que el compositor se embarcase en esa ópera sin haber recibido un encargo, es decir sin que un mecenas la financiase y sin saber si llegaría a representarse, y añade además que el libreto no se escribió en italiano, el idioma habitual del género, sino en alemán.

La música original de "Zaide" se limita a quince números, correspondientes a los actos primero y segundo, con una duración total de setenta minutos, sin que Mozart llegara a escribir tampoco la obertura, algo que solía siempre dejar para el final.

Page reconoce que no se sabe cómo Mozart quería que terminara su ópera, pero, a partir de los fragmentos que se conservan, y teniendo en cuenta el espíritu de otras óperas suyas, es posible, explica, intentar una reconstrucción bastante fidedigna del argumento.

La pareja Zaide y Solimán se han enamorado en la prisión en la que los retiene el tirano Solimán, y consiguen huir con ayuda de un tercer recluso, Allazim.

Al enterarse de su fuga, Solimán, al que sólo encontramos en el segundo acto, ordena su captura y, una vez lograda ésta, condena a muerte a los fugitivos.

El último número que escribió Mozart es un maravilloso cuarteto en el que los tres piden clemencia al tirano, que no quiere, sin embargo, ceder a sus súplicas.

Sin querer revelar totalmente la conclusión elegida para la ópera, Page apunta, sin embargo, a un "final feliz" a tono con otras óperas de Mozart, que acaban en un ambiente de concordia y reconciliación.

Para completarla musicalmente, Page ha elegido cuidadosamente fragmentos de otras composiciones de Mozart del período inmediatamente anterior o posterior, y ha insertado incluso un aria al final del primer acto, que canta un personaje femenino que no aparece en el original, al que llaman Perseda, otra prisionera de Solimán.

La invención de ese personaje, cuyo nombre se ha tomado de una obra teatral del dramaturgo isabelino Thomas Kyd ("Solimán y Perseda"), era necesaria, explica Page, para la inserción de un cuarteto tomado de "El rapto del serrallo" que cantan las cuatro víctimas del tirano.

Page ha utilizado asimismo para el inventado tercer acto de "Zaide" un aria que en "Idomeneo" canta un personaje de menor importancia, Arbante (confidente del rey), aria muchas veces omitida pero que a aquél le parece de una extraordinaria belleza, y que en "Zaide" es el desencadenante de la profunda transformación del tirano Solimán.

En su estreno londinense, que dirigirá desde el podio el propio Ian Page, los papeles principales los representarán la soprano surafricana Pumeza Matshikiza (Zaide) y los tenores Andrew Goodwin (Gomatz), William Berger (Allazim) y Marc Le Brocq (Soliman).

Joaquín Rábago

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