Isidoro Álvarez y Amancio Ortega luchan por el reino de Azca
26.08.2010 Yovanna Blanco 0
De grandes competidores a vecinos de parcela. Así ha evolucionado la relación que mantienen Isidoro Álvarez y Amancio Ortega o, lo que es lo mismo, El Corte Inglés e Inditex. Es habitual encontrar los buques insignia de ambos no lejos uno del otro a pie de calle, el escenario que luchan por conquistar cada día.
Pero, ahora, el duelo entre los dos grandes empresarios de la industria textil española se traslada a un nuevo terreno de juego: Azca, el corazón económico de Madrid. Las obras de la Torre Titania, propiedad de El Corte Inglés y que sustituirá a la extinta Torre Windsor, avanzan a un ritmo frenético. Lo mismo sucede con otro edificio que, a apenas unos metros, parece pasar desapercibido.
Entre la Torre Negra, sede de la Oficina Española de Patentes y Marcas (Oepm), y la Torre BBVA, se alza la estructura de un edificio en construcción, que sustituye al que antes acogía las oficinas de Axa Seguros. ¿Imaginan el nombre de su propietario? Una pista. Todas las contratas y subcontratas de las obras están en manos de empresas gallegas. El mismo origen que Amancio Ortega, que se hizo con el inmueble de Castellana 79 en febrero de 2006, a través de la sociedad Pontegadea, que aglutina todo su patrimonio inmobiliario.
Navidad
Apenas unos meses después, en plena Navidad, Isidoro Álvarez respondió al envite, dando carpetazo a una de las incógnitas del sector inmobiliario: el nuevo dueño del solar que ocupaba la Torre Windsor antes de que ardiera, en febrero de 2005.
La parcela, propiedad de la familia Reyzábal y con una edificabilidad cercana a los 30.000 metros cuadrados, llevaba varios meses en el mercado, aunque, desde el incendio, las quinielas apuntaban a El Corte Inglés, que tuvo que cerrar durante siete días su centro, que sufrió inundaciones en zonas como el supermercado por el agua que se utilizó para apagar las llamas.
El perjuicio económico fue muy elevado, ya que El Corte Inglés de Castellana es el que más clientes recibe a diario. La sigilosa negociación fue objeto de todo tipo de rumores, entre ellos, el que apuntaba la necesidad de adelantarse a un potencial interés del dueño de Zara, que hubiera relegado a un segundo plano el centro de referencia de El Corte Inglés en Azca. Finalmente, Isidoro Álvarez pudo respirar tranquilo (previo pago de unos 500 millones de euros, lo que costó la compra de Asón Inmobiliaria, propietaria del solar y del 20% de Torre Picasso).
La operación puso fin a una batalla, pero no al enfrentamiento, del que pronto se abrirá una nueva fase. Aunque El Corte Inglés maneja el primer semestre de 2011 como fecha de apertura del nuevo centro de siete plantas, fuentes del sector inmobiliario indican que, teniendo el cuenta el estado de las obras, podría estar listo a finales de año, lo que multiplicaría su atractivo e impulsaría las ventas en plena campaña navideña.
Isidoro Álvarez y Amancio Ortega
Casi al mismo tiempo, podría estar terminado el edificio de Amancio Ortega, cuyo proyecto y nombre se desconocen. En el anterior inmueble, los bajos comerciales estaban ocupados por la firma de mobiliario de diseño Habitat. Pero, ¿podría pasar el grupo Inditex de casero a futuro inquilino? Mientras, las plantas de oficinas de Torre Titania, la nueva niña bonita de El Corte Inglés, podrían estar terminadas a principios del próximo verano. La finalización de las obras tendrá un efecto positivo en el epicentro empresarial, ya que pondrán en el mercado muchas plantas de oficinas por ocupar, lo que contribuirá a revitalizar una zona en declive en los últimos años.
Manzana
Aunque el proyecto de Azca, que ocupa una manzana de 20 hectáreas, era muy ambicioso en su origen, la zona ha perdido protagonismo como consecuencia de la tendencia creciente de las empresas a trasladar sus sedes corporativas lejos del centro de la ciudad. Es el caso de otros dos históricos rivales del negocio bancario: Santander y BBVA. La entidad presidida por Emilio Botín, entonces Banco Santander Central Hispano, vendió la Torre Negra al Ministerio de Industria por 101 millones de euros y terminó trasladándose a la Ciudad Financiera, en Boadilla del Monte.
Por su parte, la sociedad de inversión inmobiliaria Gmp, controlada por la familia Montoro, se hizo con la torre de BBVA (separada de la su competidor por el edificio que hoy posee Amancio Ortega) en 2007. ¿El precio? Entre 600 y 800 millones de euros por un paquete de cuatro inmuebles. La inversión quedó compensada, no obstante, con la venta al banco por 700 millones de una superficie de 100.000 metros cuadrados en el parque empresarial Foresta para construir su sede corporativa. Un proyecto que la crisis económica ha puesto, de momento, en stand by.
En 2006, el Ayuntamiento de Madrid convocó un concurso público para remodelar el complejo empresarial. El objetivo era reducir el número de discotecas de los bajos de la calle Orense, eliminar los pasadizos y añadir centros culturales y jardines. En teoría, estaba previsto que las obras de remodelación comenzasen en el primer trimestre de 2008, pero, a día de hoy, Azca sigue teniendo la misma imagen. Y, cada vez, es menos atractiva para los inversores. “Aunque la ubicación es excelente, está muy empobrecida. Los espacios comunes son antiguos y necesitan una reforma, y no es un complejo que facilite el acceso a los clientes, que desconocen cómo llegar adonde quieren ir”, subrayan fuentes del mercado.
La noche en que el ‘skyline’ dijo adiós a la Torre Windsor
La noche del 12 al 13 de febrero de 2005, el skyline de Azca quedó huérfano con el incendio de la Torre Windsor, ubicado en el número 65 de la calle Raimundo Fernández Villaverde. Diseñado por Genaro Alas Rodríguez y un grupo de arquitectos, el rascacielos, de 106 metros de altura, fue terminado en 1979. Recubierto de cristales reflectantes, conjugaba locales comerciales y 25 plantas de oficinas (20 de ellas ocupadas por la firma auditora Deloitte).
Entre sus inquilinos, figuraban también el despacho de abogados Garrigues (dos plantas) y compañías como S2G, Alpha Corporate y MS, que se repartían las tres restantes. Transmitía monotonía, ya que el único rasgo diferenciador era una planta técnica sin ventanas a la altura del piso 16 que funcionaba como línea divisoria del edificio en dos mitades. Pero, a pesar de ello, su desaparición causó un profundo impacto y dejó mutilado el epicentro empresarial de Madrid. Ahora, transeúntes y trabajadores de la zona comienzan a recobrar la sonrisa.
Las obras de su heredera, la Torre Titania, avanzan a un ritmo vertiginoso. El armazón ya es visible y es posible hacerse una idea de cómo quedará el nuevo rascacielos, propiedad de El Corte Inglés. Siete plantas comerciales y once pisos de oficinas diseñadas por Pablo Muñoz y Pedro Vilata, que se han valido de materiales como el vidrio y los paneles metálicos para dotar a la construcción cilíndrica de una aureola de modernidad, que contagiará a los grandes almacenes y ayudará a revitalizar la zona comercial.
De los suntuosos palacios al ‘Manhattan madrileño’
1. El tramo histórico del Paseo de la Castellana es el que une Colón y Nuevos Ministerios. En 1911, se aprobó un plan para prolongar la vía con la edificación de lujosos palacios que no se realizó, según detalla Isabel Gea en el libro El Paseo de la Castellana.
2. En 1915, parte de lo que hoy es Azca pasó a ser propiedad de UGT, pero los terrenos fueron incautados durante la Guerra Civil. En la década de los cuarenta, se aprobó la creación de la avenida del Generalísimo, de 1,3 kilómetros.
3. Ese plan tampoco se puso en marcha, pero fue retomado después de la contienda por Pedro Bidagor, que lo aprovechó en parte e incluyó una zona comercial. El objetivo era descentralizar el casco antiguo de Madrid y la Gran Vía.
4. Aún tardó en hacerse realidad, ya que hasta mediados de 1964 no se terminaron los primeros edificios. Los primeros fueron los de El Corte Inglés y el de la firma de seguros UAP, luego Axa Seguros y, hoy, propiedad de Amancio Ortega.
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