Nada más terminar sus explicaciones ante los medios, Fernando Alonso regresó al cuartel general. Apenas dos horas después de su doloroso abandono. Allí le esperaba Stefano Domenicali. Tranquilo y sereno como acostumbra. Charla para analizar la situación y templar los ánimos después de un fin de semana duro para el asturiano. Porque aunque las cosas están muy cuesta arriba, nadie en Ferrari baja los brazos. Sobre todo, porque ya se vivió una situación similar cuando, en 2007, Kimi Raikkonen fue capaz de limar la distancia de 17 puntos (la victoria valía 10) con Lewis Hamilton en las últimas dos carreras. Una situación mucho más crítica que la actual. [Vídeo-crónica] [Mundial]
Y es que la estrategia del bicampeón se mantiene intacta: ir carrera a carrera y alcanzar una regularidad en el podio. En los cálculos mentales de Alonso las cuentas siguen saliendo pese a que el margen de error es casi nulo. Sólo quedan seis finales y pocas plazas tan fiables para sus intereses como lo había sido Spa. Un reducto ferrarista en los tres últimos cursos con el que ya no podrá contar. Toca recalcular el libro de ruta y buscar de nuevo esa dinámica iniciada en Alemania, tras el fiasco de Silverstone. "Recuperamos 27 puntos en dos carreras y hemos perdido 25 en una sola", lamentaba el piloto español.
Porque la distancia con el ahora líder del Mundial, Lewis Hamilton, ha subido hasta los 41 puntos. Una brecha que queda pendiente del próximo Consejo Mundial que se celebrará el ocho de septiembre para ver si su victoria en Alemania recibe el visto bueno tras unas evidentes órdenes de equipo durante la carrera. Esos 25 puntos son los que a día de hoy mantienen con vida al asturiano. "Estoy tranquilo porque soy consciente de lo que ocurrió aquel día". Aunque hasta entonces nadie respirará con calma.
Ahora es momento pensar en esas seis finales con las que mantener intacta la tesis italiana. La primera parada será en casa. Ante los miles de 'tifosi' de Monza, donde la 'pole' vale su peso en oro. De ahí que las dos semanas que restan serán una auténtica carrera contrarreloj para tener el F10 perfectamente engrasado. Último enclave europeo antes de volver a Asia. Primero en Singapur, donde Alonso no ha bajado del podio -polémica victoria en 2008 y tercer puesto en 2009-. Una plaza fiable donde la clasificación puede marcar gran parte del futuro. Corea del Sur, la siguiente carrera tras el paseo nipón por Suzuka, es la gran incógnita. El invitado de última hora del que nadie sabe nada. Ni siquiera si estará todo listo para su celebración. Interlagos y Abu Dhabi echarán el cierre. Para ello aún habrá que disputar seis finales.
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