domingo, 28 de octubre de 2012

Manualillos de Inversión ( 1 )

Las empresas con negocio en EEUU, pendientes del resultado electoral

Valores españoles que votan por Obama

27.10.2012A. Monzón
 
Firmas como Grifols, Abertis y Gamesa podrían resultar beneficiadas si Barack Obama es reelegido. En cambio, Santander e Indra obtendrían mayor rédito de un cambio en la presidencia del país.
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El resultado de las elecciones presidenciales que se celebran en EEUU el próximo 6 de noviembre no sólo dirimirá quién ocupará la Casa Blanca durante los próximos cuatro años. Las perspectivas bursátiles de muchas compañías, entre las que se incluyen varias españolas, podrían verse alteradas en función de si el actual presidente, el demócrata Barack Obama, o su opositor, el líder republicano Mitt Romney, alcanzan la victoria.
Los programas electorales de ambos candidatos permiten elaborar a los expertos un listado de sectores que saldrían beneficiados ante una reelección de Obama y otros más interesados en el cambio presidencial.
Sanidad
“En mi opinión, el sector que reflejará un mayor impacto será el de salud, ya que el candidato republicano ha expresado su voluntad de revisar el plan sanitario de Obama”, comenta Peter Vanderlee, responsable de carteras en ClearBridge, filial de Legg Mason. Una victoria de Romney podría suponer un frenazo en el programa sanitario impulsado por Obama.
El sector sanitario sería el más afectado si Romney deshace las políticas del Ejecutivo actual
Grifols es la firma española de salud con mayor presencia en EEUU –un 50% de sus ventas procede de este país–. El desarrollo de su negocio en este mercado, tras su fusión con Talecris, ha sido uno de los principales apoyos que han impulsado al valor un 100,96% en 2012, frente al 9,23% que pierde el Ibex. Y ni siquiera un vuelco electoral parece turbar sus perspectivas en EEUU.
“Grifols es una empresa muy peculiar, con un nicho de negocio muy concreto, y no debería verse afectada por cuestiones políticas”, considera José Manzanares, profesor del IEB. En cualquier caso, el sentir general es que el valor agradecería un resultado continuista. “Aparentemente le viene mejor que gane Obama”, indica Daniel Pingarrón, estratega de de IG, quien piensa que el valor podría verse beneficiado por el efecto arrastre que supondría una mejora en las perspectivas del sector.
Zeltia es otro de los valores que miran con preocupación el plan de ahorro de costes de los republicanos en materia sanitaria. La firma tiene en EEUU una de sus principales áreas de crecimiento potencial (sus ventas se han multiplicado un 72% entre 2008 y 2011), aunque las dificultades para la implantación del antitumoral Yondelis han impedido cumplir con los objetivos.
Gamesa ha acelerado sus proyectos para poder beneficiarse del sistema actual de primas
Así, el valor pierde un 22,67% desde el inicio del año. “Creo que las dificultades que ha encontrado en su implantación en EEUU, la menor inversión internacional en la investigación de medicamentos huérfanos y el permanente temor a una ampliación de capital provocan que la acción esté muy infravalorada”, indica Ángel Mínguez, de Bolsa 3. Para Juan Carlos Castillo, de Capital Bolsa, las expectativas de mejora del valor pasan exclusivamente por la comercialización de un nuevo fármaco.
Renovables
También existe cierto consenso en señalar que una victoria de Obama sería la opción más recomendable para el sector de energías renovables. Los analistas de Credit Suisse señalan que ambos partidos son conscientes de la importancia de este sector para crear empleo, pero consideran que “el presidente Romney favorecería el fin de los apoyos públicos a las energías renovables”.
Este escenario es una pesada losa para Gamesa, una compañía que genera el 25% de sus ventas en EEUU. Las dudas ante el escenario que se abrirá tras las elecciones, con un previsible recorte de las primas, ha forzado a Gamesa a acelerar sus proyectos en el país a lo largo de 2012, “para aprovechar el sistema actual de primas”, explica Iván San Félix, analista de Renta 4. Esto conlleva, no obstante, que las perspectivas para 2013 sean débiles. La incertidumbre en EEUU es una de las razones que han llevado a Gamesa a ser uno de los peores valores del Ibex en 2012, con una merma del 51%.
Un cambio en el Gobierno facilitaría a la banca esquivar la rígida regulación que defiende Obama
También Abengoa ha encontrado dificultades en su actividad en EEUU, debido a la sequía que afectó al país este verano y que ha penalizado en gran medida su negocio de bioetanol. Los importantes proyectos que tiene en marcha en el área de la energía termosolar no estarán en funcionamiento hasta, al menos, la segunda mitad de 2013. Con estas perspectivas, el valor cae un 14% en el año.
Pese a esto, EEUU sigue siendo una apuesta clave en la estrategia de la compañía, como demuestra su voluntad de sacar al parqué su filial estadounidense Telvent.
Infraestructuras
El negocio de infraestructuras es uno de los más afectados por los riesgos inherentes al conocido como “acantilado fiscal” (ver información adjunta), que podría traducirse en una notable disminución de la inversión pública. En este contexto, los expertos coinciden en que un nuevo Gobierno del partido demócrata sería más proclive a realizar este tipo de gastos, que en el caso de los republicanos.
El riesgo de que se aplique una política más austera reduce el potencial de FCC y Abertis en EEUU
La práctica totalidad de las constructoras española se ha introducido en el país en los últimos años, con la intención de diversificar sus negocios, ante las dificultades que afrontan en España.
Según el analista independiente Alberto Roldán, “las compañías de infraestructuras como Ferrovial, OHL o ACS tienen importantes intereses en el país, por desarrollo de actividades o por nuevos proyectos”. Desde su pespectiva, estas compañías se verían poco perjudicadas por un cambio presidencial, ya que “el país está muy volcado en proyectos de colaboración público-privada”. En cambio, “las que tengan menos implantación o solo busquen nuevos proyectos, como FCC o Abertis, pueden verse afectadas por una política más conservadora como la que pueda llevar a cabo Romney”, añade.
ACS es la constructora más expuesta, en términos relativos, a EEUU, de donde proceden un 28% de sus ventas. María Cebolledo, analista de Sabadell, confirma que, tanto para ACS como para OHL, “las pespectivas en EEUU son positivas, teniendo en cuenta que es una región que presenta oportunidades atractivas de crecimiento a futuro”. Esta vía de escape no ha permitido a ACS protegerse de forma suficiente de la tensión que ha afectado a España. En 2012, cae un 28,21%. OHL, en cambio, ha capeado mejor las turbulencias en España y sube un 2,09% en el año.
Un mayor gasto en Defensa beneficiaría a Indra, pese a carecer de una posición fuerte en el país
Pese al riesgo de que EEUU aplique una política más austera en los próximos ejercicios, a causa de sus problemas fiscales, los expertos son positivos con el sector. OHL, Ferrovial, y Abertis acumulan más de un 60% de recomendaciones de compra entre los analistas que les siguen, según Bloomberg.
Banca
En el sector financiero existen más dudas. “Durante el mandato de Obama, la banca ha recibido ayudas, se le ha rescatado y ha ganado bastante dinero. Pero los cambios regulatorios están encontrando mucha contestación, porque limitan las opciones de negocio para las entidades y éstas defienden que se penaliza el crédito”, afirma Manzanares, que considera que el sector saldría beneficiado de una eventual victoria de Romney. También Credit Suisse defiende que “una victoria republicana generaría un entorno regulatorio más equilibrado”, que podría impulsar al sector.
Sin embargo, en opinión de Gisela Turazzini, analista de Blackbird Wealth Management, la reelección del actual presidente sería beneficiosa para el sector, por el entendimiento entre Obama y el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke. “La armonía entre Obama y Bernanke sobre la implantación de medidas de flexibilidad monetaria ha sido muy bien recibida por el sector financiero”, comenta.
Santander, a través de su filial Sovereign, cuenta con un peso considerable en EEUU. “El mejor entorno macroeconómico estadounidense supone un alivio en la cuenta de resultados del banco”, explica Nuria Álvarez, analista de Renta 4. Desde 2010, los beneficios en EEUU han aumentado su peso relativo en el conjunto de la entidad multiplicándose por 2,5 veces, hasta el 10% que representaba al final del primer semestre de 2012. Pese a esto, Álvarez cree que Sovereign no está satisfaciendo las expectativas, por la debilidad en el área de consumo.
BBVA, a través de su filial Compass, generó en EEUU un 11,4% de su margen bruto en 2011. Tras asumir un ajuste de mil millones de euros en el fondo de comercio, por el deterioro económico del país y el impacto regulatorio, los expertos esperan una evolución positiva del grupo en esta región.
Tanto BBVA como Santander han tenido en su negocio externo una vía de escape para capear las turbulencias que azotan a la economía española. Destacan con diferencia como las mejores entidades en bolsa en 2012. La primera resta un 2,41%, mientras Santander suma un 9,77%.
Defensa
“Una victoria de Romney podría producir un incremento de los gastos en Defensa a medio plazo o, al menos, un recorte menor del que se podría prever”, señalan desde Credit Suisse.
Este entorno animaría a Indra, que apenas genera un 1% de sus ventas en EEUU. “Indra podría verse beneficiada ante el siempre hipotético mayor gasto en defensa asociado a los republicanos, pero las dificultades del mercado y la presión por nuevas concesiones y proyectos, le restan posibilidades en un mercado que no es el de crecimiento natural”, observa Roldán.
El valor, ha remontado desde julio un 43,4% limitando su castigo bursátil en 2012 al 11,02%. Pese a esto, los expertos se muestran recelosos ante las perspectivas del valor y más del 43% de los analistas recomienda su venta, según Bloomberg.
Del 'acantilado fiscal' a la incertidumbre bursátil
Con independencia del resultado de las próximas elecciones, los expertos coinciden en que el próximo presidente de EEUU tendrá que enfrentarse ipso facto al conocido como “acantilado fiscal”, una conjunción de ajustes de gasto e incremento de impuestos que entrarían en vigor de forma automática a inicios de 2013, si antes no se alcanza un acuerdo político para evitarlo.
Desde diversas firmas de análisis ya se ha advertido del riesgo que conlleva esta situación para los mercados. Keith Wade, economista jefe de Schroders, augura que la incertidumbre irá in crescendo a medida que se acerque el final del año, lo que probablemente se traducirá en un menor apetito por el riesgo. “Cualquier cambio en el equilibrio relativo entre beneficios e impuestos podría tener profundas implicaciones para la construcción de las carteras y la filosofía de inversión”, indica Wade.
Los analistas de Blackrock alertan de que la entrada en marcha del temido ajuste fiscal repercutiría en una reducción del PIB de EEUU de hasta el 5%. En su opinión, los mercados de EEUU, que, pese a los últimos recortes, rondan máximos de 5 años, “aún tienen que descontar el ajuste presupuestario”.
Ante tal escenario de riesgo, Susan Byrne, gestora del fondo Pictet-US Equity Value Selection, del banco Pictet, considera “previsible que el Congreso evite el efecto pleno negativo de tipos impositivos más altos y recortes del gasto público, pero el crecimiento se verá afectado negativamente en 2013”.
Para los expertos, la opción más favorable que podrían adoptar los políticos sería extender en el tiempo la puesta en marcha de estas medidas de ahorro. “La mejor solución sería que los partidos políticos fuesen capaces de llegar a un acuerdo y se empezaran a aplicar, de forma consensuada, medidas de recorte menos duras y con un menor impacto para la economía”, confirma Victoria Torre, de Selfbank.
Por todas estas razones, José Luis Martínez, de Citi, señala que, más allá de quién gane las elecciones del 6 de noviembre, la cuestión más importante para los mercados será cómo quede el equilibrio de fuerzas entre Gobierno y el Congreso, de cara a alcanzar un acuerdo sobre el ajuste fiscal. Si no se produjera un acuerdo a tiempo, los efectos en el mercado podrían ser devastadores en EEUU.
En Europa, según Juan Carlos Castillo, de Capital Bolsa, “es evidente que la situación afectaría, aunque, al partir de niveles considerablemente más bajos, es previsible que las bolsas europeas sufran menos”.

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