viernes, 27 de febrero de 2015

El dilema de Rafa...

Rafa Nadal ha vuelto a la senda de la victoria en Buenos Aires. El tenista español continúa, poco a poco, recuperando sensaciones que le permitan volver a ser aquel jugador imparable en la pista... pero no es una misión tan sencilla. Las continuas lesiones que ha sufrido el número cuatro del mundo provocan que su capacidad de recuperación sea cada vez menor. Y, lo que es más complicado, Nadal no tiene un espejo en el que mirarse.
A sus 29 años, el español es consciente de que tiene que cuidar mucho más lo que hace. Ya no es aquel joven que podía llevar su cuerpo al límite para, escasas horas después, estar completamente recuperado y pelear por una nueva victoria. Ahora debe vigilar mucho más su físico y calcular de manera muy precisa los riesgos que debe de asumir. Pero el problema es que deberá explorar una vía por la que nadie ha caminado antes. Sólo él puede descubrirla.
En la actualidad, pocos jóvenes llegan empujando fuerte para hacerse con un hueco entre los mejores. Es por ello que los más veteranos tienen la oportunidad de adecuar sus capacidades para seguir compitiendo entre los mejores e, incluso, en algunos casos han mejorado sus resultados. Sin ir más lejos, David Ferrer ha logrado sus mayores éxitos con el paso de los años, mientras que Roger Federer sigue manteniendo el nivel que le llevó a lo más alto.
Sin embargo, Carlos Moyá tiene claro que Nadal no puede compararse con ninguno de los dos. En charla con El Confidencial, el exnúmero uno del mundo cree que el balear no puede seguir su ejemplo, pues "el físico ayuda, pero no es con lo único que se gana partidos". Es por ello que el español está obligado a encontrar su camino, sin poder imitar algunas rutinas que ambos jugadores llevaron para mejorar o mantener su nivel con el paso de los años.

Federer y Ferrer, dos casos que no son comparables

"Nadal y Ferrer no se pueden comparar, son casos distintos. No hay que fijarse tanto en la edad de ambos, sino en los años que llevan en la elite, que es prácticamente similar", señala Moyá. El de Jávea explotó en la treintena y, con el paso de los años, no sólo no ha perdido cualidades, sino que ha sabido aprender de sus límites para conseguir sus mayores éxitos. Pero es cierto quellegó a la elite mucho más tarde que Nadal.
En la opinión de Moyá, el caso de Federer tampoco es comparable a Nadal. "El suizo es muy especial: ha sufrido muy pocas lesiones a lo largo de su carrera y, si a eso le sumas su calidad y su estilo de juego, él es de los pocos que tiene capacidad para dosificar su calendario", confirma. Es decir, aunque sufra en el apartado físico, su calidad es tan excelsa que es capaz de jugar torneos selectos y seguir en el Top 10.
Por ello, Nadal va a tener que encontrar su propia vía. Deberá atender a sus capacidades para descubrir qué es lo que más le conviene para alargar su carrera: disputar menor número de torneos, jugarlos en superficies más cómodas para él o cambiar algunas aspectos de su juego serán algunas de las decisiones que deberá de tomar en un futuro no muy lejano. Pero lo que es una evidencia es que no tiene un espejo en el que mirarse.

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