miércoles, 25 de febrero de 2015

Se difumina la Austeridad en Europa?

La austeridad fiscal Versus Sociedad Europea


WASHINGTON, DC - En los últimos cinco años, la zona euro ha, sin el consentimiento popular explícita, mantenido un enfoque estricta política de austeridad fiscal y las reformas estructurales - a pesar de graves repercusiones sociales, no sólo en la periferia mediterránea e Irlanda, pero incluso en un " núcleo "país de la Unión Europea como Francia. A menos que los líderes de la eurozona repensar su enfoque, el éxito de la Syriza partido radical en reciente elección general de Grecia podría llegar a ser sólo un paso más hacia un futuro de la fragmentación social y la inestabilidad política en Europa. O podría marcar el inicio de una nueva orientación realista y beneficioso de la estrategia económica de Europa.
Por supuesto, la sostenibilidad fiscal es vital para evitar una refinanciación de la deuda disruptiva e inspirar confianza entre los inversores y los consumidores. Pero no se puede negar que es mucho más fácil de soportar la austeridad fiscal cuando uno es lo suficientemente rico como para no depender de los servicios públicos o en serio riesgo de quedar sumidos en el desempleo a largo plazo. (Los ricos también siguen siendo en gran medida en el control de los medios de comunicación, el discurso público, y los flujos de capital transfronterizos.)
Para los millones de trabajadores - y especialmente los jóvenes - sin perspectivas de empleo, la sostenibilidad fiscal, simplemente no puede ser la única prioridad. Cuando se recortaron las prestaciones por desempleo, que son los que sufren. Y cuando los recortes presupuestarios se extienden a la educación, es a sus hijos que no pueden adquirir las habilidades que necesitan para alcanzar su potencial futuro.
Sufrimiento inducido Austeridad-es particularmente extrema en Grecia. Recortes de pensiones graves están impidiendo a los ancianos de vivir sus vidas con dignidad. Una gran carga se ha colocado en los que realmente pagan sus impuestos, mientras que muchos - a menudo los más ricos, que hace mucho tiempo escondido su dinero en el extranjero - sigan evadiendo sus obligaciones. La atención de salud de su caducidad, con muchos pacientes de cáncer que pierden el acceso a tratamiento para salvar la vida. Los suicidios están aumentando.
 Sin embargo, los acreedores de Grecia han seguido haciendo caso omiso de estos desarrollos. Esto claramente no es sostenible - un punto que el ex Director del Departamento de Europa del Fondo Monetario Internacional Reza Moghadam reconoció cuando él llamó recientemente para la cancelación de la mitad de la deuda de Grecia, a condición de un acuerdo se puede llegar a las reformas estructurales creíbles que fomenten el crecimiento.
La sostenibilidad social es esencial para el éxito económico a largo plazo. Un país no puede prosperar si su sistema educativo carece de los recursos y la capacidad para preparar a sus hijos para prosperar en la economía digital. Del mismo modo, un programa de reforma no se puede implementar si la desigualdad, la pobreza y frustración social fortalecen los partidos políticos extremistas, como abiertamente fascista partido de Grecia Golden Dawn o de extrema derecha de Francia, contra la Europa del Frente Nacional, que ahora cuenta con 25% de apoyo electoral.
Cuando los tiempos son difíciles, los inmigrantes y las minorías se convierten en blancos fáciles. Como Joseph Stiglitz señaló recientemente , es poco probable que Hitler hubiera llegado al poder en Alemania, si la tasa de desempleo no era un 30% en el momento. No ayuda cuando algunos de los que están atrapados en los ghettos pobres que rodean las principales ciudades - por pequeño que una minoría - convertido tentado por la violencia y ser presa de reclutadores de terroristas.
 Independientemente de lo que los informes de ganancias corporativas de hoy en día y los índices bursátiles pueden mostrar, un país no puede lograr inclusive, el éxito sostenible - en términos económicos o humanos - si estas cuestiones sociales fundamentales no se tratan adecuadamente. Por supuesto, la cautela fiscal no puede ser abandonada; después de todo, si los gobiernos o el sector privado fueron a gastar dinero prestado o de nuevo cuño libremente, el resultado sería simplemente más crisis, que perjudicarían más a los pobres. Pero la sostenibilidad social debe ser una parte integral del programa económico de un país, no una idea de último momento.
La tendencia persistente a pagar servicio de labios a la sostenibilidad social, la aplicación de programas económicos centrados en la austeridad implacable, es la principal causa de la inestabilidad política en Europa. Aunque los programas de reforma encaminadas a la construcción de los marcos macroeconómicos viables siguen siendo esenciales, deben incluir disposiciones firmes para políticas anticíclicas para contrarrestar la "paradoja del ahorro" (la tendencia a ahorrar más durante una recesión, lo que socava el crecimiento económico). Cuando la demanda agregada se queda corto de áridos alimentación, los gobiernos deben aumentar el gasto público.
Por otra parte, los gobiernos que ahora se centran estrictamente en cuestiones microeconómicas deben dedicar el mismo nivel de atención y el compromiso con el diseño y la implementación de políticas sociales que se centran explícitamente en asegurar la subsistencia, la salud, la educación y la vivienda de los segmentos más vulnerables de la población. Y, utilizando las nuevas tecnologías para analizar grandes cantidades de datos, deben aumentar la eficiencia de los programas sociales, el fomento de la participación activa de los ciudadanos interesados.
 La Comisión Europea y el FMI han admitido sus errores - no sólo las previsiones macroeconómicas inexactas sobre los que se basa el programa griego, sino también la decisión de no tener en cuenta la sostenibilidad social - y han reconocido que el programa no ha producido los resultados esperados. Sin embargo, por alguna razón, los acreedores de Grecia se niegan a negociar con el nuevo gobierno (que goza de un fuerte apoyo interno) para desarrollar un nuevo programa que incorpora alivio de la deuda, un superávit fiscal más baja, y las reformas estructurales que apoyen el crecimiento y fomentar la cohesión social. Esto no debe continuar.
Los últimos cinco años han puesto de relieve el desafío de lograr la estabilidad financiera. Pero la estabilidad política y social han demostrado ser aún más difícil de alcanzar. Los responsables políticos deben dirigir apenas tanto esfuerzo y recursos hacia la realización de la sostenibilidad social como lo hacen hacia la obtención de las reformas financieras de Basilea III derecha. La prosperidad futura de Europa - y su papel global - depende de ello.

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