La/se pierde, morir matando?
Órdago de Griñán al Banco de España: CajaSur se tiene que quedar en Andalucía
16/06/2010
» El 93% de los trabajadores de CajaSur no quiere que Unicaja se lleve la puja - 15/06/2010
COMENTARIO DESTACADO
@J.C. - 17/06/2010 13:19h
La Junta de Andalucía está dispuesta a echar el resto para que CajaSur, cuyo futuro se decidirá entre el ramillete de entidades que han acudido a la correspondiente subasta, no salga de la órbita andaluza. El Gobierno de José Antonio Griñán está presionando a tope al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) y al propio Banco de España (BdE) para que adjudique la entidad cordobesa a una de las dos cajas andaluzas que han presentado oferta vinculante: la malagueña Unicaja y la sevillana Cajasol. “Las presiones sobre el FROB están siendo escandalosas”, han asegurado a este diario fuentes próximas al antiguo banco emisor.
Los esfuerzos de la Junta se concentran sobre Javier Aríztegui, subgobernador del BdE y presidente del FROB, así como sobre el reducido equipo de ejecutivos del citado Fondo. Y parece que, de momento, con éxito: al menos dos de las siete entidades que habían manifestado intención de quedarse con Cajasur han arrojado la toalla: se trata de Ibercaja y de CajaAstur. La entidad que preside Amado Franco fue precisamente la primera puerta a la que, a finales del pasado año, el propio BdE llamó para buscar una solución a los problemas de solvencia de la caja controlada por la Iglesia.
Siempre de acuerdo con las fuentes, cercanas al BdE, tanto Ibercaja como CajaAstur han notificado al equipo de Aríztegui su decisión de no presentar oferta vinculante y olvidarse de la puja. Por diversos conductos, la Junta de Griñán está haciendo llegar a los potenciales interesados los problemas a los que se enfrentaría la entidad que, perteneciente a otra Comunidad Autónoma, resultara adjudicataria de Cajasur. La Junta andaluza cree tener la sartén cogida por el mango.
En efecto, aquella Caja o banco que en torno al 10 de julio próximo –de acuerdo con los plazos adelantados por el propio Aríztegui- resulte ganadora de la subasta, tendrá que poner en marcha un ERE –inevitable para hacer rentable la operación- destinado a reducir la plantilla de la cordobesa en un número comprendido entre los 1.000 y los 500 trabajadores, razón ésta que fue causa última de la ruptura de la operación de fusión con Unicaja. Pues bien, la consejería de Economía de la Junta está haciendo saber a los potenciales interesados que no autorizará dicho ERE si la peticionaria es una entidad no andaluza.
Un desafío político en toda regla de la Junta de Griñán. Y es que, como ayer aseguraba este diario, en el Palacio de San Telmo no están dispuestos a que el terremoto de operaciones que ahora mismo sacude a un sector obligado a concentrar las cuarenta y tantas entidades actuales en unas pocas, Andalucía pierda la oportunidad de hacer realidad de una vez esa Gran Caja Única por la que los socialistas sevillanos vienen suspirando desde hace años. La Junta quiere hacer realidad ese sueño concentrando Unicaja (que acaba de absorber Caja Jaén), Cajasol, Caja Granada y CajaSur, concentración que de partida bien pudiera tener lugar bajo la fórmula de Sistema Institucional de Protección (SIP).
Dispuestos a sabotear la solución no andaluza de Caja Granada
Un proyecto que choca con dos escollos: la situación de Caja Granada, por un lado, que sorprendentemente ha escapado del patronazgo de la Junta para integrarse en el SIP constituido en torno a Caja Murcia, Sa Nostra y Caixa Penedés, un proyecto que, en opinión de los granadinos “conlleva un potencial excepcional”. Y la intervención de CajaSur, por otro, y su posterior subasta al mejor postor, que, en palabras de Aríztegui, “será el que menos ayudas pida del FROB”.
La Junta parece haber encontrado fórmulas para sortear ambos escollos, si bien muy poco ortodoxas. En Sevilla, en efecto, están dispuestos a sabotear la integración de Caja Granada en el SIP mencionado. En pleno trauma provocado por la intervención de CajaSur, la Junta no se atrevió a decirle “no” a Antonio Jara, presidente de la granadina, cuando el pasado 2 de junio anunció su boda con el proyecto que lidera Caja Murcia, pero los políticos sevillanos consideran que no está dicha la última palabra: la Ley de Cajas andaluza faculta a la Junta para aprobar o denegar, mediante informe vinculante, operaciones como la integración de Caja Granada en ese SIP.
Queda por asegurar que CajaSur no caiga en la órbita de una entidad no andaluza. En ello andan ahora en Sevilla, como ha quedado dicho. La cordobesa tendrá que ser adjudicada “a machete” bien a Unicaja, bien a Cajasol. Sería el triunfo de la política localista sobre la racionalidad financiera. Habrá que ver si el gobernador del BdE, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, planta cara por una vez y se opone a tamañas pretensiones.
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