¿Quién gana cuando arden los montes?
I. Labrador y M. Domínguez17/08/2010 - 9:49
Uno de cada tres incendios es provocado y, según la Xunta de Galicia, el 20% de ellos lo son por motivos económicos.
Un verano más, España vuelve a estar pendiente del monte o, más exactamente, de las llamas que lo devoran. Especialmente en Galicia, donde más de 2.000 hectáreas han ardido por incendios que "en la mayoría de los casos han sido provocados", según explica Alfonso Rueda, consejero de Presidencia de la Xunta de Galicia.
¿Y cuáles son las intenciones que llevan a alguien a quemar los montes gallegos? Según un informe elaborado por la Fiscalía de esta región, uno de cada cinco incendios "está provocado por intereses económicos".
Pero esta circunstancia no es exclusiva de Galicia, donde ayer continuaban las labores de extinción de tres focos, sino que forma parte de una característica común en toda la geografía española, que por cierto es el país de Europa que registra el mayor número de incendios por media anual, aunque este año Rusia y Portugal compiten en la lucha contra las llamas.
Según el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, más de un tercio de los incendios es provocado. En 2009, 35.685 hectáreas de monte ardieron a consecuencia de la acción directa -y, en algunos casos, interesada- del hombre.
Madera a 6 euros
¿Dónde reside ese interés? Algunas fuentes de las zonas afectadas apuntan hacia los beneficios que genera la venta de la madera quemada para los municipios. Ésta es triturada para destinarla a la industria de los conglomerados y la pasta de papel.
En Extremadura, donde el año pasado ardieron 3.265 hectáreas en la comarca de Las Hurdes, el 85% del dinero correspondiente al aprovechamiento de esa madera quemada está previsto que vaya a las arcas de los ayuntamientos afectados.
¿De cuánto dinero estamos hablando? En Castilla-La Mancha, el Ayuntamiento de Cuenca autorizó el año pasado a la Fábrica de Maderas de Cuenca la extracción de 200.000 metros cúbicos de madera procedente de los montes afectados por los incendios de Uña y Poyatos en 2009, a un precio de entre 6 y 8 euros el metro cúbico.
¿Interesa por tanto quemar monte para obtener materia prima barata? Desde la industria maderera se rechaza esta hipótesis, arguyendo que el aprovechamiento de la materia quemada es limitado.
Incluso un informe de la Guardia Civil para esclarecer las causas de los incendios que arrasaron más de 77.000 hectáreas en Galicia en 2006, donde hay una importante industria maderera, también desechaba esta hipótesis: "No hay indicios que apunten esta teoría, dado que aunque el sector maderero pasa por dificultades coyunturales, resulta evidente que la especulación con la quema de madera sólo empeora su propia situación, perjudicando la competitividad de la industria".
'Limpiando' el monte
Más intereses: de esos fuegos intencionados, según señala Raúl Navarrete, responsable de Incendios de Ecologistas en Acción, la gran mayoría los generan los agricultores y ganaderos que quieren limpiar el monte.
Cuarenta de cada cien incendios provocados en España en 2008 se debieron a la quema de rastrojos, mientras que otro 28% lo generaron los ganaderos que hacían arder matorrales para la regeneración de los pastos, comenta Navarrete citando datos de Medio Ambiente.
Este ecologista explica: "Los incendiarios creen que el monte está sucio y que necesita fuego. Por eso hace falta una labor de concienciación con ellos". Estas personas prenden fuego a la zona que les interesa limpiar, pero el alcance de las llamas se les va de las manos.
"Es una práctica muy arraigada que les permite eliminar matorrales de forma muy barata, ya que de este modo no tienen que invertir en combustible para la máquina desbrozadora. Sólo necesitan una cerilla y un poco de gasolina", dice Navarrete, que añade: "Quizá habría que darles ayudas para que no recurran a este sistema".
Otras causas
Prenderle fuego al monte para tener más pastos no es la única razón que explica los intereses económicos que hay detrás de algunos incendios.
En 2006 Galicia cerró el verano con más de 77.000 hectáreas de superficie forestal quemada. El informe sobre la investigación de esos incendios, elaborado por la Guardia Civil, concluyó que el 84,7% fueron provocados y que, de esa cifra, el 38% correspondía a prácticas tradicionales inadecuadas, como quema de residuos agrícolas provocados para la regeneración de pasto.
Dicha investigación también señalaba que en un 48,7% de los casos se desconocen las causas concretas y, entre las posibles, se apunta a fuegos producidos por cazadores para desplazar las zonas de caza y a incendios premeditados para obtener salarios por su extinción o restauración de la zona, lo que genera empleo estacional en los municipios afectados.
También se apunta a la modificación de los usos del suelo y a la intención de favorecer la producción de productos del monte.
En contra de lo que pueda pensarse, los pirómanos sólo causan una pequeña parte de los incendios (poco más del 3% en 2008). En otras ocasiones, personas relacionadas con las tareas de extinción causan el fuego para asegurarse el trabajo en verano, aunque, según señala Raúl Navarrete desde Ecologistas en Acción, son casos puntuales.
Tampoco es elevado el porcentaje de casos de quema de bosques para aprovechar el terreno para la promoción inmobiliaria, aunque también se han
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