Nubes negras....de nuevo.
¿Vuelve Estados Unidos a hundirse en las sombras de la recesión? Los últimos datos de PIB, confianza, consumo, paro y vivienda han dado la voz de alarma.
El "inusualmente incierto" panorama económico norteamericano, según las palabras del propio presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, aviva las teorías de que la primera economía del mundo se enfrente a una recuperación en W, una situación que puede empujar al abismo a los demás países industrializados.
Una recesión en doble ola significa que tras una sólida caída se produzca una tímida recuperación que no sería sino una cicatrización en falso a la que seguiría otra caída, tras la cual llegaría la recuperación final.
"EEUU se limita a salir del paso", aseguró Ethan Harries, economista jefe del Bank of America Merril Lynch después de conocer los últimos datos de PIB publicados por el Departamento de Comercio de Washington. Según esta primera estimación, la economía norteamericana se expandió un 2,4% en el segundo trimestre de 2010.
Un dato muy inferior al 3,7% registrado en el primer trimestre del año y que sorprendió negativamente a los mercados que lo recibieron con caídas del 1%.
Este enfriamiento refleja que la economía norteamericana está viviendo un periodo expansivo débil y poco consolidado que, según el gurú Nouriel Roubini, en el mejor de los casos, puede significar que EEUU "se enfrente a un periodo prolongado de crecimiento anémico muy por debajo de la tendencia de las economías avanzadas".
Esta recaída pilla a Europa con la recuperación económica aun en pañales. Después del gran golpe asestado por la crisis de deuda soberana, los indicadores macroeconómicos empiezan a salir a la luz gracias, en parte, a los efectos de los planes de estímulo, aunque son muy débiles y, según Mervin King, gobernador de Banco de Inglaterra, temporales.
La recesión, que en su primera caída arrastró a las demás economías industrializadas, amenaza con volver a lastrar las exportaciones europeas al no poder vendérselas a EEUU.
Aún así, la entrada de las economías emergentes en el panorama internacional, que cada vez ganan más peso como consumidores (Alemania ya exporta el mismo volumen de mercancías a los BRICS -Brasil, Rusia, India, China- que a Norteamérica), suaviza la influencia de la actividad de EEUU en Europa.
Gracias a su empuje, la crisis no ha sido más profunda y la nueva desaceleración estadounidense no tendrá tanta capacidad de arrastrar al resto del mundo como antes.
Por otra parte, EEUU ya no es el mercado al que miran las multinacionales europeas. Muchas grandes compañías del Viejo Continente como Telefónica o el Banco Santander, mantienen sus beneficios gracias a las filiales y los intereses económicos que poseen en estos países emergentes debido a su potencial de crecimiento y de consumo.
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