Manuel Jove, primer accionista individual del BBVA, desembarca en la CAM, comprando cuotas participativas
Por: Crispin
Manuel Jove Capellán
Manuel Jove Capellán, coruñés, que fundó a finales de la década de los setenta la empresa inmobiliaria Fadesa, el mayor grupo inmobiliario independiente de España. En el punto álgido de la burbuja inmobiliaria, y a las puertas del precipicio, el 30 de septiembre de 2006, Jove vendió su participación en Fadesa, por un valor declarado de 2.800 millones de euros, al empresario Fernando Martín Álvarez. El 14 de julio de 2008, Martinsa-Fadesa presentó el concurso voluntario de acredores, y poco después un ERE que afectó a 234 empleados. Se trata de la mayor suspensión de pagos de la historia de España.
Tras la oportuna venta de Fadesa, Manuel Jove creó la corporación Inveravante a comienzos de 2007, matriz de diversas sociedades con las que invierte en negocios financieros, Capitavante, energía, Avantegenera, gestión de suelo, Avantespacia y alimentación, Avanteselecta. En julio de 2007, compró un paquete accionarial del BBVA equivalente al 5% de su capital por un valor de 3.200 millones de euros, con lo que se convirtió en primer accionista del segundo banco de España. La operación se realizó a través de Iaga Gestión de Inversiones, perteneciente al propio empresario.
Ahora Jove, acaba de invertir en Inditex, Vueling y la Caja de Ahorros del Mediterráneo, CAM, que está en proceso de fusión con Cajastur, que aporta CCM, la Caja de Ahorros de Castilla-La Mancha, a través del Banco Liberta, Caja Cantabria y Caja Extremadura. La inversión de Jove en la CAM, resulta extremadamente significativa, a pesar de ser bien pequeña, pues recientemente había deshecho las posiciones que tenía a través de sus sicavs en Santander. Es de suponer que en cuanto empiecen las emisiones con derechos políticos, veremos ya grandes operaciones alrdedor de las cajas de ahorros en camino hacia el Damasco de su privatización.
Recientemente, el presidente José Luis Rodríguez Zapatero anunció que la reforma de la Ley Orgánica de las Cajas de Ahorros, LORCA, aprobada por Real Decreto Ley, abría la posibilidad de otorgar derechos políticos a las cuotas participativas de las cajas de ahorros, lo que convierte este mecanismo de inversión privada en las cajas al equivalente de las acciones en las sociedades mercantiles. Hasta ahora sólo la CAM emitió títulos que cotizan en bolsa mediante este procedimiento, pero como es lógico, sin derechos políticos, es decir, sin poder, no produjeron entusiasmo entre los inversores.
A buen entendedor pocas palabras bastan, y los buenos entendedores ya habían entendido que bajo el paraguas de la reforma de la LORCA, las cajas empezarían a entrar en otros bailes hasta ahora desconocidos. Si de acuerdo con la nueva ley de cajas, éstas podrán emitir hasta un 50% de su capital para su negociación en bolsa, si los bancos cabecera de fusiones de cajas también pueden venderse en bolsa hasa un 50%, y si según esa misma ley, las cajas podrán ceder su gestión a bancos privados para convertirse en fundaciones, sólo nos queda verlo blanco y embotellado.
El baile de la privatización de las cajas ya empezó, y el nuevo quinto gran banco de España, formado a partir de la fusión de cuatro cajas, ya tiene -de hecho ya la tenía- una preciosa vía de agua bancaria a través de la caja alicantina. Detrás vendrá el resto. Está llegando ya.
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