viernes, 24 de agosto de 2012

Las Finuras de Conthe....

Recónditas armonías


El "Casta Diva" es un vino de uva moscatel que en 2004 alcanzó merecida fama cuando Ferrán Adriá escogió su versión dulce "Cosecha Miel" para el postre de la boda de Don Felipe y  Letizia.
Felipe Gutiérrez de la Vega, que lo elabora en Parcent (Alicante) -un pueblo cercano a Jávea, donde tuvo la primitiva bodega-, dice que la marca refleja no sólo su pasión por la música, sino la emoción que le produjo ver de joven a la actriz italiana Antonella Lualdi interpretar en una película la bellísima aria de la ópera "Norma". Cuando, tras múltiples ensayos enológicos, en 1987 produjo la primera añada, le dedicó la primera botella a la soprano española Montserrat Caballé con estas palabras:
"Si un moscatel es para un elaborador su prueba de fuego por la dificultad de conservar el delicado aroma de la uva, sin pasificar y procurar una clarificación biológica que no produzca el famoso anubado, también lo es para una soprano interpretar fielmente la famosa Casta Diva de Bellini".
Variables atmosféricas
De la asociación entre arte y gastronomía yo mismo tuve una temprana experiencia cuando, también adolescente, acompañé la lectura de una edición ilustrada de "El Quijote" heredada por mi madre con generosas raciones del queso de la tierra del inmortal caballero: tal vez mi admiración por Cervantes, su obra y su protagonista quedara sellada para siempre por aquella ocurrencia.
Los expertos en marketing han confirmado luego la escondida relación entre lo que llaman "variables atmosféricas" y las decisiones y experiencias de consumo, especialmente de vinos: un encaje armonioso (fit) entre tales variables y el producto favorecen tanto el disfrute como el consumo.
Así, en 1993 en un estudio en una tienda de vinos en Estados Unidos, Charles Areni y David Kim analizaron la relación entre el tipo de música ambiental del establecimiento y el nivel de gasto de los clientes y comprobaron que cuando ponían música clásica (Mozart, Mendelsohn, Chopin o Vivaldi) el gasto era mayor que cuando ponían música rock. El aumento de ingresos no se debía a que los clientes compraran más vino, sino a que compraban botellas más caras, resultado que atribuyeron a la atmósfera de sofisticación y elegancia que creaba la música clásica.
Pocos años después, un grupo de investigadores dirigidos por el británico Adrian North confirmó que el tipo de música ambiental puede también influir en el origen geográfico del vino adquirido: cuando ponían música francesa de acordeón, las ventas de vinos franceses quintuplicaban las de vinos alemanes; pero cuando ponían música de bandas de rock alemanas, las ventas de vinos alemanes duplicaban las de vino francés.
Percepción y neuroeconomía
En un estudio posterior, "The Effect of Background Music on the Taste of Wine", North y otros colegas demostraron que no se trata sólo de que un estímulo sensorial como la música nos traiga a la mente (prime) el producto con el que lo asociamos, sino que modifica también nuestra propia percepción al consumirlo. Para comprobarlo, dieron a probar un vino blanco y uno tinto a un grupo de 250 universitarios y les pidieron que puntuaran de 1 a 10 hasta qué punto los consideraban "poderosos y fuertes", "sutiles y refinados", "refrescantes" o "suaves". La clave estuvo en que las pruebas se hicieron en cinco habitaciones distintas: en una no había música, pero en cada una de las otras cuatro se oían piezas de las características indicadas (así, el "Carmina Burana" de Orff, como música "poderosa y fuerte" o el "Vals de las Flores" del "Cascanueces" de Chaikovsky como melodía "sutil y refinada").
Pues bien, quienes degustaron el vino tinto sin música le dieron una puntuación de 4,32 (sobre 10) como vino "poderoso y fuerte"; pero la puntuación subió a 6,92 entre quienes lo degustaron mientras oían los poderosos acordes, disonancias y coros de "Carmina Burana". Cada tipo de música ambiental elevó la calificación del vino respecto a la característica asociada a esa música. El efecto, significativo en ambos tipos de vino, fue más intenso en los tintos, diferencia que según los investigadores podría atribuirse a la mayor complejidad organoléptica de los tintos o, tal vez, a la mayor familiariedad de los británicos con los blancos, lo que les haría menos susceptibles a influencias ambientales. El profesor North concluye con una recomendación: "Los productores de vino debieran recomendar que se escuche cierto tipo de mûsica cuando se consumen ciertos vinos".
Los economistas, más prosaicos, se han centrado en investigar el efecto de las expectativas que suscita el precio de un vino sobre la percepción de su calidad, y han utilizado para ello sofisticados aparatos de resonancia magnética que miden la actividad cerebral de los encuestados.
En un célebre experimento llevado a cabo en el California Institute for Technology (Caltech) por Antonio Rangel y otros investigadores, dieron a probar a veinte personas tres vinos de uva Cabernet Sauvignon. La clave estuvo en que les hicieron creer que se trataba de cinco vinos, porque a un vino le atribuyeron dos precios distintos -5 y 45 dólares-, y a otro 10 y 90 dólares. Las pruebas confirmaron no sólo que el vino preferido fue el que los sujetos creían que costaba 90 dólares, sino que quienes lo bebían mostraban especial actividad en el cortex prefrontal, la región del cerebro donde se localizan las sensaciones de placer.
Los tintos de Gutiérrrez de la Vega, hechos con uva Monastrell y Garnacha, de alta gradación, gran calidad y precio razonable, utilizan marcas que se inspiran no en la ópera, sino en los grandes clásicos de la literatura europea: el "Rojo y Negro" de Stendhal, el "Príncipe de Salinas", en alusión al Gatopardo de Lampedusa, o "Viña Ulises", en recuerdo de James Joyce. Por eso, cuando dentro de unos días vaya a aprovisionarme al "Celler de la Marina" - una estupenda tienda de vinos de Gata de Gorgos que, muy frecuentada por extranjeros, distribuye, entre otros, los vinos de Gutiérrez de la Vega-, no sé si acabaré hablando con Santi, su joven propietario, de neuroeeconomía, de la cosecha de moscatel de este año, del final de la crisis económica...o de música y literatura.   

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