lunes, 27 de mayo de 2013

Publicaciones Económicas....


Un crack....



HAY VIDA DESPUÉS DE LA CRISIS

"España es un paraíso fiscal para las grandes empresas"



Es uno de los economistas españoles con mayor proyección. Considera que todos tenemos la obligación moral de trabajar para sacar el país adelante, y su última aportación ha sido un libro con el que pretende desterrar el desánimo y la desesperanza.


Economista jefe de Intermoney, y analista financiero. Así se presenta José Carlos Díez, aunque su abultado curriculum incluye también ser miembro del panel de expertos del BCE, y del panel de FUNCAS sobre España. Es profesor de economía en ICADE, y colabora además con el IE Business School. Es uno de los economistas más influyentes y mediáticos, y desde ahora también escritor. Su primera obra lleva el título «Hay vida después de la crisis». El 6 de junio intervendrá en el seminario «análisis del escenario económico europeo» en la XIV edición de Bolsalia.
No cabe duda de que el nombre de su primer libro llama mucho la atención, en un momento tan difícil como el que atraviesa España.

El título lo eligió la editorial, y a mí me encantó. La idea surgió hace un año, pero hasta ahora no encontraba un hueco para escribirlo. Con todo lo de Bankia, el rescate del país, y con la sociedad al borde de la desesperación, pensé que era el momento necesario para hacerlo. Me planteé hacer un libro realista recordando lo que dice Sebastián Álvaro, de Al filo de lo imposible: «Optimista es el que sabe enfrentarse con la adversidad». Empiezo hablando de la crisis. Sigo por la zona euro, la única sigue en recesión, y luego, más de la mitad del libro es de la crisis de España. Es un libro para España, sobre nuestra crisis, escrito por un español.
¿Y qué estrategia propone? 

Es necesaria una actuación contundente en varios frentes. Un plan monetario como en Japón para bajar las primas de riesgo, y estabilizar los mercados. Eso permitiría que nuestros bancos puedan salir a emitir, financiarse, y frenar la restricción del crédito. En segundo lugar hay que hundir el tipo de cambio. Si conseguimos acercar al euro a la paridad con el dólar los resultados serán rápidos. Japón ha crecido un 3,5 por ciento en el primer trimestre, y Europa ha caído un 1 por ciento. Pero esto no es suficiente. España necesita un plan de estímulo fiscal. De hecho, es necesario seguir con el ajuste, aunque suavizándolo como parece que ha empezado a ocurrir. Y el estímulo debe llegar de fuera porque si consumes tus propios recursos de deuda pública es como pedirle a un enfermo que vaya a donar sangre. Alemania no parece muy dispuesta, así que habría que avanzar hacia la unión fiscal, crear un eurobono, y que desde Europa se proyecten planes de inversión. Y luego está la crisis de deuda. Hay deudas que ya no se van a pagar. Hay que reestructurar esa deuda. En el caso de España la deuda pública es salvable, pese a que se cuestione desde ciertas partes del mundo como Londres. El problema es que la deuda lo está contaminando todo, y hay que pararla. Donde veo problemas serios es en la parte bancaria, y en la deuda de las familias. Un país que destruye el 20 por ciento del empleo, y tiene una tasa de morosidad tan alta no es sostenible durante muchos años.

Para llevar a cabo su plan se necesita dinero, y tenemos uno de los déficit más altos de Europa. ¿A quién se lo pedimos? 

Cuando uno tiene déficit público del 7 por ciento hay que atacar por todos los lados. Primero hay que poner a la economía a crecer. Si no crecemos no podemos pagar. Después hay que recortar el gasto público. El tamaño de la administración pública debe ser acorde con lo que el país es capaz de soportar. Y en tercer lugar, el estado debe ser eficiente y financiable. Hay que ir hacia el modelo alemán del impuesto de sociedades. Los ingresos que generan las grandes multinacionales españolas en el exterior están exentos de pagar el impuesto de sociedades. España es un paraíso fiscal para las grandes empresas. Hay que poner un suelo al impuesto. Nadie en España puede pagar menos de un 15 por ciento de sus beneficios.
¿Para cuándo el próximo libro?

Este me ha llevado nueve meses, y aunque no he desatendido mis obligaciones, quiero dedicar más tiempo a mi familia. El siguiente puede esperar dos o tres años más.

No hay comentarios: