martes, 21 de julio de 2009

Manualillos para una crísis ( 1 )

Hoja de ruta global.

Las cinco preguntas que debe responder Bernanke

Pedro Calvo21/07/2009 - 1:31 Actualizado: 07:31 -

Ha llegado el momento. El presidente de la Reserva Federal (Fed), Ben Bernanke, afronta este martes y mañaba miércoles dos jornadas fundamentales no sólo para consolidar su autoridad, reforzada en las últimas semanas, sino también para sustentar la hipótesis de los 'brotes verdes'.


Muchos son los padrinos del proclamado advenimiento de la reactivación económica. Sin embargo, pocos fueron capaces de ser más rápidos que Ben Bernanke, la persona que preside la Reserva Federal (Fed), el banco central de Estados Unidos, desde febrero de 2006. Fue él quien anticipó que "2010 pueda ser el año de la recuperación". Lo hizo el pasado 24 de febrero, en la primera de las dos comparecencias anuales que, por ley, debe protagonizar ante el Senado y el Congreso.

Cinco meses después, afronta el segundo de esos testimonios. Y el paso del tiempo se ha encargado de validar aquel arriesgado pronóstico, hasta el punto de que se ha acuñado un concepto, el de los manidos 'brotes verdes', para señalar que lo peor de la crisis financiera podría haber quedado atrás y que la senda de la recuperación ya se vislumbra.

Eso, sin embargo, no significa que haya que cantar victoria ni que los retos hayan terminado. Aún restan muchos desafíos, y Bernanke tiene importantes preguntas que responder entre el martes y el miércoles. Estas son las principales:

1. ¿Saldrá Estados Unidos de la recesión este mismo año?

Hasta Nouriel Roubini, conocido como Dr. Doom (Doctor Pesimismo) por sus catastrofistas previsiones, se sumó la semana pasada al pronóstico de que la recesión podría concluir en 2009.

Por el momento, y tal como quedó recogido en las actas correspondientes a la reunión de la Fed de los días 23 y 24 de junio, la institución presidida por Bernanke se muestra más optimista.

Así, si en abril preveía que la contracción de la economía se situaría este año entre el -1,3 y el -2 por ciento, ahora lo concreta entre el -1 y el -1,5 por ciento. Para 2010, vaticina que la economía podría crecer ya entre el 2,1 y el 3,3 por ciento, cuando previamente establecía esa tasa entre el 2 y el 3 por ciento.

Por el momento, las previsiones para el segundo trimestre del año, cuyas cifras provisionales se conocerán el 31 de julio, contemplan una contracción del 1,5% en tasa trimestral anualizada, una caída mucho más moderada que el -5,5% de los tres primeros meses de 2009.

En este sentido, Bernanke debe ofrecer un diagnóstico lo más claro y concreto posible sobre el verdadero estado de salud de la mayor economía del mundo. Sobre todo, debe huir de la tentación de convertirse en un cheerleader -un animador- de la tesis de los 'brotes verdes' y hacer un verdadero ejercicio de responsabilidad.

Más que nada, porque manejar mal el discurso de la recuperación y confundir el deseo con la realidad pueden provocar una dañina recaída. Cuatro serán los campos más sensibles: la situación del sector residencial, la evolución de las condiciones crediticias y los préstamos a la economía real, la marcha del consumo privado y el comportamiento del mercado laboral.

2. ¿Atisba riesgos inflacionistas a medio plazo?

Por el momento, hablar de inflación suena casi a chiste. No en vano, las previsiones de la Fed para el periodo 2009-2011 no contemplan tasas de precios situadas por encima del 2%. Sin embargo, si desea mantener su credibilidad como banquero central, sobre todo en el sentido de que está comprometido con garantizar la estabilidad de los precios, Bernanke no debe descuidar este asunto y confirmar que seguirá con atención la marcha de los precios.

3. ¿Cómo tiene previsto desmontar la maquinaria monetaria activada durante la crisis?

Directamente vinculada con la cuestión anterior, ésta es la pregunta del millón de dólar en estos momentos. Y no es para menos. Desde el inicio de la crisis la Reserva Federal ha puesto en marcha los mayores esfuerzos monetarios desde su constitución en 1913. Ha reducido el precio del dinero hasta una histórica horquilla situada entre el 0 y el 0,25 por ciento; ha destinado 1,2 billones de dólares a la compra de deuda hipotecaria, otros 200.000 millones para respaldar los créditos a las empresas y los hogares y 300.000 millones adicionales para adquirir deuda pública; y ha salido al rescate de entidades como el banco Bear Stearns o la aseguradora AIG.

En este sentido, Bernanke se enfrenta al desafío de acertar con el tiempo y el ritmo a la hora de recoger el lastre soltado en los últimos años. Si se precipita en el momento y la intensidad con la que empieza a retirar las medidas expansivas puestas en marcha, correría el riesgo de estrangular la recuperación. Si, por el contrario, se retrasa o se muestra tímido, podría alimentar el retorno de una inflación desmedida. Como siempre, la virtud estará en el punto medio.

Y éste podría pasar por ir retirando paulatinamente los programas de compra de deuda hipotecaria y pública. ¿Y subir los tipos? Posiblemente, elevar el precio del dinero figurará entre las últimas medidas que empiece a adoptar y sólo la emprenderá cuando la economía constate síntomas definitivos de recuperación. Por ahora, el mercado de futuros no contempla un aumento de los intereses hasta enero de 2010.

4. ¿Cuál es el verdadero estado de salud de la banca norteamericana?

Una cosa es que los bancos estén presentando unos resultados mejores de lo previsto, y otra que el problema esté resuelto. Bernanke tiene la obligación de determinar si la recuperación de los resultados es fiable y cómo puede evolucionar el negocio en los siguientes trimestres. La crisis se tejió en torno al sector bancario, por lo que la sensibilidad existente en torno a esta industria es máxima.

5. ¿Por qué motivos debe asumir la Fed más funciones de supervisión bancaria?

El debate está servido. No todos los senadores ni congresistas estadounidenses están a favor de una 'SuperFed' con nuevos poderes de supervisión bancaria y financiera. Por eso se espera que Bernanke se vea sometido a un auténtico tercer grado en este sentido. Más aún si se tiene en cuenta la polémica levantada en torno al papel que la Fed desempeñó en la integración de Bank of America y Merrill Lynch, en la que persisten las sospechas acerca de que el banco central estadounidense pudiera haber presionado a los responsables del primero para que siguieran adelante con la operación.


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