Se abren nuevas puertas.
Las claves para gestionar el ahorro a largo plazo
Los inversores se sienten ahora comosi hubieran bajado de la montaña rusa del parque de atracciones. Un viaje en el que la adrenalina les ha mantenido en tensión y en el que han tocado el cielo y los fangos más profundos.
En poco más de un año el Ibex ha llegado a caer a las profundidades de los 6.800 puntos (en marzo de 2009), para después remontar a los 12.222 puntos en enero y desmoronarse a partir de abril hasta los 8.600 puntos.
Desde que empezó la crisis el camino es más tortuoso aún. En noviembre de 2007 el índice español llegó a estar cerca de los 16.000 puntos. Ahora cotiza cerca de la mitad.
Pero, ¿cuál es el valor que se merece el Ibex realmente? La bola de cristal no funciona en estos casos, pero si atendemos al valor fundamental de las empresas que componen el índice debería rondar los 12.630 puntos, una cota que no ve desde junio de 2008. Actualmente cotiza con un descuento del 26% con respecto a este nivel.
No hay que echar las campanas al vuelo y ponerse a comprar a ciegas porque para que este nivel se alcanzase la mayoría de los valores del Ibex tendrían que revalorizarse entre un 20% y un 70% (ver ilustración). Complicado, ¿no? sobre todo teniendo en cuenta la aversión que hay entre los inversores extranjeros a todos las compañías que tienen sello español, independientemente de donde procedan sus ingresos.
El reto parece más difícil todavía dada la situación que tienen los tres grandes valores del Ibex. Santander y Telefónica, que juntos representan el 40% del índice, tendrían que subir un 67% y un 32%, respectivamente. BBVA, que tiene un peso del 9% tendría que escalar otro 60%.
¿Es factible? Pues parece difícil a corto plazo porque las dudas que hay sobre el sector financiero español hace que no se reconozca su perfil internacional. Además, tienen que lidiar con nubarrones como el posible endurecimiento de los requisitos de capital para las entidades.
En el caso de Telefónica, su último movimiento para adquirir Vivo penaliza la acción a corto plazo. Cae un 20% e n el año y algunas firmas de análisis, como la de Banco Sabadell, lo describen como el “Annus horribilis” de la operadora. Le ha reducido el precio objetivo desde 22,9 a 19,6 euros, pero sigue aconsejando comprar.
A medio plazo la operación sobre Vivo tiene sentido para seguir apuntalando el crecimiento de la operadora gracias a Latinoamérica, pero el precio pagado parece excesivo y eso a los accionistas no suele gustar.
Si los valores del Ibex alcanzaran el precio objetivo que resulta del consenso de analistas, Santander tendría una capitalización de más de 101.000 millones: 12,33 euros por acción, un nivel que nunca ha superado. Le separarían más de 10.000 millones de Telefónica, el segundo por capitalización.
Otros de los valores que más pesan en el Ibex son Iberdrola, Repsol e Inditex. Los analistas valoran sus títulos entre un 20% y un 40% por encima de su cotización. Independientemente de su potencial, la petrolera y la firma textil son de los valores con más respaldo de los analistas, junto a Técnicas Reunidas, que pesa menos del 1% en el Ibex.
Sacyr Vallehermoso es el valor del Ibex que más infravalorado está, según su precio objetivo. Cotiza en mínimos históricos, pero algunos analistas creen que vale 8,6 euros. Tendría que subir más del 120% para alcanzarlo, algo que parece tremendamente difícil por la espiral de desconfianza que sufre debido a su abultada deuda. Sin embargo, el escaso peso que tiene en el Ibex, cerca del 0,23%, hace que aunque rebotara hasta ese nivel su aportación al índice apenas se notase.
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