Combustibles y.....de los otros!
Y de medio ambiente
La tragedia de BP da argumentos a Obama para presionar por una nueva ley energética
El presidente de EE UU dijo ayer en una alocución a la nación desde el despacho oval que se va a trabajar por contener la fuga de petróleo del pozo Macondo de BP, pero el plan puesto en marcha por su Administración de cara al futuro es más ambicioso incluso que la gestión de la mayor crisis medioambiental de la historia. Barack Obama, criticado por no haber reaccionado con diligencia al accidente provocado por el accidente de la plataforma del Golfo de México decidió mirar al futuro y habló de acabar con la adicción al petróleo que sufre el país.
Ana B. Nieto - Nueva York - 16/06/2010
Obama usó una idea del discurso de George Bush, la "adicción" americana al crudo, para seguir a continuación al pie de la letra la filosofía que ha definido los grandes proyectos de su Administración: "no se puede desaprovechar una crisis". Así, en los 18 minutos que duró su alocución ante las cámaras, el presidente explicó que la tragedia "que se vive en nuestra costa es la advertencia más dolorosa y fuerte de que es el momento de abrazar un futuro con energías limpias".
El inquilino de la Casa Blanca habló ayer de poner los cimientos de una legislación que con el tiempo permita al país disminuir la dependencia de los combustibles fósiles para dar paso a un mayor protagonismo de energías limpias que ya reciben fuertes inversiones de países como China. La alusión única a este país asiático, que se perfila como la segunda locomotora del mundo y con el que EE UU tiene unas relaciones tensas en el ámbito empresarial, no es casual.
La ley energética y de medio ambiente, donde se podría recoger esta visión de futuro, es un proyecto que apenas ha dado pasos significativos en el Congreso porque no hay votos suficientes para ello. Los conservadores y buena parte de los demócratas están en contra de una apuesta que dejaría de lado a una industria, la petrolera y la del carbón, muy importantes en el país, además se cuestionan los costes que acarrearía una transición a una economía menos contaminante.
El presidente dijo desde el solemne despacho oval que lo que no acepta en este caso es la inacción porque el objetivo "sea demasiado grande o difícil de conseguir". Obama recordó que cuando lo ha necesitado, EE UU ha echado mano de su ambición y su ánimo de superación y por ello, en el pasado, montó tanques y aviones para la II Guerra Mundial cuando no estaba tan claro que pudiera o puso rumbo a la luna.
Recién llegado de una visita de dos días a los estados afectados por un vertido que ya se calcula que pueda ser de 60.000 barriles diarios, Obama reconoció que la transición a una energía limpia acarreará costes. "Y hay quienes creen que no podemos permitírnoslos ahora. Yo creo que lo que no podemos permitirnos es no cambiar cómo producimos y usamos la energía por lo costes a largo plazo para nuestra economía, la seguridad nacional y el medio ambiente son mayores". El presidente recordó que en EE UU se consume el 20% de la producción mundial de crudo y que para hacer frente a la creciente demanda las petroleras están buscando petróleo en lugares de acceso cada vez más difícil y con mayores riesgos.
El accidente de BP da así a Obama un punto de apoyo para abrir el debate nacional del cambio energético y medioambiental sin necesidad de hablar del cambio climático, algo que no se mencionó en su alocución y que despierta cada vez más suspicacias entre la población. Es una omisión que, a su vez, le aleja de su base política. El presidente no quiso comprometer el diálogo que quiere abrir en el Congreso y ni siquiera mencionó cuestiones espinosas como el límite a las emisiones de carbón, algo que desde su Administración se considera imprescindible pero que no goza de consenso en el Congreso. Obama volvió a pedir iniciativas sin enfatizar las suyas.
Cara a su reunión con el presidente de BP, Carl-Henric Svanberg, hoy en la Casa Blanca, Obama dijo que va a pedir a la compañía que cree un fondo gestionado por un fideicomisario independiente para hacer frente a las reclamaciones de las víctimas y los gastos de limpieza del vertido. El Gobierno quiere que la compañía indemnice a los trabajadores que no pueden trabajar por la moratoria de seis meses sobre la explotación petrolera en alta mar, algo que BP está luchando. No hubo datos sobre la dotación de este fondo que los demócratas en el Congreso quieren que tenga al menos 20.000 millones de dólares.
El jefe del Ejecutivo estadounidense, dijo que habrá un plan a largo plazo para asegurar que las zonas afectadas por el vertido de crudo se recuperan pero advirtió que el petróleo va a seguir llegando al mar y la situación va a empeorar. Obama ha nombrado a Ray Mabus, secretario de la Marina y ex gobernador de Misisipí, como encargado de elaborar un plan para restaurar la zona del Golfo. Además anunció un nuevo nombramiento en la Oficina de Gestión Mineral, MMS, el supervisor de las petroleras y desde hace años uno de los rincones de la Administración donde anidaban más sospechas de corrupción.
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