martes, 7 de agosto de 2012

Dándole a la tuerca....

¿Qué nuevas reformas puede pedir la UE a España a cambio del rescate?


06.08.2012 BRUSELAS Miquel Roig. 
Se rompió el tabú. España está estudiando pedir ayuda al fondo de rescate temporal (FEEF). De momento, no se trata de un rescate total “a la griega” (cuyo objetivo es cubrir todas las necesidades de financiación de una economía y sacarla del mercado de capitales). Lo que las autoridades españolas y europeas tienen en mente es un programa para comprar deuda en el mercado primario (subastas del Tesoro), que se complementaría con adquisiciones de bonos por parte del BCE en el mercado secundario (donde cotizan los títulos una vez emitidos). ¿Pero saldrá gratis esta nueva ayuda?
El ministro de Economía Luis de Guindos aseguró ayer en una entrevista al diario ABC que aunque España pida ayuda a los fondos de rescate, esto no supondrá nuevas condiciones porque con los ajustes ya adoptados se cumplirá con los objetivos de déficit (6,3% en 2012, 4,5% en 2013 y 2,8% en 2014). ¿Tiene razón el ministro? Sí y no. Nos explicamos.
Condiciones más flexibles...
Para acogerse un programa de compras de deuda del FEEF hay que firmar un Memorando de Entendimiento (MoE) y aceptar que una troika o similar examinen los progresos de las reformas y ajustes exigidos.
Pero en este sentido, las autoridades europeas han hecho esfuerzos para aplacar los temores de España. Benoit Coeuré, miembro del Comité Ejecutivo del BCE aseguró en julio que en virtud de los acuerdos alcanzados en el Consejo Europeo de junio, no tendría porqué exigirse a España nuevas condiciones (ver discurso de Coeuré).
En ese Consejo Europeo se acordó los países podrían acogerse a las compras de deuda de los fondos simplemente cumpliendo con las recomendaciones de la Comisión Europea para corregir sus desequilibrios macroeconómicos y su déficit excesivo.
Y no precisamente por casualidad, esas recomendaciones de la Comisión son precisamente las que ya se ha comprometido a cumplir el Gobierno español en paralelo al plan de ayuda a la banca. Incluso el Fondo Monetario Internacional aseguró el miércoles que si España pidiera un rescate, no se le podrían pedir muchas más reformas de las que ya ha hecho.
...pero con riesgos
Sin embargo, este escenario tiene dos riesgos. El primero es que la línea dura del euro (Alemania, Holanda y Finlandia) decida incrementar las exigencias por exigencias de los partidos de las coaliciones de sus respectivos gobiernos o por presiones del electorado y la opinión pública. Ahí poco se puede hacer más que redoblar los esfuerzos diplomáticos.
Y el segundo riesgo es que las medidas adoptadas hasta ahora por el Gobierno no sean suficientes para cumplir con los objetivos de déficit. Entonces, la UE exigiría más medidas. Pero si uno lee detenidamente los acuerdos a los que se llegó en el último Eurogrupo, España ya se ha comprometido con la UE a adoptar más reformas en el caso de que no se cumplan los objetivos de déficit.
¿Qué gana entonces Bruselas exigiendo unas condiciones que ya nos hemos comprometido a hacer? Algo muy importante a ojos comunitarios: control sobre esas nuevas reformas en el caso de que sean necesarias.
Ahora mismo, el MoE del rescate de la banca española fija unas condiciones y una hoja de ruta con fechas explícitas para el sistema financiero. Pero las exigencias macroeconómicas se encuentran de forma implícita: se mencionan en el documento, pero se matiza que la UE vigilará "en paralelo" el cumplimiento de las medidas macro y el programa de rescate financiero.
Firmar un MoE permitiría al Eurogrupo fijar una hoja de ruta para implementar todos los ajustes, con fechas fijas y con una troika que viajaría a Madrid periódicamente para supervisar y controlar el progreso de la agenda reformista.
Es decir, pedir el rescate blando a la UE podría suponer nuevas medidas de ajuste en el caso de que se incumplan con los objetivos de déficit, pero España ya se había comprometido a ello: "España debe estar lista para adoptar nuevas medidas si los riesgos para el plan presupuestario se materializan y para acelerar la reducción del déficit para 2013 y 2014 si las condiciones económicas o presupuestarias son mejores de lo esperado", asegura el documento del Ecofin del 10 de julio sobre las recomendaciones específicas sobre España, que el Gobierno se ha comprometido a cumplir "en paralelo" con el MoE del programa de rescate a la banca. Conclusión: con o sin nuevo rescate, España tendrá que adoptar nuevas medidas si los objetivos no se cumplen.
¿Qué más nos pueden pedir?
Bien sea porque España no alcanza los objetivos actuales o porque la UE incumple el pacto y exige nuevas condiciones, ya hay algunas líneas claras de acción. Para empezar, la Comisión podría presionar para cumplir con medidas que ya se han pedido y que todavía no han llegado: crear un organismo independiente que vigile el cumplimiento de los presupuestos, más políticas activas de empleo y reforma de la educación para potenciar la formación profesional.
A partir de aquí, una de las principales preocupaciones de la Comisión Europea son las cuentas de las autonomías, que controlan cerca del 40% del gasto público en España. De hecho, la Comisión Europea ha subrayado en varias ocasiones que una de las cosas positivas del fondo de rescate autonómico es la condicionalidad que aplica a las regiones.
Otro de los puntos débiles de la economía española es el mercado laboral. Aunque en su último informe sobre la economía española la autoridad europea pide eliminar completamente la indexación de salarios a la inflación -uno de los principales culpables, según este diagnóstico, de la pérdida de competitividad de España-.
En este informe, publicado en julio, la Comisión también refleja su preocupación por las diferencias que sigue habiendo en el coste de despido de empleados temporales y permanentes. A pesar de que éstas se hayan reducido.
El informe también duda de la efectividad de la figura de contrato en prácticas para menores de 30 años para pymes pueda ser usado como tapadera para ocultar contratos temporales de facto.
Además, la Comisión tampoco ve bien las bonificaciones para crear empleo -el informe las califica como un "instrumento ineficiente y costoso"-, y afirma que habría que incentivar que las negociaciones colectivas se realizaran en cada empresa y no a nivel sectorial.
En cuanto a gasto público, Gert Jan Koopman, responsable político del rescate de la banca española y hombre fuerte de la Comisión para reformas estructurales, tampoco esconde sus ideas.
En informes y conferencias se ha mostrado partidario de mejorar la eficiencia del gasto en Sanidad (hacer lo mismo gastando menos) y no descuidar la inversión en Educación e I+D. Y si las cuentas públicas no lo permiten ofrece una solución: apoyarse en el sector privado para ofrecer determinados servicios.

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