domingo, 31 de mayo de 2015

Cambios legislativos urgentes...

VIVIENDA

¿Se puede terminar con los desahucios?


María Cuesta
Carmena en Madrid y Colau en Barcelona convirtieron el fin de los desalojos en una causa que ha arrasado en las urnas pero que choca con la realidad jurídica.mprimir
Terminar con el drama de los desahucios ha sido una de las propuestas estrella de la campaña electoral y, de hecho, envolverse en esta bandera ha dado la llave de la alcaldía de Madrid y Barcelona a la «marca Podemos». Manuela Carmena en la capital y Ada Colau -una de las fundadoras de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca- en la segunda ciudad del país convirtieron el fin de los desalojos en una causa que ha arrasado en las urnaspero que choca con la realidad jurídica y amenaza la estabilidad del sistema financiero.
España es un país con una fuerte preferencia por la vivienda en propiedad. Esto hizo que la «riqueza» de la familias creciera exponencialmente durante los años de la burbuja, pero también que se pinchara al tiempo que lo hicieron los mercados financieros. Según los últimos datos disponibles en el Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de España, la carga de deuda de los hogares españoles representaba el 18% de su renta en 2011, mientras en la Eurozona era del 13,9%. Un ratio que, además, es más elevado entre los hogares con menor nivel de renta, precisamente los que más han sufrido la crisis.
Quizá la primera consecuencia de este alto nivel de endeudamiento fue el rápido aumento de las ejecuciones hipotecarias y los desahucios. Desde que comenzó la crisis en 2008 y hasta 2014, se iniciaron en España 570.000 ejecuciones hipotecarias, de las que un 25% terminaron en desahucio. Un drama que se agudizó durante la última fase de la recesión: el 55% de los desahucios se contabilizaron en los últimos tres años, según los datos del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).
¿Pero qué ha hecho el Gobierno a lo largo de la legislatura para frenar este drama? Se puso en marcha el Código de Buenas Prácticas, en el que se intenta favorecer medidas como la reestructuración e la deuda o las quitas. También se paralizaron hasta 2017 los desahucios en marcha para las primeras viviendas de los hogares más vulnerables. Y se creó el Fondo Social de Viviendas para atender el derecho a una vivienda de las familias desahuciadas. Actualmente, de hecho, se está negociando con la Sareb, el llamado «banco malo» que aglutina los pisos que tuvieron que asumir las entidades a consecuencia de los impagos, para que estas viviendas sean alquiladas al parque público de viviendas.
El problema es que el impacto de estas medidas ha sido escaso debido, en opinión de los expertos, a que son pocos los afectados que encajan en el perfil necesario para acogerse a ellas. Según datos del Ministerio de Economía, el Banco de España, el INE y el CGPJ recopilados por Analistas Financieros Internacionales (Afi), sólo se han paralizado 13.000 desahucios desde junio de 2013 hasta diciembre de 2014, lo que supone el 9,1% de los hogares que potencialmente podrías beneficiarse de esta medida. Suerte similar ha corrido el Fondo Social de Viviendas, de las que se han ocupado unos 2.000 pisos, el 2% de los potenciales beneficiarios.

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