Los implicados en el escándalo de las cuentas suizas prefieren regularizar en julio
@Eduardo Segovia - 03/07/2010 06:00h
Los implicados en el escándalo de las cuentas opacas en el HSBC de Suiza consideran que es mejor regularizar su situación -en caso de hacerlo- en julio una vez vencido el ultimátum que les concedió Hacienda. Por eso, prácticamente ninguno ha declarado sus cuentas, como adelantó El Confidencial, algo que ha obligado a la Agencia Tributaria a concederles una prórroga 'extraoficial' de cinco días para hacerlo.
La principal razón para este rechazo al ultimátum es que Hacienda no ha dejado claro que la regularización exonere del delito fiscal -los expertos están divididos al respecto-. Es más, el director de la Agencia Tributaria, Juan Manuel López Carbajo, hizo unas declaraciones en las que daba a entender todo lo contrario, forzado por las durísimas críticas de los inspectores y técnicos que le acusaron de "escandaloso trato de favor" y de "amnistía fiscal encubierta".
En todo caso, este fracaso de la regularización voluntaria pone de manifiesto la desacertada gestión del escándalo por parte de Hacienda, una gestión que ha motivado la destitución de los responsables de gestión y de inspección de la Agencia Tributaria.
Pero hay otro argumento muy importante para no regularizar la situación antes del 30 de junio. Según explican los expertos consultados, a los implicados que prefieran declarar y no arriesgarse a una inspección les interesaba esperar al fin del plazo de la declaración de la Renta porque de esta forma han prescrito las posibles irregularidades cometidas en 2006 y el posible delito fiscal de 2005, con lo que sólo habría un año sometido a inspección: 2007 (es el último ejercicio que aparece en la información robada de HSBC). Precisamente, el ultimátum del 30 de junio perseguía evitar esta prescripción.
Esto es así porque el requerimiento de Hacienda (más bien "invitación" según todas las fuentes consultadas) no interrumpe la prescripción. La llamada "excusa absolutoria", que libra al contribuyente del delito fiscal, se extiende hasta que Hacienda inicia una inspección o la fiscalía pone una querella, algo a lo que no da tiempo entre el 30 de junio y los primeros días de julio. Por tanto, sigue en vigor para aquellos que decidan presentar una declaración complementaria en los próximos días.
La "excusa absolutoria"
Dicha "excusa absolutoria" aparece en el artículo 305.3 del Código Penal y supone que aquellos contribuyentes que presenten una declaración complementaria que sea completa y veraz, y que paguen la deuda pendiente, quedan eximidos de delito fiscal. Eso es lo que no está claro que se aplique con la invitación de Hacienda, ya que no es una declaración que hagan los implicados voluntariamente.
Pero, en todo caso, si la excusa absolutoria era válida a 30 de junio, lo sigue siendo a 1 de julio. Con la diferencia de que ha prescrito un ejercicio por el que no hay que rendir cuentas al Fisco. De ahí que a todo el mundo que quiera regularizar su situación le interesara esperar hasta el inicio del mes y que casi nadie se presentara hasta entonces.
Un requerimiento sin ninguna validez
Dicho de otra forma: el requerimiento de Hacienda no sirve para nada. "Lo que tendría que haber hecho Hacienda no es mandar un requerimiento que no interrumpe la prescricpión, sino iniciar una inspección masiva o instar a la fiscalía a presentar querellas, procedimientos que sí la interrumpen. Con eso sí que habría metido el miedo en el cuerpo a los defraudadores y habría conseguido que todos regularizaran", opina una de las fuentes consultadas.
Otro argumento disuasorio para regularizar es el histórico: en el escándalo de las cuentas en Liechtenstein de hace dos años y medio, sólo pagó el 20% de los implicados que decidió regularizar, mientras que al 80% que prefirió no darse por enterado no le ha pasado nada, ni ha recibido
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