El mercado descuenta la ruptura del euro
Cárpatos - 21/07/2012 - 07:00
En 1994, la diplomática Pamela Harriman fue designada para que
desempeñara el cargo de embajadora de EE UU en París, por lo que tuvo
que pasar por una entrevista con el polémico senador Helms, que todos
los diplomáticos temían por su dureza y lo pesado que se ponía
rebuscando en la vida del candidato. A lo largo de la entrevista, Helms
intentó sacar trapos sucios de la candidata como siempre, hasta que
bruscamente la acusó de ser izquierdista y estar en contacto con grupos
peligrosos en Francia. Ante la sorpresa de Pamela, Helms le amplió que
sabía que había donado dinero a Monnet, que era líder de un grupo de
izquierda. Pamela quedó sorprendida pero se acordó que efectivamente
había donado dinero, pero ¡para la restauración del estudio del pintor
impresionista Claude Monet! Luego, se enteró que Helms había confundido
al gran maestro con uno de los fundadores de la Unión Europea, Jean
Monnet.
El caos en la UE es tan grande que, como en la anécdota, ya todo el mundo confunde a unos con otros. Cualquier decisión confunde a cualquiera, pues se le da mil vueltas, mil cambios, mil discusiones. El mercado, muy desorientado, ya no sabe si le hablan de Monnet o de Monet...
La deuda a dos años de muchos países, incluso con problemas económicos, está negativa, mientras que la de otros, como la española, está por las nubes. No es que se busque deuda como refugio, la única explicación es que el mercado descuenta la posibilidad de que se rompa la zona euro de manera total y parcial y, por eso, no le importa no cobrar intereses, pues a cambio cabe la posibilidad de que termine cobrando en francos franceses, florines o marcos revaluados o en euros mientras que en el país de origen del inversor se ha vuelto a la moneda nacional.
Los mercados europeos sufren mucho ante la grave situación en España y las dudas sobre la viabilidad del euro, puesta en duda por el propio FMI, quien por cierto pidió esta misma semana al BCE su intervención para ordenar los mercados monetarios. El BCE ha preferido, como decía el otro día en Pamplona un periodista, en plena fiesta de San Fermín, llevar a cabo la suerte de don Tancredo, que es quedarse inmóvil en un pedestal en el medio de la plaza esperando que, al no moverse, el toro no repare en él.
No pueden funcionar las medidas de medio plazo que se están tomando, con muchos sacrificios, por varios países si no hay un poco de estabilidad a corto. Es vital que el BCE gane ese tiempo, no hay otra posibilidad.
El mercado de EE UU está menos contaminado por la eurozona, y su gráfico resulta más interesante para el análisis técnico. Atención en el gráfico adjunto del futuro del mini S&P 500 a la gran figura triangular de meses. Justo cuando ha llegado a la zona de resistencias ha llegado la vuelta. Este tipo de figuras siempre se rompen de manera violenta, así que atentos, sea el que sea el lado de la ruptura.
El caos en la UE es tan grande que, como en la anécdota, ya todo el mundo confunde a unos con otros. Cualquier decisión confunde a cualquiera, pues se le da mil vueltas, mil cambios, mil discusiones. El mercado, muy desorientado, ya no sabe si le hablan de Monnet o de Monet...
La deuda a dos años de muchos países, incluso con problemas económicos, está negativa, mientras que la de otros, como la española, está por las nubes. No es que se busque deuda como refugio, la única explicación es que el mercado descuenta la posibilidad de que se rompa la zona euro de manera total y parcial y, por eso, no le importa no cobrar intereses, pues a cambio cabe la posibilidad de que termine cobrando en francos franceses, florines o marcos revaluados o en euros mientras que en el país de origen del inversor se ha vuelto a la moneda nacional.
Los mercados europeos sufren mucho ante la grave situación en España y las dudas sobre la viabilidad del euro, puesta en duda por el propio FMI, quien por cierto pidió esta misma semana al BCE su intervención para ordenar los mercados monetarios. El BCE ha preferido, como decía el otro día en Pamplona un periodista, en plena fiesta de San Fermín, llevar a cabo la suerte de don Tancredo, que es quedarse inmóvil en un pedestal en el medio de la plaza esperando que, al no moverse, el toro no repare en él.
No pueden funcionar las medidas de medio plazo que se están tomando, con muchos sacrificios, por varios países si no hay un poco de estabilidad a corto. Es vital que el BCE gane ese tiempo, no hay otra posibilidad.
El mercado de EE UU está menos contaminado por la eurozona, y su gráfico resulta más interesante para el análisis técnico. Atención en el gráfico adjunto del futuro del mini S&P 500 a la gran figura triangular de meses. Justo cuando ha llegado a la zona de resistencias ha llegado la vuelta. Este tipo de figuras siempre se rompen de manera violenta, así que atentos, sea el que sea el lado de la ruptura.
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